2014: El año en el que nos subimos en la LAC y en el que 20.000 jóvenes se fueron de botellón
Granada año a año
Muere en Madrid Jiménez de Parga y Luis Oruezábal 'Chikito' fallece al inhalar monóxido de carbono de una estufa
El juez encarcela a tres curas acusados de haber cometido presuntos abusos a menores
2013: El año en el que la celebración del Milenio pasó con más pena que gloria
Granada/En 2014 el Ayuntamiento se metió en un charco al intentar remodelar todas las líneas del transporte urbano. La Gran Vía y la calle Reyes Católicos se habían convertido en un cuello de botella por el que pasaban diez líneas de autobuses a una media de un autobús por minuto. Como la promesa electoral de que un tranvía iba a pasar por el centro se había quedado en eso, en promesa, los representantes municipales empezaron a viajar por otras ciudades europeas y españolas de corte histórico como la nuestra para ver cómo era su sistema de transporte público.
Al final se adoptó poner en marcha la LAC, acrónimo de Línea de Alta Velocidad. La idea era que pasara por el centro más congestionado una sola línea de autobuses para evitar los problemas de tráfico que se autogeneraban los propios autobuses, eliminar la fragmentación de pasajeros de distintas líneas o la duplicidad de trayectos. Los viajeros de los barrios irían a parar a dos intercambiadores desde donde podían coger esa sola línea que iba a pasar por el centro. Toda una revolución en el transporte urbano. Nunca se había hecho nada igual.
Los encargados de la propuesta sabían que le iban a llover hostias por todas partes. Fue la concejala de Movilidad Telesfora Ruiz la encargada de poner en marcha el proyecto y la entrenada para, cuán saco de boxeo, recibir todos los golpes que atizaran la oposición y la ciudadanía. Por lo pronto el desembolso municipal iba a ser muy importante. Inmenso. En mayo de 2014 comenzaron los trabajos de construcción de las nuevas paradas y los intercambiadores correspondientes. Se adquirieron 15 unidades de unos autobuses (marca Mercedes Benz) azules de veinte metros de longitud y con una capacidad para doscientos viajeros. Aunque en un principio se planteó utilizar vehículos eléctricos para dar servicio a la línea, el alto coste que suponía en un vehículo de tales características llevó a que el Ayuntamiento optase por autobuses de bajas emisiones.
La LAC entró en funcionamiento el 29 de junio. El Ayuntamiento presupuestó casi 24 millones de euros anuales para el nuevo sistema de transporte urbano. Durante las primeras semanas el servicio fue gratuito para favorecer la adaptación de los ciudadanos al nuevo modelo que, por primera vez en treinta años, unificaba los cientos de autobuses del centro urbano en una sola línea. Los que estaban a favor veían como buena la medida de que no pasaran todos los autobuses por el centro, además de la mejora de la calidad del aire. Los que estaban en contra no podían asumir el vademécum de nombres de las líneas y el que se tuviera que hacer hasta tres trasbordos para llegar a un determinado sitio. Y para los mayores resultaba un auténtico lío aprenderse tanta nomenclatura. Para la oposición la LAC era un pozo sin fondo que estaba arruinando la ciudad, tenía sobrecostes y, además, no resolvía los verdaderos problemas del transporte urbano. La LAC duraría cuatro años. En 2018, durante el mandato del socialista Paco Cuenca, fue desmantelado el sistema. Los LAC fueron convertidos en autobuses de la línea cuatro y los demás recuperaron las antiguas numeraciones. Fin del trayecto.
El caso Romanones
En noviembre de 2014 saltó desde Granada una noticia que tuvo una enorme repercusión nacional. Tres sacerdotes y un seglar, profesor de Religión, fueron detenidos por orden del juez que investigaba los supuestos abusos sexuales a un menor. Los detenidos pertenecían al clan conocidos como Los Romanones. La supuesta víctima de los abusos, un joven de 24 años, escribió una carta al Papa denunciando haber sido víctima de abusos sexuales y violación, por parte del jefe del ‘clan’, el padre Román Martínez, de 61 años. En su carta también habla de tocamientos a él y a otros monaguillos por parte de tres sacerdotes y de un profesor de Religión, que actuaba de encubridor. El papa Francisco le respondió diciendo que denunciara los hechos ante la justicia y ante el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez Fernández. Le pidió perdón al joven denunciante, un supernumerario del Opus Dei, en nombre de la Iglesia y posteriormente le llamó por teléfono.
