El año hidrológico se despide con el segundo peor registro desde 2013
La situación de los embalses en Granada
La Vega Alta y Media de Granada está en situación de prealerta por sequía
La precipitación media de los últimos doce meses está seis puntos por debajo del promedio histórico de los últimos 25 años
La provincia de Granada despide un año hidrológico ha estado marcado por los fuertes contrastes. Si durante el verano, como es habitual, apenas se han registrado lluvias, septiembre se marcó una gota fría entre los días 10 y 14 del mes pasado que dejó una víctima mortal y cuantiosos daños, sobre todo en el norte de la provincia. Una tromba de agua que causó desperfectos, dañó cultivos pero que, sin embargo, apenas ha servido para aliviar la situación de los embalses granadinos.
Según los datos recogidos por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) –que gestiona todos los embalses de la provincia excepto Béznar y Rules, dependientes de la Junta– están, de media, a un 38,12% de su capacidad. El dato es ligeramente inferior al que se dio el pasado 1 de septiembre (38,53%) –antes de las lluvias torrenciales– y sustancialmente peor que el 1 de octubre de 2018, cuando estaban a un 47,81%. También se puede decir que está a un abismo de la situación de los embalses granadinos de la Confederación a 1 de octubre de 2013, cuando estos se encontraban al 70,96% de su capacidad.
El dato de 2019 es el segundo peor desde que se ofrece el balance en el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación, organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica. Sólo el 1 de octubre de 2017 se registró un porcentaje inferior de agua almacenada en los embalses de la Confederación en Granada (30,62%) que este recién concluido año hidrológico.
Tradicionalmente los datos de finales de septiembre vienen marcados por la ausencia de lluvias de los últimos meses. En Granada, las precipitaciones se esperan a partir de ahora. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en octubre la precipitación media anual llega a los 40 litros por metro cuadrado, mientras que en septiembre ese dato es de 19 litros por metro cuadrado. Sin embargo, el pasado mes de septiembre llovió. Lo hizo de una manera puntual y torrencial. Según los datos recopilados por Emasagra, que cuenta con una estación en la Lancha del Genil, hasta el 15 de septiembre cayeron en Granada capital 46,2 litros por metro cuadrado. Este dato casi duplica a la media histórica para todo el mes –calculada con datos desde 1960–, estimada en 25,64 litros por metro cuadrado.
En la cuenca, las lluvias caídas a mediados de septiembre a consecuencia de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) supusieron un “incremento neto” de las reservas de 29 hectómetros cúbicos. Por provincias, en la de Granada se registró entre el 12 y el 15 de septiembre la media más alta de precipitaciones en esos días: 60 litros por metro cuadrado.El punto de la cuenta donde más lluvia se acumuló también estuvo en Granada, concretamente en el embalse del Negratín (156 litros por metro cuadrado). También hubo registros notables en el río Guadahortuna (141 litros por metro cuadrado), Baza (138) y río Fardes (124). Sin embargo, estas precipitaciones tuvieron una mínima incidencia en el nivel de los embalses.
En la comparativa de los datos del 1 de septiembre con el 1 de octubre, prácticamente todas las infraestructruras gestionadas en la provincia por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir mantienen los mismos números. Únicamente destaca Cubillas, que pasó de estar al 38,4% al 42,4%. Bermejales por su parte, pasó del 50,5% al 67,9%.
El último Informe de Escasez y Sequía, publicado el pasado 1 de septiembre por el Ministerio para la TransiciónEcológico, señala que la unidad territorial bautizada comoVega Alta y Media de Granada –y que se corresponde con la zona central de la provincia, donde están la capital y su corona metropolitana– está en situación de prealerta. En situación de normalidad se encuentran la Hoya de Guadix, la Vega Baja de Granada y Bermejales. El mismo informe señala que el estado “global” de la demarcación es de prealerta. Se trata del nivel que se sitúa por encima de alerta y emergencia. El umbral de prealerta supone que el agua para está garantizada al 100% para abastecimiento durante tres años y un año para riegos.
El último informe pluviométrico mensual de la Confederación del Guadalquivir recoge que el déficit de precipitaciones en la cuenca es del 24% con respecto al valor medio de los 25 años anteriores. Por provincias, los datos de la CHG señalan que la media del pasado año hidrológico es, sin embargo, apenas seis puntos porcentuales inferior a la media para la zona. Si del 1 de octubre de 2018 a 30 de septiembre de 2019 se han sumado 440 litros por metro cuadrado, la media para los últimos 25 años está en 467 litros.
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