"Los animales están más aburridos": así vive el Biodomo de Granada la crisis del coronavirus
El público verá nuevas especies al volver
Un total de 16 profesionales, protegidos con mascarillas y guantes, se encargan del mantenimiento del parque zoológico, el acuario y el jardín botánico ubicado dentro del Parque de las Ciencias
Granada/Muchísimos comercios, incluidos los bares, han cerrado. Los eventos culturales se han suspendido hasta nuevo aviso. La mayoría no puede salir a la calle salvo excepciones como comprar productos de primera necesidad o ir a trabajar. La crisis del coronavirus lo ha paralizado casi todo en esta ciudad. El parque zoológico, el acuario y el jardín botánico situado dentro del Parque de las Ciencias, conocido con el nombre de Biodomo, continúa con su actividad a puerta cerrada. Un total de 16 profesionales, entre conservadores, cuidadores, investigadores del departamento de Biología y personal de mantenimiento, se encarga del cuidado del espacios y sus inquilinos.
El conservador del Biodomo, Jonathan García, atiende al teléfono tras acabar su jornada donde le han surgido emergencias como tratar a un animal enfermo. "Tenemos casi más trabajo al dividir el personal en dos grupos. Así, si se contagia uno no se viene la plantilla abajo. Tenemos turnos de cuatro días. Los siguientes cuatro los descansamos", explica. El personal sigue desde hace semanas un protocolo de seguridad con medidas de prevención para minimizar el riesgo de contagio de coronavirus. "Usamos mascarillas y guantes. Desinfectamos continuamente los pomos de la puerta, las barandillas. Todo lo que tocamos a diario", detalla.
Los cuidados prácticamente son los mismos y la actividad de las diferentes especies no ha variado. "El cambio lo hemos notado los trabajadores. Los animales están mucho más aburrido al no ver el público y estar todo tranquilo. Pensamos que iban a estar más relajados y lo que están son más aburridos. Los lemures y los primates echan de menos a la gente. Esta situación les está afectando al comportamiento. Lo que les gusta es ver pasar a los niños, a los visitantes", reconoce García. El Biodomo recibe cerca de 200.000 visitas anuales. Los lemures, según el conservador, suelen dormir más tiempo ahora. "Las siestas son más largas. Antes, con el ajetreo de ir venir de niños, dormían a medio día", precisa. La pareja de sakis de cara blanca, unos primates del Amazonas que llegaron en enero al Biodomo, intentan divertirse jugando con los tucanes.
La noticia sobre dos pandas gigantes del Zoo de Hong Kong que se han apareado tras estar 10 años juntos ha dado la vuelta al mundo. ¿Habrá baby boom animal tras la crisis sanitaria? "La perezosa está preñada, pero dará a luz a finales de año. Hemos aprovechado para traer un lagarto nuevo, un varano macraei que ha venido de Asia, y los sakis. Estamos aprovechando este tiempo también para integrarlos con los otros animales sin tener la presión del público. Lo que verá el público serán nuevos animales. No nacidos de nuevo, pero si nuevas especies", adelanta el conservador.
"Ningún animal ha presentado síntomas"
Una tigresa del Zoológico del Bronx se ha contagiado de coronavirus. ¿Corren peligros los animales del Biodomo? El conservador contesta sin vacilar: "Ahora mismo no. Ningún animal ha presentado síntomas. Tampoco está claro que especies son las portadoras. Se habla de la familia de los mustélidos (hurones, comadrejas, nutrias, tejones)". "Podría ser más peligroso cuando vuelva a entrar el público. Que alguno transmitiera la enfermedad a los animales. Las medidas de protección las tenemos para nos contagiarnos entre nosotros", aclara.
Los cuidadores del Biodomo trabajan de siete de la mañana a cuatro de la tarde. "A primera hora del día preparamos las dietas. Les damos tres comidas al día. En la cocina de los animales se prepara la dieta de los mamíferos, la de las aves y la de los peces en los acuarios. Después se limpian las zonas exteriores antes de que soltemos a los animales. La mayoría duermen en sus cobijos por control de los animales para que estén bien. Primero se preparan las dietas, se les pone la comida en los cobijos y después se limpia la zona abierta de exposición", resume. Sin olvidar la parte de sifonado, que elimina los restos de comida y las heces de los peces que habitan el acuario.
"A las 10 de la mañana ya soltamos los animales a la selva, a lo que sería el parque. Al medio día tienen su almuerzo que se combina con enriquecimiento. Su actividad sigue siendo la misma. Sobre las 19:00 de la tarde solemos guardar a los animales en su cobijo donde ya tienen la comida dentro preparada", continúa. La parte del enriquecimiento, destaca, "mantiene al animal activo e incentiva la búsqueda de comida. "A las nutrias le metemos la comida sumergida en el agua para que tengan que buscarla. Los animales en la naturaleza se pasan entre el 60% y el 70% de su tiempo buscando alimento. ¿Si tú se lo das en un cuenco, qué hacen el resto del tiempo? Le tienes que preparan un plan de enriquecimiento para que los animales estén activo porque si no pueden tener comportamientos raros", explica.
Respecto al mantenimiento del jardín botánico, en el espacio usan abonos y control de plagas biológicos, dejando a un lado los productos químicos puros. "Tenemos un jardinero que viene todas los días. Él se encarga del aporte de los nutrientes a las plantas, la poda que corresponde. También la recuperación de plantas porque hay animales que se las comen. Se vuelve a replantar cuando se ha recuperado", precisa García. "Se nos va el día trabajando. La preocupación es caer enfermos. Como no hemos dejado de trabajar nos afecta un poco menos la situación", dice al final de la conversación. A pesar del cierre temporal, el Biodomo continúa funcionando gracias al excepcional trabajo de un equipo que todos los días vela por la seguridad y el cuidado de las 250 especies.
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