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Granada/El mundo de la cultura no es ajeno al machismo, la desigualdad salarial o las agresiones sexuales. Prueba de ello son algunos de los testimonios que aquí se airean para deleite de las personas que, como la ministra de Igualdad, rechazan "la etiqueta de feminista". La dibujante granadina Belén Ortega cuenta que con 18 años, cuando estaba haciendo sus primeros pinitos en el mundo del cómic, un hombre la agredió verbalmente: "O dibujas muy bien o la chupas de puta madre". "Estaba acorralada por hombres en una situación intimidante. Ahora reaccionaría", reconoce la ilustradora, que percibe que "las cosas han cambiado. Se denuncia más ahora, aunque es curioso que casi siempre son hombres los que te cuestionan cuando alzas la voz".
Ortega piensa que en su gremio, el de las artes gráficas, a las mujeres las contratan por "su calidad y profesionalidad" y suelen pagarle lo mismo que a un hombre. Sin embargo, no ha dejado de vivir horrosas experiencias "sobre todo con algunos fans". La más reciente, en un festival galo de cómic: "Un famoso editor empezó a hablar en francés con mi compañero, que lo tenía enfrente, y le dijo que si miraba más mis cómics o mis tetas". La dibujante de cómic señala aún así que simplemente como mujer ha vivido "cosas muchísimo peores" como "la agresion verbal, física y sexual". Por eso mismo, ha decidido que hoy hará el parón de 24 horas. "Defendemos cosas básicas. Mucha gente, que anda desinformada, no tiene ni idea de lo que estamos reclamando. Un tipo ayer me decía que estaba en la movida antihombre y no, esto tiene que ver con la igualdad", afirma orgullosa.
La directora de cine Chus Gutiérrez no se corta un pelo a la hora de contar las dificultades a las que se ha enfrentado a lo largo de su dilatada carrera: "Eres menos creíble que un hombre siempre y te cuestionan las historias que quieres contar, el mundo que ves". El cine, dice, "parece una profesión liberal, pero es muy muy machista, porque si lo analizas contar una historia desde tu punto de vista es una posicion de poder y el poder al final es lo más cuestionado en las mujeres".
A la desconfianza se suma, señala Gutiérrez, una falta de liquidez enorme a la hora de levantar proyectos: "Las mujeres reciben menos presupuesto". La Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales propusieron hace unos meses cuotas en las subvenciones para conseguir la paridad. La directora de El Calentito está de acuerdo: "Las cuotas son un buen punto de partida y funcionan en momentos de desigualdad extrema. Es el caso del cine -las películas dirigidas por mujeres no llegan al 7%-. Se ha demostrado que si los partidos no hubieran puesto cuotas, no tendríamos tantas mujeres en política como ahora".
Gutiérrez dice no entender a la ministra de Igualdad, Dolors Montserrat, que ayer dijo en una entrevista para Cadena Ser que ser feminista lo considera "una etiqueta" y no le gustan las etiquetas. "El feminismo no es más que la creencia en la igualdad de géneros, es querer ser considerada igual frente a todos los niveles. Es una lucha por la igualdad. No entiendo, ni veo lógico, que la palabra feminista siga despertando cierto rechazo", critica la artista granadina, que opina que "hay una desinformación tremenda" respecto al tema. Hoy hará parón y acudirá a la huelga porque "es importante para que el mundo siga avanzando". "Es un día para pensar, actuar y sentirte parte del planeta, de los cambios", recalcó la directora que "una vez" cobró menos que un hombre. "Lo comprobé", asegura.
Marian Recuerda, librera y dueña de Ubú Libros, apoya el parón y la huelga. "Las mujeres dejamos de trabajar para que la gente deje de pensar que somos minoría", argumenta. La también periodista cuenta que "el cliente siempre se dirige antes a un hombre" que a ella, "ya sea un muchacho que anda por la librería o un compañero que viene a hacer un taller". Además, la librera critica que se espere de ella, de la mujer dependienta, "un trato más agradable o afectivo que el de un hombre, mientras que si es ruda se ve mal". "A un hombre nunca se le reprochará si es serio o no en su trabajo", señala.
Carmen Caballero, vocalista del grupo granadino Carmencita Calavera, admite que "el mundo de la música es complicado para las mujeres, ya que es eminentemente masculino". "Muchas veces te encuentras con la falsa cortesía machista de 'las damas primero' o que valoran antes tu belleza o tu fealdad a tu trabajo como música", explica. La cantante confiesa que no se ha sentido mangoneada, pero si ha sufrido "la condescendencia paternal en entrevistas, en trato con empresarios o incluso con compañeros músicos -nunca por parte de su banda-". Hoy irá a la huelga para "hacer visible la causa feminista".
Gracia Morales, dramaturga, poeta y miembro fundador de Remiendo Teatro, dice que nunca se ha encontrado obstáculos en su trabajo, pero sí se ha sentido "en minoría en mesas redondas o en el jurado de un certamen, como cubriendo un cupo". Como mujer sí, muchos: "He sido perseguida por un hombre. Esto es algo terrible con lo que convivimos las mujeres desde que nos hacemos adolescentes y la ciudad se convierte, en determinadas situaciones, en un lugar hostil. He tenido que sufrir también los rumores que suelen rodear a una mujer que ocupa un cargo con cierta visibilidad. Ya sabes, esa sospecha de "¿cómo se habrá ganado ese puesto?".
Hace apenas un mes, se presentó un estudio que señalaba que entre 1923 y 2016, el 82% de los galardones de poesía fueron concedidos a hombres. Morales piensa que se debe, entre otros motivos, a que "los jurados están formados por hombres. "Nuestras creaciones no tienen menor calidad", reivindica.
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