Los andamios de la posguerra
Un seminario analiza la impronta del franquismo en la restauración de edificios históricos tras la contienda fratricida

Los traumas de la Guerra Civil de 1936 se dejaron sentir no sólo en el día a día de la sociedad española, sino que afectó de forma clara y definitiva al paisaje de pueblos y ciudades. Granada fue una de esas urbes en las que la contienda fratricida dejó su huella de destrucción en el patrimonio arquitectónico, lo que obligó, en la primera etapa del franquismo, a una importante labor de restauración que, aún hoy, sigue siendo objeto de estudio.
Paisaje después de la batalla es el título del seminario que tiene lugar en el Palacio de Carlos V desde el pasado martes y que tiene como objetivo dar a conocer el trabajo de reconstrucción desarrollado en una época, de 1936 a 1958, la de la dictadura de Franco, que ha sido minusvalorada por sus connotaciones políticas e ideológicas. Tal y como explica el codirector del seminario, José Castillo, "queremos conocer esa época" en la que hubo una gran cantidad de intervenciones sobre edificios históricos, algunas más afortunadas que otras.
"Esas intervenciones en los monumentos se destruyen ahora porque no se les da valor", prosigue Castillo, marcadas por la singularidad de una época en la que, tal y como explica el codirector del seminario, "había una implicación ideológica en las reconstrucciones" que buscaban legitimar, también a través de la arquitectura, la España del Nacional Catolicismo. Así, se realizan importantes intervenciones en Asturias -cuna de la monarquía y también de la reconquista-, Aragón y también Andalucía. Y este fenómeno no es exclusivo del franquismo, sino que se da en la misma medida en el resto de Europa, destrozada por la Segunda Guerra Mundial.
En Granada tanto los sucesos previos al conflicto fratricida como la guerra dejaron secuelas y también hubo intervenciones. Algunos de los elementos granadinos restaurados en la posguerra fueron construcciones tan identificables y ligadas a la capital como algunas iglesias del Albaicín, el Palacio de Carlos V o la torre de San Jerónimo, ambas intervenciones diseñadas por la mano del arquitecto Francisco Prieto-Moreno.
"Lo interesante es ver el criterio que se utilizó en esas reconstrucciones", explica Castillo. "Mientras que hasta la República había un criterio más científico, después se da un retroceso. Por ejemplo, se intenta reconstruir en el estilo original" del edificio en el que se interviene.
Según explica el especialista, "la construcción implica la modificación de elementos barrocos, como la colocación del coro", pero también se interviene en elementos arqueológicos, como los dólmenes. De hecho, una de las ponencias que incluye el programa del curso trata sobre la eliminación de los revestimientos y revocos en la restauración. Elementos modificados que hoy forman parte de la memoria colectiva.
"Este seminario pretende revisar esos procesos y devolvernos la imagen de un paisaje monumental que nunca volvió a ser el mismo", según explica el díptico del seminario, que comenzó el martes con la conferencia inaugural Un país devastado. Ciudades y arquitecturas ante la reconstrucción, a cargo del profesor de la Universidad de Granada Ángel Isac Martínez de Carvajal y finalizará hoy después de tres días de trabajos con la conferencia Miradas desde la cultura, del también docente de la UGR Ignacio Henares.
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