Zaidín: un barrio de barrios donde conviven el origen y la modernidad

Serie

Un barrio entre ríos, sus primeros pobladores llegaron del Barranco del Abogado y el Albaicín

Conserva la zona antigua, que ha sumado sus diferentes extensiones, la última el PTS

Plaza de las columnas y Avenida de Dílar, dos puntos históricos en el barrio del Zaidín. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Zaidín significa entre dos ríos. Y entre el Genil y el Monachil se expande el barrio con más población de Granada. Con unos 80.000 vecinos, tiene más población que localidades granadinas como Motril, Guadix o Loja, más habitantes que los municipios de Benidorm o Sanlúcar de Barrameda y que Ciudad Real. Un gran barrio que desde sus orígenes fue cuna de granadinos que procedían de otros barrios y hoy en día también acoge a un alto porcentaje de población extranjera.

Bulevar de Don Bosco. / Kaito / Photographerssports

Sus primeros pobladores fueron habitantes del Barranco del Abogado, de Albolote que huían de sus casas tras el famoso terremoto y de vecinos del Albaicín. Primero en barracones de madera y luego de obra como los que había en la calle Margarita Xirgú y luego a las famosas casillas bajas del Zaidín, donde se conocía a las calles por la inicial de su nombre, y Santa Adela. Viviendas que se hicieron entonces por el régimen que suponían una mejora en las casas significativa y que fue el germen de un barrio que hoy es una mini ciudad y que alberga casi todas las grandes infraestructuras de la ciudad: Palacio de Congresos, Palacio de Deportes, Campo de Fútbol, el PTS o el parque Tico Medina, así como la futura Ciudad de la Justicia. También cuentan con los parques Miguel Ríos, Carlos Cano, Tico Medina y Cruz de Lagos, dos bibliotecas, la plaza de la Hípica o el Merca80, el único mercado municipal tradicional que queda en Granada. Como se decía, "del río para allá, todo es Zadín", un barrio que ha crecido en una zona donde todo era Vega, que se quedaba en el extrarradio y que ahora ya no tiene más límites por los que crecer, está ya ocupada toda su posible expansión. Porque el Zaidín ya es un barrio de barrios con zonas bien diferenciadas: la más original de Casillas Bajas, Avenida de Dílar y Cádiz y Santa Adela, y a partir de ahí todas sus extensiones: la zona del Campo de Fútbol, la zona de los Vergeles, la parte de Cruz de Lagos-Forum-Carrefour y la zona del PTS, la más moderna.

Los presidentes de los comerciantes y los vecinos del Zaidín. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

El presidente de la Asociación de Vecinos Zaidín-Vergeles, Antonio Ruiz, y el de la Asociación de Comerciantes y Autónomos Zaidín-Vergeles-Campus de la Salud de Granada, Francisco José Prados, cuentan juntos a este periódico cómo ha cambiado el barrio, en qué se ha convertido y cuál es su futuro.

"El barrio está muy masificado. Se hicieron construcciones en las que imperaba el cemento y así ha ido creciendo hasta llegar a 80.000 habitantes", explica el presidente de los vecinos. A nivel de comercio, es el barrio que más comercio tradicional tiene desde que hace 30 años abrieran los negocios en la zona de la Avenida de Dílar. Hoy, con medio millar de comercios, la parte comercial se ha trasladado más a calle Palencia y alrededores con una oferta que tradicionalmente fue incluso mejor que la del Centro de la ciudad y referente para los municipios de la cornisa Sur y que hoy en día también se afana en que los vecinos no tengan que salir del barrio para tenerlo todo a mano. "Nuestro objetivo es estar todos todos unidos y ayudarnos, dinamizar el barrio y ser referentes con nuestra principal herramienta, un trato personalizado y asesoramiento".

Zona de la Hípica. / Kaito / Photographerssports

Y en esa lucha están, entre el aumento de servicios al barrio y el mantenimiento de la población. Porque como todos los territorios, el barrio también está afectado por el envejecimiento de su población autóctona, la salida de la gente joven a los pueblos de alrededor y la implantación de población inmigrante, principalmente de Sudamérica aunque hay también otras nacionalidades, "muy bien integrados en el barrio". Como curiosidad el barrio celebra en sus fiestas un Mundialito en el que participan 16 nacionalidades presentes en el Zaidín. Unas fiestas, por cierto, que tras las del Corpus de la ciudad son las más importantes conocidas como el 'Corpus chico'.

