La batalla por la Alcaldía saca a la luz la brecha interna en el PP de Granada
Política
Sebastián Pérez deja solos a los concejales populares y no asiste a la procesión del Corpus
El Revuelo en redes y malestar dentro de un partido en el que cada vez está más cuestionado
Granada/Hace justo una semana, a menos de un día del pleno de investidura del nuevo alcalde de Granada, Sebastián Pérez anunciaba que se veía al día siguiente siendo el que portara el collar en la foto. Sin embargo, la negativa de Vox a que fuera él quien asumiera las riendas del Ayuntamiento y la audacia política de Fran Hervías hicieron girar las tornas: Luis Salvador fue elegido alcalde y la brecha interna por el liderazgo del PP provincial y la necesidad de renovación –asumida por un grupo de militantes cada vez más amplio– se ha sumado a la crisis abierta por la Alcaldía y, hoy, sigue sin vislumbrarse por qué Granada sigue sin gobierno y el porqué de unos movimientos aparentemente contradictorios.
Hay que remontarse al pasado 2018, antes de que se efectuase la moción de censura a Mariano Rajoy. Sebastián Pérez, ya en el epicentro de la polémica por la denuncia de Juan García Montero de que se habían infringido las normas para celebrar el Congreso Provincial por el que salió elegido presidente, acordó que sería él quien encabezaría la lista a la Alcaldía de Granada.
Esta decisión no fue bien avenida a nivel local por un sector del partido, si bien, pese al escollo judicial con García Montero, fue aceptada por la dirección nacional en Génova que, durante el verano, cambió por completo. La salida de Rajoy y la llegada de Pablo Casado a la presidencia nacional dio un aire nuevo a un partido dispuesto a regenerarse y empezar de cero.
Es entonces cuando comienza a fraguarse cierto distanciamiento de la dirección provincial con Madrid, que también se refleja a nivel andaluz, sobre todo, de cara a las elecciones autonómicas. El ahora presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, escoge a la actual consejera de Fomento y Vivienda, Marifrán Carazo, como cabeza de lista, una designación que no pasa por Sebastián Pérez y que desde primera hora es avalada por Madrid.
Tras las elecciones andaluzas y una vez fraguado el pacto de Gobierno con Cs, el ascenso de Carazo a la Consejería dio lugar a una especie de 'bicefalia' de poder en un partido que hasta el momento había recaído sobre una sola persona: Sebastián Pérez. Ahora, la nueva consejera ganaba peso dentro del partido que hasta entonces no había existido en detrimento del actual presidente provincial.
Poco a poco, la distancia fue ampliándose y, con la llegada de las elecciones generales, comenzó a evidenciarse. Carlos Rojas se mantenía como número uno al Congreso, una decisión consensuada a nivel nacional y andaluz, que no era precisamente la preferida por Sebastián Pérez. Así ocurrió también con la designación de Vicente Azpitarte como número uno al Senado o de Pablo Hispán como dos al Congreso, dos hombres fuertes muy ligados a la dirección nacional.
Sin embargo, los malos resultados obtenidos el 28-A dejaron tocado a un partido que continuaba con su regeneración interna y con un presidente provincial que cada vez se iba desmarcando más de la línea general de los populares. Pese a ello, Génova, al igual que para los comicios anteriores, no dejó de lado a Granada durante la campaña electoral para las municipales, un argumento precisamente usado por el propio Pérez para recordar que el socialista y actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, había dejado de lado a Susana Díaz para las elecciones autonómicas.
Y es que, como ya habían anunciado, serían las direcciones nacionales de los distintos partidos los que irían marcando las pautas de las elecciones y los posibles acuerdos de gobierno que luego habrían de realizarse en caso de necesidad.
La noche del 26-M, Sebastián Pérez celebraba los resultados, pese a perder cuatro concejales, ya que veía posible un pacto a la andaluza. Pero en esta ocasión el escenario era diferente.
Vox tenía claro que no iba a apoyar una investidura que llevara el nombre del actual presidente provincial del PP –las desavenencias entre Pérez y el ya concejal y portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Granada, Onofre Miralles, eran ya más que claras–, lo que hizo que las dos semanas previas al pleno de investidura se viviesen entre reuniones, llamadas de teléfono y pactos verbales que han terminado por saltar esta misma semana, pero que ya dieron un primer aviso el pasado jueves 13 de junio.
