20 años del piropo más cosmopolita a Granada

La visita del ex presidente de EEUU a la capital en 1997 supuso un hito en la proyección turística internacional

20 años del piropo más cosmopolita  a Granada
20 años del piropo más cosmopolita a Granada / Rpo. Gráfico: M. H. León /Efe
A. González Vera

16 de julio 2017 - 02:32

Granada/Da igual que la frase la pronunciara en el mirador de San Nicolás o en el mirador de San Cristóbal. A estas alturas, que el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton dijera que en el Albaicín había asistido a la "puesta de sol más maravillosa del mundo", sigue siendo el mejor regalo que la ciudad podía recibir de boca del cargo más poderoso del mundo. Veinte años después, la ciudad sigue recogiendo los frutos de aquellas palabras que consiguieron llevar el nombre de Granada por todo el mundo. De hecho todavía hoy, hay quien pregunta por el cautivador mirador.

La visita del presidente estadounidense y su familia a Granada aquel 9 de julio de 1997 hizo que la seguridad de la ciudad pasara el que sería el examen más importante de su historia. Un reto para los cuerpos y fuerzas de seguridad que durante una semana peinaron el subsuelo, revisaron el río Darro y sellaron todas las alcantarillas de la capital. La intrahistoria fue de película. En 1997, César Díaz era concejal de Protección y Seguridad Ciudadana y el portavoz del equipo de gobierno de Gabriel Díaz Berbel (PP).

"Fue un momento apasionante, hay muchos mitos en relación a todo lo que mueve el presidente de Estados Unidos... y son verdad", recuerda Díaz. Veinte días antes de que llegara el presidente, el equipo de comunicaciones de la Casa Blanca ocupó tres plantas del Hotel Center. Hubo que esperar a las tres de la tarde para que el tráfico permitiera maniobrar a la comitiva de tráilers. Un despliegue de película para que nada fallara en las cinco horas que Clinton pasó en Granada. Solo un ejemplo: para la cena en el Palacio de los Córdova hubo que desalojar la habitación contigua (donde entonces se ubicaba el archivo histórico de la ciudad) para crear una sala de comunicaciones que tuviera conexión con el Pentágono y la Casa Blanca mediante un teléfono encriptado que permitía comunicarse con cualquier parte del mundo.

Puestos en todas las situaciones (incluida la de un posible atentado), se diseñaron rutas alternativas para llegar a un hospital lo más rápido posible, sin ningún contratiempo. Al final todo salió a la perfección. César Díaz recuerda con orgullo el certificado que la Casa Blanca le mandó agradeciendo la coordinación de los servicios de seguridad que se llevó a cabo.

"Veinte años después recuerdo todos los esfuerzos, las horas de dedicación y la preocupación de saber que cualquier incidencia que hubiera ocurrido tendría repercusión mundial", relata Díaz.

Hace 20 años, Antonio García ya ostentaba el cargo que ocupa hoy: secretario general de la Federación de Hostelería. "Con la perspectiva que dan los años podemos decir que fue un acontecimiento con un impacto descomunal. Fue una promoción impagable", opina Antonio García, quien cree que la imagen que proyecta de un destino un presidente de los Estados Unidos solo es comparable a la proyección que pueda tener una figura como el Papa.

Como el mundo es extenso y la belleza de sus rincones es infinita, Clinton destacaría durante su mandado (1993-2001) otros lugares espectaculares del mundo, entre ellos el Cañón del Colorado. "Comprendo que quizás utilizamos y nos aprovechamos de la coyuntura para promocionar nuestro destino. Da igual que fuera el mirador de San Nicolás o el de San Cristóbal, lo que quedó claro es que cualquier rincón del Albaicín es bellísimo", manifiesta el que fuera concejal de Seguridad Ciudadana.

La cara menos amable de la visita la protagonizaron los vecinos del Albaicín que no dudaron en pintarrajear y atacar el monolito que el Ayuntamiento intentó colocar en el mirador para recordar siempre la famosa frase del ex presidente. "Invitado por Sus Majestades los Reyes, don Juan Carlos I y doña Sofía, visitó Granada el presidente de los EE. UU Willian B. Clinton acompañado de su esposa y exclamó desde este mirador al ponerse el sol: es el atardecer más bello del mundo". Un frase que ya es parte de la historia, aunque sea en el recuerdo.

La suegra de Clinton, en el origen de la visita

La visita de los Clinton a Granada tuvo su origen en la madre de Hillary. La primavera anterior el que fuera alcalde del PP, Gabriel Díaz Berbel, recibió una petición del delegado del Gobierno, José Torres Hurtado, para que atendiera a la suegra del presidente norteamericano. Estaba alojada en el Hotel Alhambra Palace, acompañada por un embajador marroquí que hacía de edecán, pero quería pasar inadvertida. Díaz Berbel le mostró el Albaicín, la invitó a comer caracoles en la plaza Aliatar "y se lo pasó bomba". Cuando se iba le dijo al alcalde: "pídeme lo que quieras". Díaz Berbel no desaprovechó la oportunidad. En su calidad de senador sabía que Clinton iba a participar en la cumbre de la OTAN en Madrid en julio, por lo que le dijo que sería un sueño que su yerno, el presidente, viniera a la ciudad. Y le contestó: "No se preocupe, que viene". Nunca se pudo calcular el beneficio económico que supuso para la ciudad una visita en la que el Ayuntamiento tan solo se gastó 3.000 euros (entonces 500.000 pesetas). Díaz Berbel siempre dijo que hubo dos granadas turísticas, una antes y otra después de aquella visita. Para Berbel aquella visita valió 20 fiturs juntos. La frase de Clinton fue utilizada al año siguiente en una campaña turística de Granada en varias ciudades y aeropuertos del mundo.

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