"Para mí fueron los mejores años de mi vida": Los bartolos celebran en Granada el 375 aniversario del colegio mayor más antiguo de España
Antiguos colegiales del San Bartolomé y Santiago recuerdan su paso por el emblemático edificio de la calle San Jerónimo
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"Puedes ponerlo así. Las fiestas de apertura de curso son una de las mejores que hay en Granada”. Antonio, conocido como El Jamaicano, es corregido por Fran. “Las de apertura y las de clausura”. El debate es breve. Hay prisa por terminar el desayuno. Cerveza y una primorosa tostada con salchichón. Loncha a loncha Fran le quita cuidadosamente las pintitas de pimienta. El Jamaicano y Fran son de Jabalquinto, Jaén. Reponen fuerzas en el Café Bar Los Arcos, casa fundada en 1975, con Juan. Tienen el traje a punto para cambiarse. En breve comienzan los actos de celebración del 375 aniversario del Colegio Mayor San Bartolomé y Santiago y el inicio del año 376 de vida de esta institución. Los tres son antiguos colegiales y cuentan lo que les ha dado pasar su etapa universitaria en el emblemático edificio de la calle San Jerónimo.
“Para mí fue la mejor época de mi vida”, recuerda con una sonrisa Antonio. “Veníamos a estudiar y encontramos una familia. El recuerdo que tengo es el mejor”, apostilla con convencimiento.
Los 2000
Antonio fue delegado de deportes en su época colegial. Estuvo en el San Bartolome entre los años 2008 y 2011. “Todos los años nos juntamos al menos una vez”, señala sobre la fraternidad que se creó en su promoción, cuestión que es identitaria de los bartolos, como se conoce a los que residen o han residido en este Colegio Mayor, el más antiguo de España. Fue fundado en 1649 tal y como reza la loseta de la entrada principal. Juan, de Linares, cuenta que en las reuniones navideñas se hospedan en el propio Colegio Mayor.
Cada año, al menos en Navidad, se dan cita una treintena de colegiales en Los Arcos para “estar juntos, para recordar” su paso por el Colegio Mayor. Qué se hacía allí y cómo lo vivieron. “Yo defiendo las novatadas”, asegura tajante Antonio.
“No son denigrantes. Son una forma de integrarte”, suelta a bocajarro. Entre aquellos ritos de bienvenida había actos tan inocentes, según aseguran los tres amigos, como poner copas a los veteranos en el botellódromo de Hipercor o recitar unos versos a alguna muchacha. Todo voluntario.
“Son cosas graciosas. Ojalá no se eliminen nunca”. Enlazan este discurso con el rechazo unánime a comportamientos como los vistos en un colegio mayor de Madrid hace tres años, que provocaron una oleada de indignación y propiciaron un debate sobre las novatadas, una práctica que aparece como sancionable en el artículo 12 del régimen interno del Colegio: Ningún colegial podrá ser objeto de ninguna clase de novatadas que atenten contra su dignidad por parte de los Colegiales Mayores, ya sea dentro o fuera del Colegio, reza el citado artículo.
En los años en los que ellos estuvieron enSan Bartolomé y Santiago todas las habitaciones estaban completas y todos eran varones. El colegio comenzó a incorporar mujeres como residentes colegiales el pasado curso, tras la aprobación de la Ley Orgánica para el Sistema Universitario. “Ojalá hubiera habido antes”, señala nostálgico Antonio, para a renglón seguido explicar que al Colegio Mayor “siempre” han podido entrar amigas. También ha habido mujeres residentes investigadoras.
El contundente desayuno prosigue mientras en la plaza de Derecho comienzan a formarse pequeños grupos de antiguos colegiales. Paco Vizcaíno llegó desde Almería a Granada para estudiar. Es uno de los 200 exresidentes que participan en el evento programado para este sábado 23 de noviembre para celebrar los 375 años del Colegio Mayor. Vienen de toda España y los hay de todas las edades. Incluso algún octogenario, según explica Antonio -el conserje del Colegio que en la mañana del sábado estuvo más que ocupado- se ha unido a la fiesta de cumpleaños.