Santa Adela, con los edificios antiguos, el nuevo y el que está en construcción. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

El presidente de los vecinos tiene claro que "no es por ser zaidinero" pero que es "el mejor barrio de Granada". Lleva viviendo en el barrio desde el año 1975, cuando se casó. "Estoy muy orgulloso del barrio. Tiene muchas posibilidades y se vive muy bien. Es seguro y tiene muchas infraestructuras", defiende. También lo hace el presidente de los comerciantes, que llegó con 4 años al barrio y a sus 55 sigue luchado por él ahora promocionando su comercio. "Yo estudié en el Juan XXIII y me acuerdo cuando toda esta parte del Campo de Fútbol era campo, donde jugábamos al fútbol y entrábamos a coger habas a los terrenos. Luego ya me fui a un pueblo a vivir pero lo tengo de dormitorio, toda mi vida la hago aquí y ya estamos en la tercera generación en el negocio". Su cervecería está en el local donde su padre empezó con una frutería y desde entonces es testigo de cómo se ha desarrollado el barrio y ha crecido, defendiendo el lema de los comerciantes: "Zaidinízate".

Pero también tienen sus demandas, como una nueva comisaría, para la que están los terrenos, o más aparcamiento en parking disuasorios en superficie porque la gente de los pueblos de alrededor deja allí el coche para coger el Metro e ir al centro, algo que dicen quita aparcamientos para el barrio. Entre los problemas de sus vecinos también está el laboral, aunque el presidente de los comerciantes asegura que "no hay paro, lo que hay es no querer trabajar y de hecho tenemos problemas para buscar personal". En su negocio, donde se realiza esta entrevista, la cafetería Prados, tiene de hecho colgado el cartel de se busca camarero. Y reconoce que hay algún negocio de la zona nueva de bares junto al Palacio de Deportes que ha tenido que estar cerrados unos meses por no tener personal.

Vecinos y comerciantes, unidos por la vida de un barrio

Puri Legaza, uno de los negocios más antiguos del barrio. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Entre los negocios más antiguos del barrio que aún levantan su persiana cada mañana están Puri Legaza, la Charcutería Arnés de Merca 80 y los almacenes Lechuga. Puri Legaza es un comercio tradicional dedicado a la venta de ropa infantil que ha vestido a generaciones de granadinos y que sigue en la lucha diaria, aunque reconoce que cada vez se vende menos porque "la gente ya no arregla tanto a los niños como antes", además de la competencia y el tema precios, aunque con los vestidos de comunión y los eventos tipo bodas y bautizos van tirando. "Llevamos 39 años en la tienda", cosa que le ha valido el Diploma al Mérito de la ciudad de Granada que entrega el Ayuntamiento de la ciudad a esta vecina que con 14 llegó a un barrio en el que sigue trabajando a sus 81. Porque todavía acude a su negocio, ya regentado por sus hijos. Ella empezó en Ema y luego decidió poner su negocio propio en un barrio "con mejor comercio que el centro y que era de gente joven con niños que compraba mucho. También venía la gente de los pueblos", asegura. Aunque ahora se ha perdido mucho. "Ahora tenemos mucha clientela de sudamericanos que arreglan mucho a sus niñas y tienen muchas fiestas y eventos. El resto, ha cambiado los hábitos y también se gasta menos", explica, asegurando que no sabe cuánto aguantarán.

Vecinos en la plaza de las columnas. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Pasear por sus calles es encontrarse con la vida de barrio, más tranquila, con plazas llenas de vecinos que muchos en edad más avanzada, son historia del barrio, compartiendo espacio con grupos de vecinos de otras nacionalidades en un barrio multirracial. En una de sus plazas, junto al nuevo edificio de Santa Adela y el próximo que está en construcción (la intervención urbana más importante de los próximos años), José Reyes y Juan Vicente Ibáñez comparten una mañana al sol. Reyes tiene 81 años y desde los 11 vive en el barrio, donde llegó desde la Alhambra a vivir a las casillas bajas, tras lo que se compró un piso y desde entonces vive.

