"El gran cambio de la movilidad en la ciudad llegará con el Metro"

El Ayuntamiento recuerda que la capital está en continua transformación y que el transporte se va modificando para mejorar

La vuelta de los buses a la Carrera del Darro es una propuesta vecinal.
La vuelta de los buses a la Carrera del Darro es una propuesta vecinal.

Que todo cambie para que todo siga igual. Esto deben pensar los vecinos del Albaicín que, año tras año, van viendo cómo las medidas planteadas en el Ayuntamiento para mejorar la movilidad del barrio se han ido eliminando una a una hasta volver a la situación original. Y así, se puso la diabline para luego quitarla, se cambió la dirección de la calle San Juan de los Reyes para devolverle su sentido original y ahora el área de Movilidad estudia volver a introducir los microbuses el fin de semana por el barrio, una medida que los vecinos esperan como agua de mayo.

Ayer, el portavoz del equipo de gobierno, Juan García Montero, opinó que no se trata de una marcha atrás en el Plan de Movilidad del Ayuntamiento sino que son propuestas abiertas al Observatorio de la Movilidad encaminadas a hacer cuantos cambios sean necesarios en la ciudad para "mejorar el sistema entre todos con el mejor resultado posible". Es más, reconoció que los cambios no se quedarán aquí y que el gran cambio en movilidad, la gran transformación de la ciudad, llegará con la puesta en marcha del Metropolitano, algo que se prevé ocurra este año.

"Estamos llamados a hacer la gran transformación del transporte urbano cuando el Metro se ponga en marcha en la ciudad porque tendremos que coordinar tiquets, transbordos...", recordó el portavoz del equipo de gobierno, quien reconoce que la movilidad no es algo estanco "no es un dogma de fe" y que por tanto está sujeto a cambios. "Cualquier cuestión supeditada a una decisión política debe ser modificable como consecuencia de que se puede mejorar siempre en cualquier caso", apuntó García Montero, quien recordó las limitaciones que ofrece el barrio al ser Patrimonio de la Humanidad, una realidad que hay que conjugar con el día a día de los vecinos que habitan en el barrio. "Esto que es fácil en la Alhambra, porque allí no hay vida urbana, es muy difícil en el Albaicín, un barrio habitado" relató el portavoz del equipo de gobierno.

"En el Albaicín hay que ir tomando medidas con la consideración de los espacios protegidos, pero hay mucha gente que vive en el barrio así que hay que ser precavido con cualquier medida que se tome. Si aún así hay que hacer alguna modificación, no hay que escandalizarse", manifestó.

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