La capital cuenta con otros cuatro espacios que se resisten al desalojo

Los Cármenes del Triunfo no es el único asentamiento okupa de la capital. En Granada hay al menos otros tres focos donde residen personas de manera irregular. Todos ellos, han supuesto durante el mandato del PP un auténtico quebradero de cabeza que ahora hereda el PSOE.

Las cuevas de San Miguel Alto son uno de los asentamientos más polémicos. El gobierno del PP protagonizó varios intentos de desalojo que cayeron en saco roto. Al día siguiente de echar tierra en las cuevas y expulsar a los moradores éstos no dudaron en reabrir sus "hogares" para volver a vivir en este cerro que ofrece una de las mejores vistas de la ciudad. En 2013 se produjo el último. Desde entonces, Urbanismo dejó de actuar en una zona que también causó varios encontronazos entre las administraciones pues el TSJA llegó a rechazar que el Ayuntamiento desalojase las cuevas y puso en duda que las viviendas sean propiedad de la extinta Emuvyssa, que sí es titular del suelo de esa zona.

Esto ocurrió en 2008 y desde ese momento el Ayuntamiento tuvo que actuar presentando cada petición de desalojo por separado ya que de lo contrario podría "suponer una vulneración de los derechos constitucionales" al impedir que el juzgado decidiese si estaba justificado el desalojo de forma individualizada.

La parte trasera de Los Mondragones, donde se ubicaba Las Campanas y el complejo deportivo también consta de inquilinos. Varias personas se han instalado en este enorme espacio donde también brillan los grafitis. Esta zona, que lleva años abandonada se ha convertido en un espacio idóneo para las personas que no tienen otro lugar donde dormir. En este sentido, también destacan los asentamientos del monte donde se erige la Alhambra. El Patronato se ha visto obligado a denunciar ante la Fiscalía la existencia de decenas de asentamientos para expulsar a los moradores.

También hay en Granada casos de okupas con un proyecto ciudadano. Este es el caso de CSO La Redonda, el antiguo 15 gatos que se ubica en el Camino de Ronda a la altura del número 190 realiza actividades de huerta, comedor vegano, ropero, biblioteca o cafetería. Este centro social se define como asambleario, autogestionado, horizontal, participativo, activo, vegano y en defensa de la tierra, feminista y pro-okupación.