Granada Hoy adelantaba que Luis Salvador (Cs) era el nombre barajado entre las tres formaciones de derechas (PP, Vox y Ciudadanos) para ser el futuro alcalde de la ciudad. Todo ello, por dos cuestiones: la primera, el veto de Vox a Sebastián Pérez; y la segunda, la rotunda negativa del actual presidente provincial a dar un paso al lado y que otro de los miembros de su partido fuera el que asumiera la Alcaldía, pese a que incluso su propio partido le había puesto sobre la mesa una gran oferta para asumir un puesto de dirección en otra institución a cambio de que cediera.
Un día más tarde, el viernes, tuvo lugar la famosa reunión en el Hotel Meliá de Granada, entre Sebastián Pérez y Luis Salvador, en busca de un acuerdo por la Alcaldía, pero llegados a ese punto las opciones ya eran pocas. Sebastián Pérez no cedía, Vox tampoco lo había hecho y el líder nacional de Cs, Fran Hervías, que había llevado la negociación junto al popular Teodoro García Egea, vio claro el movimiento: o Luis Salvador era investido alcalde o entonces lo sería el socialista Paco Cuenca.
Ante ello, Génova se aferró a la opción de al menos entrar a formar parte del Gobierno de la ciudad: la Alcaldía sería de Ciudadanos y Luis Salvador dirigiría Granada durante los próximo cuatro años, con el PP como aliado. Es decir, el pacto a la andaluza pero del revés.
Esta decisión, acordada la madrugada del viernes, fue trasladada al PP local, que de primeras se negó: no estaban dispuestos a dar la Alcaldía a un partido con sólo cuatro concejales, y durante la mañana del sábado, antes del pleno de investidura –tras el que Pérez abandonó el Consistorio por la puerta de atrás– y en la misma sexta planta del Meliá donde el día de antes se habían reunido durante más de diez horas, la tensión no dejó de crecer en escalada.
Pese a que el acuerdo en Madrid –que la mesa de negociación se llevaría a cabo por las direcciones nacionales de los partidos era algo que se sabía desde la campaña electoral– era de cuatro años para Luis Salvador, Pérez mantenía que su compromiso con el líder naranja era de 2+2: una alternancia con la que Salvador se quedaría los dos primeros años, que son los más duros tras un cambio de Gobierno, y que a él le daba la recta final del mandato, los años 'lucidos' en los que poder hacer campaña para las próximas elecciones.
Pero esto no era lo pactado, no al menos por Madrid, por lo que el martes, durante la reunión a cuatro –Hervías, García Egea, Salvador y Pérez–, explotó una situación que dejaba a Sebastián Pérez aún más solo: se mantiene el acuerdo de cuatro años y él solo tiene opción de quedarse como vicealcalde o de marcharse. Si bien, también se acordó que los siguientes pasos para la conformación de un gobierno local aún inexistente, tras siete días desde que los concejales juraron cargo, se llevaría a cabo por parte de una comisión de negociación provincial.
Eso sí, como ya adelantó ayer este diario, Cs tendría que ceder y dar el primer paso para que se efectúe esa comisión que, por parte de PP, estaría formada pro Luis González, Francisco Fuentes y César Díaz. Precisamente, este último publicó en su red social de Twitter algo que refrendaba esta postura: "El PP no ha creado ninguna comisión para definir el nuevo gobierno de Granada. Para negociar antes hay que cumplir los compromisos. Y de momento solo hemos cumplido VOX y Partido Popular".
Hasta el momento, nadie del PP se había manifestado al respecto, salvo el comunicado emitido el miércoles después de que Luis Salvador emplazara a todos los granadinos al próximo "lunes o martes" para tener equipo de Gobierno, en el que venían a exigir lo mismo: que Cs cumpliera su parte del pacto.
Mientras tanto, Sebastián Pérez continúa desaparecido hasta el punto de que ni si quiera asistió al almuerzo de partido que se celebró el lunes en la caseta popular del Recinto Ferial, ni tampoco lo hizo ayer en la procesión del Corpus en la que de nuevo volvió a dejar solos a sus concejales. Este nuevo desplante –pese a todo se valió de su Twitter para subir una fotografía de la procesión– está dejando traslucir el malestar y la preocupación dentro de un partido "serio" que ve cómo las posiciones personalistas están perjudicando a toda la ciudad.
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