El atlas celular humano
Las agresiones a sanitarios se disparan en Granada: un 75% más que antes de la pandemia
Sanidad
Pasan de 79 en el año 2019 a las 138 en 2022 en 2022 según los datos de la Consejería de Salud
Algunos sindicatos piden botones antipánico en las consultas para estar más seguros
Los sindicatos piden soluciones a la mesa sectorial por las últimas agresiones a sanitarios en Granada
Granada/"No hemos salido mejores de la pandemia". "Los profesionales llegan con miedo al trabajo". No son para menos estas palabras de las máximas responsables de los sindicatos CSIF y de enfermería Satse en Granada, ya que en solo tres años el número de agresiones, tanto físicas como verbales, sufridas por los sanitarios de la provincia se ha incrementado un 74,68%. Es decir, se ha pasado de 79 agresiones registradas en todo el año 2019 a las 138 con las que se cerró 2022, según los datos ofrecidos por la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía.
La situación ha ido a peor año a año. Incluso en plena pandemia, en el año 2020, y a pesar de que las visitas a los hospitales y a los centros de salud estaban muy restringidas, la crisis sanitaria ya elevó el número de agresiones físicas y verbales un 44,3%, pasando de 79 a 114. La reducción de la incidencia de la pandemia en los años posteriores no ha mejorado la situación. Aunque los aumentos no han sido tan agresivos como entre 2019 y 2020, la cifra no ha hecho más que subir, pasando a 124 en 2021 (incremento de, 8,77%) y de esta cantidad a los 138 del pasado ejercicio (subida del 11,29%). Y esto solo en Granada.
Unos datos demoledores que ponen encima de la mesa un problema de civismo social con una "tendencia en escalada". La última agresión, la sufrida en el Servicio de Urgencias del Hospital Santa Ana de Motril, tal y como adelantó este periódico, dejó como resultado a dos guardias de seguridad heridos graves, y leves una celadora y un enfermero.
Peor tras la pandemia
La responsable de Sanidad de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) en Granada, Matilde Núñez, ha denunciado que estos datos "reflejan que lejos han quedado ya los aplausos y homenajes a los profesionales de la sanidad y que hemos salido peor parados de la pandemia con 59 agresiones más que las registradas durante 2019". Y ha criticado que "hay más episodios violentos todos los días como injustificadas faltas de respeto, malos modos e insultos que no se comunican al centro por la normalización de dichas conductas".
Núñez ha destacado que la mayoría de agresiones se han producido en la Atención Primaria, que acapara más de la mitad del total, el 57,23%, incidiendo en que el 28% de ellas tienen lugar en las consultas médicas, zona de admisión (23,63% del total) y urgencias (el 15,56%), principalmente por estar en desacuerdo con las normas de funcionamiento del centro y con el trato o la atención recibida, por demandar atención fuera de cita programada o un tratamiento distinto al prescrito y, en otras ocasiones, sin una causa aparente.
La responsable de Sanidad de CSIF en Granada, Matilde Núñez, ha manifestado que "hay muchas formas de manifestar el desacuerdo, pero nunca la violencia" y ha insistido en la petición previa a la pandemia del sindicato -de la que aún no se ha recibido contestación por parte de la Consejería de Salud y Familias de la Junta- para incluir un régimen sancionador en la Ley de Salud Pública de Andalucía. "Entendemos que la Administración debe incoar un expediente administrativo e imponer sanciones administrativas adecuadas como medida disuasoria frente a conductas reprobables e intolerables".
Por último, desde el sindicato han señalado la necesidad de reforzar la vigilancia en los centros sanitarios así como las plantillas en todas las categorías profesionales, ya que cuantos más recursos humanos haya mejor será la atención que se prestará a la ciudadanía y menor la posibilidad de que haya conflictos. "Es hora de adaptar el modelo de gestión sanitaria a las necesidades actuales, a un servicio público que está desbordado y con el riesgo que eso supone para la seguridad y salud de los profesionales".
Botones antipánico
Esta visión coincide en gran medida con el diagnóstico que realiza la responsable del sindicato de enfermería Satse, Fayna Gómez, que reafirma que "cada vez hay más agresiones y más bestiales como la que se han producido recientemente en Motril y Huéscar". "Van en aumento porque cada vez hay menos tolerancia por parte de la gente y no sabemos el motivo". Por eso, la enfermera pide hacer un estudio como saber "cómo podemos solucionar" este problema porque "agredir a quien te atiende no lo es".
Al Satse le preocupa el aumento de las agresiones "porque los profesionales llegan con miedo al trabajo": "Estás cumpliendo con tu obligación y alguien se cree con derecho a pegarte. Hemos perdido el norte como sociedad". Según los datos del sindicato, 8 de cada 10 agresiones a sanitarios son recibidas por enfermeras. "Igual tenemos que difundir qué significa agredir a un sanitario porque piensan que luego no tiene consecuencias", explica Gómez recordando que agredir a un médico, enfermera u otro trabajador del sistema de salud está penado y "la gente se lo toma a la ligera".
"Nosotros como sindicato tenemos propuestas realizadas en la mesa sectorial. Tenemos un riesgo importante en nuestro trabajo y nuestras medidas van por educar a la ciudadanía, y que si tienen un problema asistencial, por ejemplo, listas de espera, poner medidas disuasorias. Hay que saber por qué se agrede", sentencia Gómez. También pide mayor seguridad: "La Policía tiene que llegar a tiempo y también debemos tener botones antipánico en las consultas como medida de protección en el lugar de trabajo", añade. Asimismo solicita poner en marcha el Plan de Agresiones de la Junta de Andalucía.
Agresión en Motril
Desde CSIF Granada han denunciado la última agresión sufrida por el personal del centro de salud de San Antonio de Motril y la agresión múltiple a cuatro profesionales de las urgencias del Hospital Santa Ana, en este último caso en la madrugada del lunes, de la que resultaron heridos graves dos guardias de seguridad, y leves una celadora y un enfermero.
Según explicó a Granada Hoy una de las personas afectadas en esta última agresión, pasada la una de la madrugada el miembro de una familia de la zona ingresaba en el Hospital con pronóstico reservado, al poco tiempo distintos familiares comenzaron a llegar a las inmediaciones del centro hospitalario, unas 30 o 40 personas según varios testigos. "Al principio todo fue normal, fueron entrando poco a poco para ver a la persona que estaba ingresada, tal y como establece el protocolo de Urgencias. Pero hubo un momento en el que uno de esos familiares se mareó estando en la puerta y empezaron los gritos. En cuestión de segundos pasaron de requerir un médico con urgencia a gritar: un médico, hijo de puta. Fue casi imposible atender a esta persona, todos los familiares estaban encima y se les requirió en varias ocasiones que dejasen un poco de espacio para poder atender al desfallecido".
Posteriormente, el agente de seguridad pidió a los familiares que esperasen en la puerta o en la sala de espera, "en ese momento llegó el primer puñetazo y empezó una auténtica batalla campal. Los familiares nos rodearon y empezaron a propinarnos puñetazos, patadas, en la cara, en el estómago, en el oído. Iban para todos lados". Pegar al personal sanitario está castigado como si la agresión fuese a un Policía.
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