Las detenciones de los que podrían ser los principales implicados en este caso de supuestos abusos a menores en la Iglesia se produjeron un día después de que el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, se postrara ante el altar mayor de la Catedral para pedir perdón por los "escándalos" ante los fieles en la eucaristía. La investigación alcanzó, además, a otros diez sacerdotes y dos laicos.
Tres años después de ser detenidos, en 2017, un tribunal consideró prescritos los presuntos delitos para todos los investigados excepto para Román Martínez. Se celebró un juicio en el que se enfrentaba a nueve años de cárcel de petición fiscal. El último día, no obstante, el ministerio público retiró la acusación y el sacerdote fue declarado inocente. El denunciante fue obligado a pagar las costas.
Tras el fallo judicial, el Papa pidió perdón a los tres curas y los recibió en audiencia. Igualmente, el arzobispo de Granada entonó su perdón públicamente en un acto el en el que se tendió al suelo en la catedral en señal de penitencia. La imagen del arzobispo con todos los oficiantes de la misa tendidos bocabajo fue de traca y al día siguiente ocupó, a cinco columnas, la primera página de los periódicos.
El gran botellón
El 21 de marzo, con ocasión del cambio de estación, miles de jóvenes (unos 20.000 según la policía local) convocados a través de las redes sociales se concentraron en el botellódromo de la capital para celebrar la llamada Fiesta de la Primavera. Aquel día la ciudad se convirtió en un desfile de jóvenes con bolsas llenas de bebida camino de la zona cercana a Méndez Núñez que el Ayuntamiento había habilitado para que se pudiera consumir alcohol sin molestar a los demás ciudadanos. Para la fiesta se montó un dispositivo en el que, además de la Policía Local, estaba la Guardia Civil, la Policía Nacional y el Cuerpo Nacional de Policía, además de los servicios del 112. ¡Ah! Y cincuenta operarios más de Inagra para limpiar al día siguiente los restos del gran botellón. Un poema.
Por cierto, ese año gana el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca el poeta granadino Rafael Guillén. Era la primera vez que lo ganaba un paisano de Lorca. El jurado destacó en Rafael Guillén su "sabia humildad" y su obra como resultado de "restar espacio a la incertidumbre y al desconcierto". Ahí es ná.
En mayo se inauguró en la Corrala de Santiago la exposición del popular grafitero granadino Raúl Ruiz, conocido como El niño de las pinturas. En esa exposición se hacía un recorrido por lo que habían sido dos décadas dedicadas al mural y en la que se podía contemplar reproducciones de una selección de sus grafitis repartidos por todo el mundo.
El 27 de junio se acortó el viaje hacia la Costa al inaugurarse los tramos Taramay-Lobres y Lobres-Guadalfeo de la A-7. Ese año el Gobierno echa un jarro de agua fría sobre los comerciantes y empresarios del litoral granadino que estaban empeñados desde hacía años en que la autovía que unía a Bailén con Motril se llamara Autovía de la Costa Tropical. No era un capricho. La idea de los comerciantes costeros es de que todos aquellos viajeros que cruzaran Despeñaperros no titubearan y encontraran señales que les indicara donde estaba la Costa granadina. Al final se le puso el nombre de Autovía Sierra Nevada.
Ese año la caroca que ganó el concurso de quintillas del Corpus parodiaba los descuentos que ofrecía Emucesa, la empresa mixta que gestionaba el cementerio: "Las rebajas de Emucesa/me producen depresión/y me como la cabeza/pensando que he de estar ‘tiesa’/’pa’ pillar el ofertón".
Muertes e incendios
El último día del año 2014, Granada perdía, de una forma tan increíble como cruel, uno de sus vecinos más populares: Luis Oruezábal, Chikito. El que fuera jugador del Granada de los años setenta y propietario del restaurante Chikito, falleció a consecuencia de la inhalación de humo en su domicilio por la mala combustión de una chimenea. Su esposa y un matrimonio amigo también resultaron graves, pero pudieron salvarse.
