El abandono del avellano

E. Abuín Granada

03 de agosto 2015 - 01:00

Hace dos veranos que a Granada se le encogió el corazón. Fue la noche del 18 agosto cuando una espesa columna de humo se cernía sobre la Alhambra. Un incendio en la ladera de la Acequia Real hacía presagiar los peores augurios, aunque finalmente todo se quedó en un susto. La rápida actuación de los bomberos evitó que el fuego pasara a males mayores y apenas hubo que lamentar la destrucción de casi dos hectáreas de matorral situadas a menos de 500 metros del monumento Patrimonio de la Humanidad. Todo aquel sobresalto parece que ha sido olvidado por los responsables de velar por la seguridad del conjunto nazarí, que siguen descuidando un terreno como el del camino de la Fuente del Avellano donde saltó la chispa hace dos años y donde también se originó otro conato de incendio hace más de una década, en 2004.

El estado de dejadez se hace evidente en un simple paseo por la vereda. En primer lugar por lo seca que está la vegetación de y la cantidad de matorral susceptible de ser pasto de las llamas. Pero es que a los condicionantes atmosféricos y de la propia naturaleza del terreno se unen los problemas derivados de la acción humana. Hace dos años fue la descabellada ocurrencia de un pirómano la que hizo saltar la alarma, pero también cabe la posibilidad de que una negligencia sea la que provoque un desastre en pleno corazón de Granada.

La prueba está en la falta de limpieza de la zona, con el suelo plagado de basura con envoltorios y, lo que es peor de todo, cristales rotos. Esta suciedad también se deja notar en las escasas papeleras que tienen el camino, que suelen estar a rebosar de botellas y otros desechos. Y es que con el asfixiante calor que azota a Granada estos días, un sitio idílico como el Avellano y sus vistas al Sacromonte le convierte en un lugar de excepción para pasar la noche al raso y sofocar así las altas temperaturas. Además, la Fuente del Avellano es desde hace un tiempo un 'vecindario' con cuevas que hacen las veces de domicilio para visitantes extranjeros.

Según la concejal de Medio Ambiente, Telesfora Ruiz, la ocupación no autorizada de las cuevas es un conflicto de difícil solución vista la experiencia de las Cuevas de San Miguel Alto. "El principal problema es que los cuerpos policiales no puedan taparlas con tierra u hormigón porque la Junta no lo permite al ser espacios protegidos y no se puede estar todos los días haciendo desalojos para que vuelvan a meterse", explica. Una cuestión que para la edil puede desembocar algún día en una "desgracia". Por otra parte, en relación a la limpieza de puntos específicos como el Avellano, el desbroce y el saneamiento de elementos peligrosos es algo que corresponde al Patronato de la Alhambra, ya que la zona forma parte del bosque integrado en el Plan Alhambra. Aunque la vigilancia y la colaboración del Ayuntamiento también se configura como algo esencial por ser un punto de gran valor turístico para la ciudad. Así lo demandan paseantes habituales de la ladera de la Acequia Real como Pablo Vargas que denuncia el deterioro en el que se encuentra el camino del Avellano: "Por las noches se encienden hogueras en medio de este bosque y teniendo en cuenta la extrema sequedad de la vegetación, la posibilidad de que en este verano se produzca un incendio que afecte a la colina del Generalife es extrema", relata este vecino en su reclamación a la ciudad y al Patronato para que tomen medidas protectoras de cara a una posible catástrofe en tan delicada zona.

Todo esto en un verano que se presenta como uno de los más problemáticos de los últimos años dado el crecimiento de la vegetación y el color rojo pintando por completo el mapa de probabilidad de ignición en Granada, lo que quiere decir que es el máximo nivel de alerta. Si bien es cierto, la Consejería de Medio Ambiente que está inmersa en un plan de reforestación y regeneración del parque periurbano de la Dehesa del Generalife para blindar todo el perímetro boscoso y aumentar la protección de la Alhambra ante futuros incendios de forma que no se produzcan o que se puedan atajar lo antes posible para evitar efectos mayores. En concreto, los técnicos están sustituyendo los pinos por encinas, una especie más preparada para rebrotar después de haber sufrido un incendio.

En esta línea, la Junta también ha prevista actuaciones que implican directamente al Avellano como son el aumento de los cortafuegos para obstruir rápidamente las llamas en el caso de que se produzcan. Así, se está procediendo a la poda de los pinos en sus bases para que el fuego no llegue a las copas y la combustión sea menor.

Asimismo, la buena respuesta que se ha dado cada vez que han saltado las alarmas en la Alhambra es otro punto a favor ante la posibilidad de un incendio. Aunque esto no exime a las autoridades competentes de encontrar una solución para el Avellano, cuyos males son variados. Suciedad, graffitis, problemas de accesibilidad en el terreno y patrimonio deteriorado. Por ejemplo, las tres fuentes históricas del camino (Avellano, Agrilla y Salud) están destrozadas. Unos manantiales que forman parte de la historia granadina y que entre otras cosas sirvieron de punto de encuentro para los intelectuales granadinos de finales del siglo XIX en la llamada Cofradía del Avellano que fundó el ilustre Ángel Ganivet.

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