Avistan dos ejemplares de la temida medusa carabela portuguesa frente a la Costa de Granada
El Aula del Mar explica esta aparición debido a los sucesivos frentes atlánticos que han llegado hasta la provincia este mes de marzo
El embalse de Granada que más se ha beneficiado de las últimas lluvias

La temida medusa carabela portuguesa ya ha sido avistada frente a las costas de Granada. Este invertebrado es extremadamente urticantes y se pide encarecidamente no tocarlos. Son medusas más habituales en la zona de la costa atlántica, pero el último tren de borrascas (Jana, Konrad, Laurence y ahora Martinho) han propiciado que algunos ejemplares hayan llegado hasta la zona del mar de Alborán.
Desde el Aula del Mar, referente en investigación y divulgación científica sobre cuestiones marinas y que cuenta con participación de la Universidad de Granada, Julio de la Rosa explica que se han avistado dos ejemplares en el agua frente a La Herradura. "No es algo raro, se han visto otras veces", explica el investigador, que recalca que estas dos medusas han sido muy posiblemente arrastradas por los temporales de estos días y que, en cualquier caso, "no se trata de un enjambre".
En el otro extremo de Andalucía, el Ayuntamiento de Lepe ha pedido precaución ante la llegada de carabelas portuguesas a la playa de La Antilla, donde se han localizado ejemplares de este tipo de medusas en la zona de bajamar de la playa, arrastradas por las corrientes y temporales de los últimos días.
Según la guía sobre medusas y organismos gelatinosos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Physalia physalis -nombre científico de la carabela portuguesa- tiene una cámara llena de gas, de color violeta que está coronada por una vela. La parte sumergida está formada por tentáculos azules finos y largos que pueden llegar a los 20 metros. Es nativa del océano Atlántico, pero en ocasiones -sobre todo en primavera- pueden observarse ejemplares en el Mediterráneo, como ha ocurrido ahora.
El contacto con este animal puede causar dolor e incluso reacciones como temblores, diarrea, vómitos o incluso convulsiones.
Además de la presencia de estos animales, De la Rosa puntualiza que el efecto más evidente de las sucesivas borrascas ha sido la turbidez en la línea costera a cuenta de los arrastres de sedimentos que llegan de tierra firme al mar. Esto supone un aumento de los nutrientes en el agua -gracias a las aportaciones de los sedimentos- y en estas semanas se determinará cómo influye esto en el delicado ecosistema marino granadino.
Microalgas tóxicas
Otro foco de estudio para los investigadores del aula del mar es la presencia de un grupo de microalgas tóxicas que ya se ha constatado frente al litoral granadino y que preocupa porque su proliferación puede acarrear consecuencias. Esta especie de microorganismos puede provocar problemas respiratorios y también efectos urticantes. Su presencia obligó hace años a cerrar algunas playas en Almería. Su presencia frente a Granada es objeto de estudio desde el Aula del Mar, que señala que episodios de proliferación "explosiva" de esta especie son cada vez "más frecuentes". Su presencia es objeto de informes anuales, por ejemplo, desde el Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Universidad del País Vasco.
"Sí se han detectado desarrollos de esas microalgas", aunque no se ha tenido constancia de afecciones a personas ni incidencias sanitarias, subraya De la Rosa.
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