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La cuenta atrás para el final del botellón ya ha comenzado. Este jueves tuvo lugar la primera de las tres comisiones que reunirá a los grupos municipales para definir las líneas de actuación que se pondrán en marcha una vez que se haga efectiva la prohibición a partir del próximo 1 de septiembre.
La concejal de Movilidad, Raquel Ruz, informó ayer de que el dispositivo coordinado entre la Policía Local y Nacional, Guardia Civil y Protección Civil se iniciará en los próximos días para disuadir a los jóvenes de consumir alcohol en la vía pública: "Estudiaremos los puntos calientes en los que se puedan organizar botellones para tener un seguimiento a través de patrullas conjuntas". Los dispositivos se mantendrán en activo durante los fines de semana desde las cuatro de la tarde hasta las cinco de la mañana.
"El Ayuntamiento no pretende con estas medidas perseguir y multar a los jóvenes, la finalidad es informarlos de que beber en las calles es algo que nos afecta a todos", subrayó Ruz sobre la necesidad de implicar a toda la ciudad.
Una de las novedades principales que incluirá la campaña contra el botellón será extender la normativa a los pisos de estudiantes. Así, el Ayuntamiento hará una modificación de la Ordenanza de la Convivencia con el fin de definir una sanción aplicable a todos aquellos jóvenes que se reúnan para hacer botellón y entorpezcan el descanso del resto de vecinos. En declaraciones a Granada Hoy, Raquel Ruz destacó, además, que las sanciones llegarán a los propietarios de las viviendas en caso de que no se consiga multar a los jóvenes que vivan de alquiler: "En muchas de estas concentraciones la Policía se persona en la vivienda y nadie les abre la puerta. Por este motivo, la sanción llegará a los dueños para que tengan conocimiento de los problemas de ruido que sufren el resto de vecinos".
Con esta modificación de la normativa, el Ayuntamiento pretende que los arrendatarios de los pisos incluyan una cláusula en los contratos en la que disuadan a los jóvenes de concentrarse para consumir alcohol.
Junto a ello, se prevé poner en marcha una campaña informativa a través de los medios de la Universidad de Granada para que los 80.000 universitarios que existen actualmente, y que son en gran medida los usuarios potenciales de este tipo de ocio, conozcan estas nuevas medidas. Desde los servicios de emergencia se informará a los jóvenes de los efectos negativos que conlleva la ingesta de alcohol al tiempo que los padres serán informados por carta en caso de que se cometan infracciones.
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