Los apicultores denuncian el robo de abejas para polinizar invernaderos

Calculan que se han sustraído unas 800 colmenas en lo que va de año, que acaban en explotaciones agrícolas de melones y sandías de Almería · Cada colmena tiene un coste de hasta 180 euros

Un apicultor manipula una colmena en un invernadero.
Un apicultor manipula una colmena en un invernadero.

Los apicultores están más que mosqueados. En los últimos meses han detectado un aumento considerable de hurtos de colmenas, sustracciones que les están provocando un serio perjuicio económico y que les ha obligado a pedir a la Guardia Civil que extremen tanto los controles en carretera como los controles en invernaderos. Sí, porque precisamente los cultivos bajo plástico parecen ser el destino de los insectos, que son robados para, posteriormente, polinizar explotaciones de sandías y melones fundamentalmente en la provincia de Almería.

Según la estimación de la Asociación Provincial de Apicultores de Granada -que agrupa a 260 socios que suman unas 50.000 colmenas- en lo que va de temporada se han sustraído unas 800 colmenas en unos 22 robos sufridos sólo por asociados de este colectivo entre Granada y Almería. Para hacerse una idea de cómo se ha disparado este tipo de delito basta un número. A estas alturas de año en 2010 el número de denuncias era de apenas siete.

Traducido en euros, estos robos suponen unas pérdidas económicas muy serias para el sector de la apicultura. En 22 sustracciones, el perjuicio podría rondar los 144.000 euros, a razón de 180 euros por colmena, que incluyen la producción de miel perdida. "Es un coste importante", señala el secretario general de la Asociación Provincial, Francisco José Orantes, que subraya que además "hay unos costes indirectos" que también deben asumir los apicultores expoliados, "como es el aumento del precio de los seguros".

El "aumento" de los saqueos de colmenas ha crecido en los últimos meses y, por zonas, se concentra, según Orantes, en las comarcas del Valle de Lecrín y la Costa granadina. Normalmente, las colmenas para la producción de miel se ubican en zonas rurales, apartadas de núcleos urbanos para evitar que los enjambres provoquen molestias a los vecinos, lo que, por desgracia para los apicultores, supone una ventaja para los ladrones, que siempre actúan de noche, cuando los insectos se encuentran dentro de la caja.

La causa del aumento de los saqueos de enjambres es, según la Asociación Provincial, es que "este año hay pocas colmenas" por la falta de lluvias. Normalmente, los agricultores de los invernaderos recurren al alquiler de abejas o a la compra de abejorros para polinizar los cultivos. Una vez finalizado el proceso, se devuelven al apicultor. El alquiler de una colmena puede oscilar, según Orantes, entre los 35 y los 60 euros, pero la mayoría de los apicultores de la provincia se dedican, según los datos de la asociación, a la producción de miel. La polinización es un proceso que requiere del apicultor un periodo de recuperación del insecto, que puede acabar muy perjudicado tras polinizar un invernadero a causa de las sustancias que se emplean en ese tipo de explotaciones agrícolas.

Sin embargo, los hay que han encontrado en el robo de colmenas el negocio redondo. "Creemos que los hacen comerciantes, no apicultores, que luego las alquilan", explica Orantes, que pide "más controles porque hay un delito y un fraude fiscal" por parte de estos comerciantes que se benefician del trabajo de los apicultores.

La deducción de que se trata de comerciantes y no simples aficionados parte de la base de que "antes" los saqueos de panales "se daban a pequeña escala", asegura el secretario general de la Asociación Provincial de Apicultores, mientras que ahora pueden llegar a "llevarse 70 colmenas" en una noche. Este "fenómeno" es "relativamente nuevo", reseña Orantes, que calcula que el saqueo de panales comenzó a crecer hace "cinco o seis años". Precisamente en 2007, la Guardia Civil desarrolló la que se bautizó como operación Colmena, que finalizó con la desarticulación en la localidad granadina de Cúllar de una red de robo de estos insectos en varias provincias y la recuperación de 377 colmenas.

Desde entonces, el número de robos no ha dejado de crecer hasta llegar a su punto más álgido, a tenor de los datos de la Asociación Provincial, esta misma primavera, coincidiendo con la época de polinización en las explotaciones hortofrutícolas en invernadero.

Para atajar el problema, los apicultores granadinos piden que los agentes de la Guardia Civil soliciten a los agricultores que tengan en sus cultivos colmenas la documentación que acredite bien la compra bien el alquiler de los enjambres y su procedencia, esto es, el número de registro apícola de quien alquila. "Es la única forma de atajar el problema", sentencia Orantes.

Fuentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil explicaron que hasta la fecha se han presentado nueve denuncias ante la Benemérita por estos hechos, aunque la Policía Nacional ha podido recibir más por ocuparse de las demarcaciones de Motril, Baza y la capital granadina. Ya se han mantenido reuniones con el sector para buscar soluciones. En este sentido, alegaron que se han intensificado los controles por carretera a furgonetas en vías rurales con dirección a la provincia de Almería.

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