Abre un refugio en Granada para que las personas sin hogar se resguarden del calor en las horas centrales del día

La organización pidió ayuda al Ayuntamiento para que habilitara un local, pero ante la negativa se han organizado por su cuenta para tratar de mejorar la calidad de vida de quienes pasan el verano en la calle

La asociación 'La Calle Mata' gestiona este refugio climático, cedido por el Centro Social Edicoma

CCOO Granada ofrece su sede como “refugio climático” a los trabajadores de su entorno durante el verano

Voluntarios del refugio climático de Granada reparten alimentos
Voluntarios del refugio climático de Granada reparten alimentos / JESÚS JIMÉNEZ / PHOTOGRAPHERSSPORTS

Granada/Este verano, el calor en Granada está siendo extremadamente notorio, con olas de calor que se entrelazan unas con otras. Uno de los colectivos que más lo sufren son las personas que viven en las calles, las cuales no tienen un refugio en el que pasar las horas en las que más sube la temperatura, más allá de una sombra que les cobije. Para que estas personas puedan resguardarse, la asociación La Calle Mata, en colaboración con el Centro Social Hogar Corazon de María Edicoma, puso en marcha el pasado 1 de agosto un refugio climático que sirva para descansar y refrescarse en los momentos de mayor calor.

Edicoma ha cedido su zona de comedor-restaurante a la asociación, ya que este no está abierto durante el mes de agosto, y a través de las ayudas de personas voluntarias y de trabajadores que ya están implicados con el colectivo, así como de las aportaciones económicas de particulares, mantienen abierto este refugio de 11:00 a 13:00 horas, y de 14:30 a 20:30 horas, en el que quienes no tienen un lugar donde quedarse pueden descansar, socializar, recibir una merienda y algo de comida y agua fresca. En definitiva no estar en el asfalto cuando el mercurio aprieta. Los voluntarios se organizan cada día para que siempre haya personas "responsables" del lugar, y mantener la zona lo más cuidada posible.

La exconcejal de Granada y miembro de la asociación La Calle Mata, Elisa Cabrerizo, es una de las implicadas en la apertura de este centro, que es visitado a diario por entre 50 y 70 personas, aunque cada vez llegan más personas sin hogar gracias al boca a boca. Según ha destacado a este periódico, esta era una de las demandas que siempre se le ha realizado al Ayuntamiento, dentro de los recursos, albergues y viviendas que este ofrece para quienes no tienen donde dormir. Sin embargo, ya que esta petición nunca ha sido atendida, han decidido organizarse por su cuenta para tratar de aliviar el sufrimiento que viven estas personas en verano.

"Estamos en una ola de calor casi contínua este verano. Ahora en agosto, a estas personas sólo les queda el comedor de San Juan de Dios, que les dan una bolsa de comida, y el café de Cruz Roja que se reparte todos los días por la mañana y por la noche. Pero no tienen un lugar en el que resguardarse del calor para tomarse esa comida o ese café. Como asociación fuimos a pedirlo al último pleno, y gracias a la cesión de Edicoma todo estaba hecho. Sin embargo, el 31 de julio nos contestaron que no podrían abrirlo, porque no les daba tiempo a organizarlo y para cuando lo hicieran, el verano ya habría pasado", ha relatado Cabrerizo.

Fruta, agua, leche y pan no faltan gracias a las donaciones
Fruta, agua, leche y pan no faltan gracias a las donaciones / JESÚS JIMÉNEZ / PHOTOGRAPHERSSPORTS

Ante la negativa municipal, ha sido la propia organización la que "se ha liado la manta a la cabeza" y han decidido abrir por sus propios medios y a través de voluntarios y donaciones este refugio climático, en el que las personas sin hogar tienen aire acondicionado para poder estar frescos, juegan a parchis, cartas o diferentes juegos; tienen a su disposición sopas de letras para pasar el rato, e incluso les han cedido una televisión para poder ver los Juegos Olímpicos de París o algunas peliculas. En definitiva, así pasan lo peor del día acompañados y atendidos, sin riesgo de sufrir deshidratación o golpes de calor.

