El cambio climático favorecerá la producción del aceite en Granada con un olivar más resistente
Agricultura
Zonas frescas, como la Alpujarra, saldrán beneficiadas y se convertirán en zonas idóneas para la aceituna Picual y la Verdial
Mientras que en la mayoría de provincias andaluzas se perderá bastante producción, en Almería y Granada se incrementaría
Granada/El mundo al revés. El cambio climático tiene sus pequeños resquicios, pequeñas oportunidades para algunos territorios. En lo que respecta a la agricultura, y más concretamente al olivar, este fenómeno podría poner a Granada en ventaja respecto a otras provincias cercanas. Las condiciones de la provincia con zonas frescas y de altitud en algunas comarcas puede provocar que sus olivos resistan mejor al clima del futuro y aumenten la producción en detrimento de algunos sitios como Málaga, Córdoba, Huelva y Sevilla que asumen este cambio con mucho peligro. Este estudio curiosamente sale en la previa de la gran tractorada de Granada por la crisis de precios en el campo.
Estos datos son resultado de un estudio liderado por la Universidad de Córdoba (UCO) en colaboración con el Centro de Investigaciones Geoespaciales de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Oporto (Portugal). La investigación señala que el cambio climático provocará pérdida de producción de aceituna en el global Andalucía, estimando que se reducirá en apenas 20 años, en cerca de un 24% en Sevilla, la provincia que resultará más afectada. Pero la desgracia de Sevilla es la fortuna para las provincias de Granada y Almería, que con la variedad picual en zonas frescas tienen más posibilidades de resistir y aumentar la producción.
Ello evidencia, según ha informado la UCO, que no hace falta dirigir la mirada a los glaciares de Noruega, a los incendios de Australia o a las inundaciones en Brasil para ver los efectos del cambio climático, ya que en España también se comienzan a percibir cambios que se multiplicarán en los próximos años, y que no solo tendrán efecto sobre el clima, sino que también salpicarán al ámbito social y económico.
Este trabajo, en concreto, ha querido investigar cómo afectará el cambio climático a uno de los principales pilares económicos de la región andaluza, el olivar, y se ha servido de una herramienta conocida como Modelo de Distribución de Especies, que predice las zonas adecuadas para la presencia de una especie en función de características ambientales.
Primero han estudiado los cambios que se producirán en el clima andaluz y cómo estos influirán en la distribución de las principales variedades de olivo que se utilizan en la región. A continuación, han estimado, por provincias, cuál será la producción de aceituna en los próximos 20, 50 y 80 años, en base al cambio producido en las áreas adecuadas.
A este respecto, el investigador del citado centro portugués, colaborador de la UCO y principal autor del trabajo, Salvador Arenas Castro, ha explicado que "el estudio desvela que se producirá una reducción del área disponible para el cultivo de la mayoría de las variedades de olivo estudiadas. Será debido, principalmente, al descenso de las precipitaciones y a la pérdida de humedad del suelo".
En el caso de la variedad de olivo Nevadillo, que se produce en la zona cordobesa de Sierra Morena, se estima que en 2100 ya no existirá área disponible para su cultivo. El cambio climático también afectará de manera importante a las variedades Manzanilla, Lechín y Picudo.
En este sentido, el investigador ha avisado que, "si estos modelos predictivos ya auguran grandes pérdidas en las áreas adecuadas para las variedades de olivo más extendidas, las variedades más locales tendrán un gran riesgo de desaparecer, ya que son producidas en áreas mucho más pequeñas con condiciones climáticas más específicas y, por lo tanto, mucho más expuestas al cambio climático".
Por el contrario, el área favorable para el cultivo de la variedad Picual, la más extendida en Andalucía por su capacidad de adaptación a condiciones ambientales distintas, aumentará potencialmente un 25%. Esto es debido, principalmente, a que zonas actualmente más frescas de Almería y Granada, concretamente en la zona de la Alpujarra, se volverán adecuadas para su cultivo al incrementarse las temperaturas.
En cuanto a la producción, la provincia más afectada por el cambio climático será Sevilla, con una pérdida estimada en el año 2040 del 23,35%, y para el año 2100 esta cifra ascendería a casi el 30%. Se estima que Cádiz también sufrirá gravemente estos efectos, aunque se proyecta que para dentro de 20 años su producción se reduzca apenas un 8%, para el año 2100 esta cifra alcanzará el 24%.
Para Málaga, Córdoba y Huelva, la producción se habrá reducido para esa fecha un 18%, un 9% y un 7%, respectivamente. En Almería y Granada, por su parte, la producción potencial de aceituna se verá incrementada en un 13% y 6%, respectivamente, para dentro de 80 años.
Este aumento, según ha precisado Arenas Castro, "se produciría gracias a la potencial expansión de las variedades de Picual y Verdial a zonas más altas, como las de la Alpujarra". Para Jaén, la principal productora de aceituna, las pérdidas no serán tan acusadas debido a que, precisamente, la variedad más utilizada es la Picual, una de las más resistentes.
"El cambio climático no es un mito"
Según ha indicado el investigador, está demostrado que el cambio climático va a ser un factor muy importante en la distribución de las especies, tanto vegetales, como animales, a partir de ahora. Muchos estudios predicen que las especies se moverán hacia el Norte y hacia zonas más altas y esta investigación demuestra que el olivar no es una excepción. "El problema aparecerá -ha advertido- cuando, para mantener el mismo nivel de producción, el olivar se tenga que trasladar a zonas situadas más al Norte o con más altitud y entre en conflicto, no solo con otros cultivos, sino con zonas protegidas". Por su parte, el catedrático de Ecología de la UCO, Rafael Villar, que ha formado parte de este equipo de investigación, ha resaltado la necesidad de que las administraciones públicas tengan en cuenta estas predicciones y hagan una planificación a largo plazo para evitar en lo posible que el cambio climático incida en la economía local. "También es necesario -ha concluido-- concienciar a la población de que el cambio climático no es un mito, que va a repercutir en nuestra calidad de vida y en nuestra economía local y que debemos hacer todo lo posible para evitarlo".
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