El año de las protestas
Sindicatos y colectivos han tomado las calles en un año marcado por el rechazo a la política de Rajoy El Sercla ha mediado en los conflictos de más de 36.000 granadinos
Si 2011 fue el año del 15-M, este 2012 que acaba de cerrarse fue el año de los sindicatos. Un día sí y otro también, las organizaciones de clase, los colectivos profesionales, los empleados públicos y los estudiantes han salido a las calles de Granada, se han concentrado frente a las puertas de instituciones y empresas, y han elevado sus voces por la política laboral del Gobierno, por el desmantelamiento del Estado de Bienestar, por los recortes salariales, por la congelación de los sueldos públicos y de las pensiones, por el incremento del paro, por la aplicación de una reforma laboral que ha demostrado ser ineficaz, por los recortes en Educación y Sanidad, por el aumento de las tasas universitarias... Los sindicatos llevan años diciéndolo y ahora lo hacen con más intensidad que nunca: sobran los motivos para manifestarse, para gritar, para pedir una salida diferente de la crisis.
Los sindicatos han llenado las calles de Granada a lo largo de todo el año. Aunque las protestas se han recrudecido a partir de la segunda mitad del año, cuando se han llevado a cabo muchas de las medidas más polémicas del Gobierno central, la conflictividad laboral se ha paseado por las calles de Granada a lo largo de todo un ejercicio. El ejercicio de las dos huelgas generales, que en Granada sacaron a la calle a miles de trabajadores, aunque su efecto en la economía real fuera bastante desigual.
Hasta el mes de septiembre de 2012, en Granada se habían celebrado 526 protestas de las 646 inicialmente convocadas. Esta cifra se traduce en dos manifestaciones y concentraciones diarias. Pero claro, a esta estadística de la conflictividad faltaría por añadir los tres últimos meses del año, tres meses marcados por protestas como las de Rober o Cetursa, por convocatorias de huelga indefinida como la de Inagra -que finalmente parece que sí se llevará a cabo a partir del día 7-, o por concentraciones como las de los trabajadores de los servicios sociales.
El aumento de la crispación no se ha traducido únicamente en protestas contra los gobiernos, sino que también se ha dejado notar en la conflictividad a nivel de empresa y sector. Despidos, expedientes de regulación de empleos, recortes salariales, congelación de sueldos... Los motivos que han llevado a los trabajadores a protestar, a amenazar con paros parciales o individuales son tan variados como los que han llevado a los sindicatos a convocar protestas constantes en las calles. Esa conflictividad se ha dejado notar en la actuación del Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales (Sercla), el lugar de encuentro de trabajadores y empresas cuando las negociaciones se bloquean y las tensiones van en aumento. Entre los meses de enero y noviembre, el Sercla ha recibido en Granada un total de 99 expedientes colectivos que afectaban a 5.622 empresas y 36.968 trabajadores envueltos en un conflicto laboral que en muchos casos dejaba a la plantilla al borde de la huelga.
En concreto, de los expedientes colectivos tramitados por el Sercla, 30 eran previos a la convocatoria de huelga; mientras que 60 eran previos a la vía judicial (en este caso los expedientes más comunes son los motivados por despidos y reclamaciones de cantidad) y otros 9 respondían a otro tipo de procedimientos.
No todas las intervenciones del Sercla fueron un éxito. De las actuaciones de este organismo perteneciente a la Junta de Andalucía, 48 finalizaron con avenencia, mientras que el resto de las tratadas a nivel colectivo finalizaron sin acuerdo entre las partes.
Si estos datos se suman a los registrados desde que empezó la crisis, el recrudecimiento del clima social es más que evidente. Desde enero de 2008 hasta noviembre de 2011, el Sercla ha tenido que mediar en 943 conflictos laborales.
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