Un armario solidario lleno de ropa para afrontar una nueva vida lejos del hospital

Sanidad

La Unidad Neonatal del Hospital San Cecilio de Granada ha desarrollado el 'Armario solidario', iniciativa que ofrece a aquellos bebés que lo necesiten prendas adecuadas a su situación

Enfermeras de la unidad Neonatal del Hospital San Cecilio posa con las ropas guardadas en el armario solidario de la unidad / G. H.
Salva Rodríguez

06 de noviembre 2022 - 06:02

Granada/Hay un armario muy especial en la sexta planta del Hospital Universitario Clínico San Cecilio de Granada, correspondiente a la Unidad de Neonatología. En su interior no se guarda material quirúrgico, ni medicinas. Tampoco contiene cableado eléctrico ni material de oficina. Y no lleva a mundos fantásticos, aunque si hace la vida de quien lo usa un poco mejor. Guarda solidaridad.

El 'Armario Solidario Neonatal', como lo denomina la promotora de esta iniciativa y quienes se encargan de llenarlo, es una opción solidaria para que aquellos bebés que lo necesiten o que no tengan recursos puedan disponer de ropa una vez llegan o se van del centro sanitario granadino.

La iniciativa nació en los meses de marzo y abril de 2020, coincidiendo con el comienzo del Estado de Alarma y el confinamiento total. Se originó a partir del caso de una bebé prematura de Canarias que fue derivada a Medicina Fetal del Hospital San Cecilio, se quedó ingresada aquí durante la primera ola de la pandemia, y su estancia se alargó un par de meses.

Fue entonces cuando la supervisora de enfermería de la Unidad Neonatal del Hospital Universitario Clínico San Cecilio, Sonia Velasco, hizo un llamamiento interno para que profesionales del hospital trajeran ropa nueva o en buen estado, y así poder poner vestimenta a este bebé. A raíz de ahí, se decidió crear este mágico guarda-ropa.

"Es una iniciativa que ha nacido de manera natural. Fue una necesidad que surgió en un momento dado muy concreto y yo personalmente entendía que el hospital como tal no tiene por qué disponer de esos recursos, que atañen más al ámbito social que al sanitario. Fue así como buscamos, sin grandes pretensiones, una alternativa para cubrir una necesidad específica", ha comentado la enfermera a Granada Hoy.

La responsable de la iniciativa, Sonia Velasco, se encarga de organizar las donaciones / G. H.

En el armario se pueden encontrar prendas de primera puesta para bebé. 'Bodys', baberos, patucos, gorritos, mantas, ranitas, polainas. Hasta pulpos y peluches tejidos a manos. Normalmente, suele haber unas 300 prendas de ropa guardadas, pero es un número que va variando en función de la necesidad y de las donaciones que se van recibiendo. Una treintena de bebés se han podido beneficiar de este guarda-ropa.

"Se sumó mucha gente del hospital y con cada llamado que hago cuando el armario está algo más vacío llega más y más ropa. Principalmente, es ropita nueva o prácticamente nueva, pues los bebés crecen muy rápido y de un día para otro las cosas no les sirven. Y todas ropa de calidad, yo no les pondría a estos bebés algo que no quisiera para mis hijos. Una vez llega aquí, se esteriliza y desinfecta, y se queda en el armario a la espera de que un bebé requiera de ella.", ha comentado Velasco.

Fundamentalmente, se acude al armario solidario de Neonatología en casos concretos, como madres embarazadas o con hijos recién nacidos que llegan en patera hasta el Puerto de Motril, cuya área de referencia es del hospital situado en el PTS, y que carecen de recursos sociales, altas precoces de familias que no son de Granada capital, y que por lo inesperado del alta no traen preparada ropa para sacar al bebé del hospital cuando ya pueden marcharse.

También se han beneficiado de él familias y madres sin recursos económicos y poca red de apoyo familiar/social, bebés retirados por Servicios Sociales o traslados de los neonatos a otros hospitales de fuera de la provincia para tratar alguna patología concreta, como al Hospital Reina Sofía de Córdoba. En estos casos, para que no pasen frío, se le pone otra ropa más abrigada que el típico pijama de hospital.

"La gente ha traído prendas sin pedir nada a cambio, y no pretendo que venga ninguna asociación a llenarnos el armario. La sociedad a veces trabaja de forma circular y somos nosotros mismos los que vamos cubriendo las necesidades de aquellos a los que les falta. Es humanización, pero sobre todo es solidaridad", ha valorado la responsable de la unidad.

Principalmente, el armario solidario se usa para ropa de 'primera puesta', es decir, de cara a sacar al bebé de la Unidad Neonatal. Pero aun así, ha habido casos de mamás de otras nacionalidades, con pocos recursos e incluso algunas con gemelos, que sí se han llevado ropa más allá de la primera puesta, para el primer mes de vida. Tras esta primera atención, desde el servicio se les facilita información de asociaciones infantiles y recursos de apoyo sociales a los que pueden acudir, pero este guarda-ropa cubre la necesidad inmediata.

En el interior de este armario se localizan bodys, paticos, gorros, y todo lo necesario para el cuidado inmediato del bebé / G. H.

"Las familias cogen lo que ellos valoran que necesitan. Ellos entran al armario y eligen lo adecuado para sus bebés. En otros casos, sobre todo en traslados, cuando las madres ven a sus hijos en el hospital al que llegan con esas ropitas, se emocionan y rápidamente me llaman o me escriben para darme las gracias. Es muy gratificante", comenta Velasco.

Por el momento, este armario se llena gracias a las aportaciones deprofesionales del hospital universitario y de sus familiares o allegados, casi todo mujeres. Pero especialmente implicadas en esta iniciativa solidaria están Marisol, supervisora jubilada, que compra ropa nueva o seminueva; y Aurora, madre de la supervisora de la Unidad de Digestivo, quien teje a mano las prendas. También están especialmente involucradas la madre de Carmen García, jefa de bloque, (quien también teje a mano), y compañeras de todo el hospital, además del servicio de Neonatología y Pediatría.

Fue especialmente destacable la aportación al armario que realizó una comunidad de abuelas jubiladas noruegas que reside habitualmente en la Costa Tropical, quienes durante la pandemia mandaron ropa tejida por ellas. Patucos, gorritos, mantas, etc. Una muestra más de como una iniciativa como esta puede cruzar culturas y fronteras.

Las familias que pueden disponer de este servicio de emergencia y que cubre una necesidad inmediata solo tienen palabras y gestos de agradecimiento hacia las responsables de la Unidad Neonatal del hospital granadino. "Ver como los niños salen del centro con sus ropitas recién compradas por familiares y abuelos, y otros no pueden hacerlo, me daba mucha pena. Poder sacarlos del hospital vestidos con ropa de bebé, de calle, les hace ilusión, porque simboliza muchas cosas, pero sobre todo la mejoría de salud y la nueva vida", concluye Velasco.

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