Luis Oruezábal López era hijo de unos padres burgaleses que habían emigrado a Buenos Aires. Allí nació. Fichó por el Granada CF en 1973, durante la época más brillante del club rojiblanco en Primera División. Tras su retirada del fútbol, a consecuencia de una grave lesión cuando jugaba en el Jaén, en 1980, gestionó el restaurante Chikito, que había abierto años antes junto al portero internacional uruguayo Mazurkiewicz, quien también se alineaba en esos años en el Granada CF. El restaurante Chikito, punto de cita para todo tipo de tertulias futbolísticas y deportivas, adquirió notable fama en los años sucesivos no solo por su calidad culinaria sino también por su implicación en todos los acontecimientos que significasen la promoción externa de la ciudad, en la que Oruezábal –ya dueño en solitario del establecimiento– colaboraba con dedicación y entusiasmo. Su colaboración en tales eventos fue argumento suficiente para ser nombrado Hijo Adoptivo de Granada, por decisión unánime del Pleno municipal. Luis tenía 62 años cuando murió.
El Chikito competía en calidad y prestigio con el Bar Sevilla, señero restaurante tradicional, el más longevo entre los fogones de la hostelería granadina, que cerró sus puertas en 2014. Atrás quedaban 82 años de historia propia. Enclavado en el corazón de la ciudad, frente a la Capilla Real, un rincón netamente granadino, recibió nombre al calor de los ecos entonces recientes de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, celebrada en 1929. Un torero, 'Lagartijillo Chico', fue su fundador. Después pasaría a la familia Álvarez, que lo regentaría durante tres generaciones. Era un restaurante en el que habían estado una vez en su vida personajes como Marlon Brando, Charlton Heston, Henri Fonda, Cantinflas, Agustín Lara, Von Karajan, Rudolf Nureyev, la reina Fabiola, el presidente Mario Soares, Paco Camino, Diego Puerta, Mario Benedetti, Dalí... Para entonces el bar ya daba nombre a lo que bautizó como 'el pacto del Sevilla': en un reservado del restaurante se reunieron en plena Transición, un mediodía de otoño de 1976, representantes de todas las fuerzas políticas de Granada, desde neofranquistas moderados a la izquierda que nunca sería parlamentaria, pasando por AP, UCD, PSA, PSP, PSOE, un encuentro del que salió una consigna y acuerdo claros: "Nunca más los horrores de los años 30".
En 2014 también falleció en Madrid, a los 85 años, el expresidente del Tribunal Constitucional Manuel Jiménez de Parga, Nacido en 1929 en Granada, Jiménez de Parga enseñó Derecho en varias universidades, fue diputado en las Cortes Constituyentes por la UCD y ministro de Trabajo del presidente Adolfo Suárez, consejero de Estado y luego magistrado y presidente del Tribunal Constitucional.
En sus 30 años de ejercicio defendió a estudiantes y sindicalistas, además de periodistas e intelectuales perseguidos por la dictadura. Su voz en el debate público dejó con frecuencia muestras de su particular sentido del humor, quizá heredado de su cultura andaluza que siempre defendió. Era Hijo Predilecto de Andalucía y Medalla de Oro al Mérito por la Ciudad de Granada.
En el capítulo de sucesos hay que destacar este año dos incendios importantes. El primero se declaró a finales de agosto en el paraje de la Loma del Genil, en el municipio de Cenes de la Vega. Se hizo necesario el apoyo de los medios aéreos para sofocar el incendio, que devastó 200 hectáreas de pinar y matorral.
El segundo incendio que acaparó la atención de los granadinos y de los aficionados al esquí, fue el del hotel Lodge en Sierra Nevada. En apenas cinco horas este establecimiento de lujo fue devorado por las llamas. Su atractiva estructura de madera ardió como una tea ante la atenta mirada de los 20 empleados y 32 clientes que no sufrieron daño alguno. El Lodge estaba construido con madera finlandesa y estaba perfectamente integrado en el entorno natural con fabulosas vistas a las montañas de Sierra Nevada. Sus dieciocho espaciosas habitaciones acababan de ser redecoradas por el reconocido diseñador de interiores Andrew Martin. El incendio reabrió el debate de la necesidad de que en Sierra Nevada hubiera un parque de bomberos permanente. Dos años después del incendio, el Lodge abriría de nuevo sus puertas. Dormir en él cuesta 600 euros la noche.
En fútbol lo más importante de ese año fue la victoria del Granada por un 1-0 sobre el Barcelona. Los aficionados fueron al campo a ver a Messi y Neymar, pero ese día ninguno estuvo a la altura de la fama que ambos tenían. Esa temporada nos salvamos por los pelos de bajar de nuevo a Segunda.
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