El acusado de comprar un móvil con billetes falsos en Granada acepta casi dos años de prisión

Granada/La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada ha sentenciado, luego de un acuerdo de conformidad entre las partes, a un joven de 30 años a una pena de un año y nueve meses de cárcel por el delito de falsificación de moneda en concurso con un delito de estafa, tras haber utilizado billetes falsos de 50 y 20 euros para comprar un teléfono móvil a una mujer con la que había contactado mediante una página web de compraventa de productos de segunda mano en Motril, en la costa granadina.

Así se detalla en la sentencia, fechada este pasado jueves 3 de octubre, a la que ha tenido acceso Europa Press, y que ordena el decomiso y destrucción de los billetes falsos presentados en el caso. La resolución es definitiva tras el acuerdo entre el acusado y la Fiscalía, que inicialmente solicitaba una condena de doce años de prisión.

La sentencia, que fue dictada 'in voce' en la sala de vistas de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada  en la Real Chancillería, donde se celebró este pasado jueves el juicio, indica que el procesado, a mediados de junio de 2018, en Motril, se interesó por la adquisición de un terminal móvil que había sido puesto a la venta a través de una plataforma de Internet para la compra de productos de segunda mano "al precio de 550 euros".

Tras mantener el ahora condenado y la vendedora varias conversaciones a través de esta web para "concretar la forma de entrega y pago del mencionado terminal", sobre las 16,10 horas del 23 de junio de 2018, quedaron en el Camino de las Cañas de Motril, donde la mujer, "que fue al lugar acompañada de su hija, entregó al procesado el móvil ofertado recibiendo por parte de este la cantidad de 500 euros", en seis billetes de 50 euros y diez de 20, detalla la sentencia.

Se da la circunstancia además, según ya indicaba la Fiscalía en su escrito de conclusiones provisionales, de que el procesado se había hecho pasar en los contactos cibernéticos por "otra persona llamada Rocío", y "no usó su teléfono móvil" sino otro propiedad de un conocido al que se lo había pedido prestado.

A su víctima le había dicho que era el hijo de quien le había hecho creer que era la verdadera compradora. Todo ello "con ánimo de ver incrementado su patrimonio" y actuando "de forma mendaz" en tanto la falsificación de los billetes fue calificada por el Banco de España tras una pericial como "peligrosa". Posteriormente el hijo de la perjudicada "logró recuperar el móvil".