Juan Vicente Ibáñez y José Reyes. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

"Todo esto era vega, luego hicieron un campo de fútbol, un centro de boxeo en aquella esquina. También aquí estaban las primeras cocheras de la Rober. El barrio tenía de todo y había hasta tres cines", recuerda este vecino. Ahora ya no queda ningún cine tras cerrar el último de verano de la ciudad, el de Los Vergeles, por lo que una demanda es tener un cine. También una piscina pública, que antes sí había. Ahora pasa las mañanas, ya jubilado, al sol poniendo a que le de la luz a sus pájaros de competición ya que durante muchos años fue presidente de la Peña Pajarista del Zaidín. Ibáñez tiene 63 años y lleva viviendo en el barrio desde los 6, procedente del Barranco del Abogado, desde donde llegó con su familia a la Avenida de Dílar. "Sigo viviendo en el mismo sitio. Me acuerdo de cuando la avenida estaba sin asfaltar, así que imagina si he visto cómo ha cambiado el barrio desde que jugábamos aquí en lo que llamábamos el campo de los olivos todos los niños del barrio", asegura, manteniendo que en el barrio "vivimos muy a gusto".

La arteria principal del barrio sigue siendo la Avenida de Dílar. Ahí está otra zona importante, la Plaza de las Columnas, la que inicia toda la zona de casillas bajas bajando hasta Avenida de Cádiz, la otra gran avenida tradicional del Zaidín. Otros vecinos están en los bancos y cuentan sus recuerdos: "Antes se vivía mejor porque se conocía todo el mundo. Dejabas las puertas abiertas y no pasaba nada. La carretera no estaba ni asfaltada, no había nada, pero éramos como familia", aseguran.

Juan Manuel y su madre María. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

En la plaza está también Juan Manuel Espinosa, vendedor de la ONCE y vecino del barrio. Por su mesa llena de cupones pasan muchos vecinos del barrio y en ese momento, con su madre María Mesa, recuerda sus orígenes en el barrio. María cuenta que llegó al Zaidín de la zona que se conocía como Bolilla de Oro hasta unas chavolas, unos barracones en el Zaidín. Era apenas una niña de 12 años. Luego se fue de mayor al polígono y ya volvió con la familia de nuevo al Zaidín. "Era todo campo y ahora es un barrio grande en el que tenemos todos los negocios y comodidades", reconoce esta vecina, que también indica el cambio del barrio. Su hijo asegura que "ha cambiado mucho" y también a nivel de población, con la llegada de muchos extranjeros al barrio.

Pilar Martín, en su floristería en la Avenida de Dílar. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Un negocio ya tradicional de la avenida es la Floristería Verdegal. Desde el año 85 está, junto al Dani, vendiendo flores a los zaidineros y viendo también la transformación del barrio. "Nosotros vimos el asfaltado de la avenida, la construcción de aceras, las paradas del autobús,...", recuerda Pilar Martín.

Francisco Pérez, en la papelería Velázquez en la Avenida de Barcelona. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

El problema también es que la población autóctona del barrio está envejeciendo, como pasa en otros barrios de la ciudad, por lo que el cambio poblacional se nota. Lo nota también Francisco Pérez, de Grabados Velázquez, desde hace 28 años en la Avenida de Barcelona. "En el barrio ya hay mucha gente mayor y sus hijos terminaron por irse fuera y se quedó un hueco que ahora se cubre con la inmigración. El barrio ha cambiado y antes se vivía más en la calle, había más niños, en pandillas que venían a comprar", asegura este comerciante que defiende el comercio del barrio, amplio y variado, y que asegura que seguirán aguantando por dar servicios a los vecinos.

Zona antigua y zona nueva, dos realidades de un mismo barrio

Con el barrio de toda la vida convive también el barrio nuevo, el Zaidín moderno del siglo XXI que ha crecido en los últimos años junto al PTS, mostrando un mismo barrio los dos extremos, la tradición y la modernidad; un barrio con necesidad de transformación y envejecido con una zona joven y de mayor poder adquisitivo. Y todo es Zaidín. De hecho, tienen su propia asociación de vecinos, la Zaidín-Campus.

Su presidente es Juan de Dios Jiménez. Desde hace 20 años que se constituyeron luchan también por los 5.000 vecinos de la zona moderna de la ciudad construida en torno al Parque Tecnológico, donde cada día acuden 14.000 trabajadores. Jiménez reconoce que allí se vive muy bien, hay mucha gente joven, trabajadores del PTS y que cuentan con servicios, supermercados, autobús, metro y zonas verdes. El problema, según Jiménez, es el aparcamiento. "Ahora nos quieren poner de zona verde todo el entorno del hospital y no estamos de acuerdo", dice.

Zona nueva del PTS / Kaito / Photographerssports

También está orgulloso de haber conseguido el puente entre el Parque Miguel Ríos y la zona verde del PTS y ahora esperan como agua de mayo el paso ciclopeatonal que conecte con el Nevada y Armilla.

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