El agravio comparativo del tren en Andalucía

En términos ferroviarios, Andalucía progresa a dos velocidades muy distintas. Mientras que Andalucía Occidental avanza a pasos agigantados con cuatro ciudades integradas en el circuito de la Alta Velocidad (Sevilla, Málaga, Córdoba y Cádiz) el panorama es radicalmente distinto en la otra mitad de la región. En la vertiente oriental el olvido a las infraestructuras relacionadas con el tren es la tónica imperante. Tanto que el AVE de momento es un anhelo en Granada, Almería y Jaén. Y lo que es peor, líneas que en su día se convirtieron en rutas de interés económico y social como la Guadix-Baza-Almendricos quedaron en el olvido con su cierre en 1985. Una decisión adoptada por el Gobierno central, bajo la presidencia de Felipe González (PSOE).

Otro episodio 'negro' y más reciente es la decisión de la Junta de Andalucía de dejar en punto muerto la construcción del tramo del AVE desde Antequera a Sevilla a través de Marchena (Sevilla). Una vía que, sin duda alguna, restaría minutos de una manera notable al tiempo de viaje entre Granada y Sevilla. Por ende, también desde Almería. Pero esta cuestión, por ahora, ni se contempla. La solución 'provisional' la planteó el Ministerio de Fomento hace algo más de un año. Un by pass en Almodóvar del Río (Córdoba) que aliviaría en algunos minutos el trayecto con la capital hispalense, nada comparable con la ruta por Marchena.

La salida hacia Andalucía Occidental no es el único problema a día de hoy. También lo es la conexión con el Levante español. El verano del año pasado Renfe acordó la supresión del servicio de tren hotel entre Granada y Barcelona. Las obras del AVE en Castellón provocaron el cierre de la línea de Moreda, la misma que la Mesa del Ferrocarril reclama ahora su apertura para al menos con un tren convencional retomar el itinerario hacia Barcelona previo paso por Madrid y Zaragoza. Andalucía Oriental comienza el movimiento para revelarse e intentar cambiar la situación. Para ello, el desbloqueo del AVE es necesario.