Los 90
Paco está en Granada “por diversión, por ver a la gente, por conocer cómo han evolucionado”, cómo les ha ido en la vida. Él y el resto de antiguos colegiales que le acompañan en el desayuno en una de las cafeterías con terraza de la Plaza de Derecho comenzaron su etapa universitaria en el curso 1995/1996. “Fue fantástico”. Dos palabras le son suficientes a este bartolo para definir aquellos años.
Paco estudió Ciencias Políticas y Sociología, Facultad muy próxima al Colegio Mayor. Señala que apenas ha cambiado nada desde que finalizó su licenciatura. “Han cambiado algunos negocios”. En esta reflexión le secunda uno de sus compañeros, Álvaro Jiménez, que echa en falta la tienda de música que había en la calle San Jerónimo.
En el caso de Álvaro la condición de bartolo es heredada. Primero lo fue su padre y luego, a mediados de los 90, le tocó a él. En la Universidad de Granada hizo Historia yCiencia de la Música. “Somos de la generación en la que al que tenía móvil le llamábamos el Movistar”.
Todos los bartolos tienen su nombre de guerra. Incluso hay un grito de guerra. “Si te metes en problemas y dices Bartolo, no va nadie. Para las copas sí”. Buen humor y bromas que son celebradas. “Aquellos fueron los mejores años de nuestra vida”, subraya Álvaro, que va un paso más allá sobre lo que supuso su época colegial. “Fue una escuela de vida” con un aprendizaje “que no te da el aula”.
Los 80
Cuando Álvaro y Paco deshicieron por primera vez la maleta en su habitación del San Bartolomé hacía muy poquito que otro bartolo había hecho la maleta pero para irse. Manuel Martínez Mercado fue residente entre los años 1988 y 1993. Vino de Andújar, Jaén, a Granada para estudiar. Aquella experiencia fue para Manuel “muy enriquecedora”. Sobre todo recuerda el primer año como el curso que vivió “a tope” la novedad de salir de casa. En aquella época no había universidad en Jaén. En Granada había estudiantes “de todos los sitios”.“Cada día era diferente”, señala sobre su vida universitaria. Sobre cómo marca el hecho de ser bartolo Manuel lanza esta reflexión: “Ahora se habla en la empresa de identidad corporativa. A nosotros nos impregnaba” el hecho de residir en este casi cuatro veces centenario colegio mayor. “Caía en tus hombros una herencia de siglos.Es algo que me apasionaba”, explica el antiguo colegial.
Esa comunión de generaciones era fomentada por el Colegio. Manuel recuerda que en la época en la que él estudiaba, en los años 90, no había redes sociales ni móviles. En aquellos años el contacto se mantenía por carta.Cuando un colegial finalizaba su etapa en el San Bartolomé y Santiago se le entregaba una guía con los números de teléfono (fijos) y direcciones de los compañeros. De ahí nacieron grupos de Facebook y Whatsapp que siguen activos y que en días como este sábado debían, a buen seguro, echar humo.
Una jornada festiva
El 20 de noviembre de 1649, según consta en el Libro de Entradas, número uno, del Archivo del Colegio, se incorporó al entonces Colegio de Santiago su primer colegial, don Juan de Leyva, junto con otros siete estudiantes. El colegio Santiago se fusionó en 1702 con el de San Bartolomé y años después adquirió el título el Real Colegio Mayor de San Bartolomé y Santiago, el más antiguo de los Colegios mayores españoles que permanece abierto. Este pasado sánbado fue el día de inicio de la actividad conmemorativa del aniversario de su fundación con la celebración de varios actos como la firma en el Libro del 375 Aniversario, la presentación de la Asociación Amigos del Real Colegio Mayor de San Bartolomé y Santiago (Amigos del Bartolo), una misa y una ofrenda ante la tumba del fundador del Colegio Don Bartolomé Veneroso. En el acto académico se entregó la medalla del colegio a la ciudad de Granada, acto que contó con la presencia de la alcaldesa, Marifrán Carazo, y el rector, Pedro Mercado, que es también presidente del Patronato del Colegio. Entre la nómina de Colegiales de Honor figura Su Majestad el Rey Felipe VI, indicó la Universidad de Granada en un comunicado.
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