"Aquí siempre hay agua y leche fresca, y por la tarde intentamos darles una merienda, fruta, algo de pan y alimentos salados... todo gracias a la voluntad de quienes ayudamos y de quienes nos ayudan. Edicoma nos ha dado fruta, yogur y pan. Hemos hablado con el Banco de Alimentos para ver si nos puede proporcionar un poco de su ayuda, y con el dinero que nos donan compramos material para la limpieza y si no tenemos comida vamos a por peras, melocotones o lo que haga falta", ha comentado Cabrerizo.

En los pocos días que llevan abiertos, la asociación La Calle Mata ya ha conseguido recaudar 6.000 euros gracias a las donaciones de quienes se acercan hasta Edicoma para aportar su granito de arena. Un dinero que se invierte siempre en las personas sin hogar para que estén tranquilos y resguardados de la incidencia de los rayos del sol. "Han donado dinero personas privadas, parroquias, organizaciones religiosas, colectivos... Y hemos encontrado a una persona que trabaja con ellos en Calor y Cafe y en el centro de la calle Varela, que trabaja con ellos y que ya las conoce, para que nos eche una mano", ha destacado Cabrerizo.

Refugio de calor y lugar para socializar

Con la iniciativa ya funcionando desde hace más de una semana, quienes pasan su día en la calle están encantados, sobre todo porque saben que comen algo por la tarde, más allá de la bolsa de comida que se les da todos los días y el comedor de San Juan de Dios. Pero también les sirve para tener con quien pasar el día, acompañados en todo momento, y socializando para hacer más ameno el día.

"Sobre todo sólo por poder estar alli, hablar entre ellos, conocerse, pasar el rato y socializar, ellos están super contentos. Ya que ellos viven normalmente todo el día solos, sin nadie con quien hablar y que les escuchen. Y eso también lo damos en el refugio, no sólo el quitarles el calor del día. El poder hablar de lo que sea, conocerse, hacer piña y favorecer a que se ayuden entre todos. Estando allí conoces gente que han llevado una vida normal, y que por un revés de la vida han acabado en esta situación. Hay gente muy normal en la calle, y no nos damos cuenta porque a veces no nos fijamos lo suficiente", ha destacado la exconcejal.

Para pasar las horas de calor, juegan al parchís, cosen, ven la tele o simplemente hablan entre ellos
Para pasar las horas de calor, juegan al parchís, cosen, ven la tele o simplemente hablan entre ellos / JESÚS JIMÉNEZ / PHOTOGRAPHERSSPORTS

Tan agradecidos están quienes pasan el día allí que incluso algunas de ellas se han involucrado convirtiéndose en unos voluntarios más, y les ayudan a organizar comidas, a los grupos, friegan platos y vasos, y mantienen limpio el restaurante-comedor. Incluso algunos les han pedido buscar algún tipo de cenicero para que quienes salen a la puerta de la calle Colegios a fumar no dejen las colillas tiradas en la calle.

"Hemos construido un refugio climático, hemos hecho turno para que siempre haya personas para controlar, y todo gracias al buen corazón de las personas. Sin ayuda institucional del Ayuntamiento, que nos ha dado la espalda con excusas. No tiene sentido que no se les ofrezca a estas personas un lugar en el que estar frescos, cuando les hablabas de refugio climático les sonaba a chino. Solo se necesita un local, una persona de seguridad y una educadora social que esten con ellos, y hay mil formas de organizarlo y prepararlo. Simplemente, no han querido", ha denunciado Cabrerizo

La intención de La Calle Mata es que, con todas las ayudas económicas que recogan, además de darles agua y comida a las personas sin hogar, poder pagar a Edicoma las facturas de luz y agua que les lleguen por tener abierto y funcionando el restaurante-comedor. "Al final esto también es un gasto que no tenían previsto, pues ellos cierran en agosto. LEs agradecemos mucho que nos hayan cedido el espacio y vamos a hacer todo lo posible por pagarselo", ha concluido la exconcejal.

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