El campo vuelve a echarse a las calles de Granada en una protesta descafeinada
Manifestaciones agrarias
Unas 200 personas se dan cita a las puertas de Subdelegación para volver a pedir medidas de acción contra la situación agónica del campo en una protesta alejada de las imágenes de convocatorias anteriores
La rebelión del campo en Granada tiene sus motivos: entre la incertidumbre y la certeza de la ruina
El sector agrario de Granada sigue tachando fechas en el calendario de protestas para exigir un plan de choque contra la situación agónica del campo. Después de que los tractores lograsen paralizar la provincia a principios de mes, y de que los agricultores paralizasen la actividad del Puerto de Motril el Día de San Valentín, hoy han sido los propios tractores los que se han paralizado, concretamente a las puertas de Subdelegación, donde unas 200 personas, según cifras oficiales, se han concentrado en una protesta que ha hecho más ruido que otra cosa.
Un ruido que podría haber sido mayor con la entrada de los dos tractores (de un total de seis) que se han quedado a la entrada de la capital, en la rotonda de El Timbre, y que transportaban estiércol. Una situación que según han explicado los convocantes va contra lo acordado con la Subdelegación, que permitió la entrada de los seis vehículos, pero al mismo tiempo han aprovechado la ocasión para hacer un llamamiento público para que el próximo 14 de marzo, siguiente fecha en el calendario, se llene el corazón de la ciudad en una nueva jornada de protesta.
Así las cosas, cuatro tractores han paseado por las calles de la capital hasta la llegada a Gran Vía, escoltados siempre por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, donde les espera el grueso de la concentración. Un camino, desde El Timbre, que han hecho en apenas quince minutos y sin generar problemas de tráfico más allá de los obligatorios cortes de seguridad, señal todo ello de que esta concentración, que no puede llamarse tractorada, no iba a dejar las imágenes de las anteriores.
De hecho, las dos horas que, oficialmente, ha durado la concentración, la vida de Granada se ha desarrollado como un martes normal, y las únicas interrupciones en el ir y venir de los vecinos ha sido cuando, curiosos, se han detenido a fotografiar las protestas, especialmente cuando varios de los agricultores han vertido leche, en señal de protesta, sobre el suelo, en un movimiento espejo a lo ocurrido en Motril, cuando los manifestantes lanzaron tomates a la Policía Nacional.
Pese a todo, ya son tres las movilizaciones del sector agrario en la provincia solo en febrero, y la sociedad empieza a "ser consciente del problema agrario", en palabras de Diego Salas, agricultor que ya participó en la primera tractorada de inicios de febrero y que hoy ha vuelto a echarse a la calle.
Según Salas, son muchas las personas que "tienen campo", ya sea a nivel profesional o solo amateur, y son conscientes del "trabajo que cuesta sacar un alimento adelante", lo que se traduce en el apoyo, pese a las molestias causadas, que el agricultor reconoce, pero excusa en la necesidad del campo de "hacerse notar" y "dar a conocer cual es la problemática".
Algo discrepante es otro agricultor, presente también en Gran Vía, pero que prefiere permanecer en un segundo plano y no dar su nombre. Este manifestante, que califica la situación como "insostenible", considera necesaria "una mayor participación de la ciudadanía" en el tema de las protestas, aunque asegura que, como los tractores que simbolizan sus protestas, esta lucha va a ir lenta y confía en que esa mayor participación finalmente llegue.
Donde sí quiere poner el acento este agricultor es en el lado humano del campo, insistiendo en que los presentes en las puertas de Subdelegación, en las carreteras de la provincia estos días atrás o en el Puerto el miércoles, son solo la cara visible del sector y que detrás "hay familias" que necesitan comer, al tiempo que recuperar una inversión que hicieron para sacar adelante sus "negocios", todo ello en medio de un trabajo muy duro, "que no tiene ni horas ni días".
Pese a todo, el enemigo a vencer parece ser la clase política, algo en lo que coincidieron tanto los agricultores como los manifestantes, en un deseo de volver a esa proclama zapatista de "la tierra para el que la trabaja" o, en palabras de Salas, "la agricultura no se lleva desde los despachos, sino trabajando desde el campo".
Para este agricultor, que también se dedica a otras cosas según sus propias palabras, la nueva normativa Lo que busca ahora es "mucha documentación y mucha burocracia" y para eso ya existen bastantes funcionarios como "para hacerle el trabajo".
En un sentido similar se ha pronunciado Miguel Monferrer, secretario provincial de COAG Granada, presente también en la protesta de este martes. Para él, "los agricultores y ganaderos llevamos muchos años diciendo que no queremos tanta ayuda", que no son la solución, pues "un sector subvencionado es un sector muerto". Frente a eso, lo que el sector pide, según Monferrer, es "trabajar con dignidad y de nuestros productos".
Al hilo de esos productos, el secretario de COAG también ha querido destacar la calidad de los productos de España "pero no los de fuera", en referencia a los acuerdos preferenciales con otros países que hacen que los agricultores de España "no jueguen con las mismas reglas", aunque al mismo tiempo Monferrer ha querido dejar claro que el problema aquí está en las empresas y los lobbies, no en los agricultores de esos países.
En la misma línea, el presidente de Cooperativas Agroalimentarias, Fulgencio Torres, ha abundado en que el sector necesita "ayudas puntuales" pero sobre todo avanzar en cuestiones como el "control en las fronteras" para poder tener precios competitivos en la producción en comparación con la mercancía que llega de países como Marruecos.
En este sentido, el secretario provincial de UPA, Nicolás Chica, ha dudado del compromiso de las autoridades de ejercer un mayor control aduanero, señalando que cuando a una empresa se le sanciona por una cantidad baja (menos de 1.800 euros) "le sale más barato pagar la denuncia que incumplir la ley" y ha reclamado que no desaparezcan las ayudas al gasoil para los agricultores.
Chica, que ha reconocido "las cosas buenas" que la nueva normativa traerá, también ha pedido no retirar las ayudas del gasoil, en referencia a la decisión de la vicepresidente del Gobierno de reducir el incentivo de los agricultores, algo que el responsable de UPA calificó de "aberración".
Por su parte, Manuel del Pino, representante de Asaja en Granada, ha pedido al Ejecutivo poner "pie en pared" para que en unos años los agricultores no sean "los jardineros de Europa" con medidas como que los regantes de la Vega puedan usar aguas regeneradas para sus riegos, uno de las peticiones tradicionales del sector primario granadino a la que no se ha dado solución.
Finalmente Del Pino no ha dejado pasar la prohibición, por parte de Subdelegación ("desgraciadamente en manos socialistas" ha apostillado Chica) de la entrada de los dos tractores, una situación que ha aprovechado para hacer un llamamiento a la ciudadanía a "llenar el corazón de Granada" el próximo 14 de marzo, la siguiente fecha a tachar en ese calendario.
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