Las reclusas de Albolote piden más trabajos remunerados que los hombres

Una de cada cuatro internas hace tareas pagadas, mientras que de ellos son tres de cada 20 los que los solicitan

Los presos de la cárcel de Albolote limpian los baños de los patios de forma rotatoria / G. H.
Noelia Gómez Mira

10 de noviembre 2018 - 18:56

Cuatro auxiliares de cocina y panadería; cuatro en reparto de racionado; cuatro auxiliares de economato; diez auxiliares de lavandería; seis en limpieza; dos en subalternos; una en biblioteca; y cinco en el taller externo de manipulados. En la cárcel de Albolotecárcel, 36 reclusas cuentan con un puesto de trabajo remunerado. Es decir, el 25% de las internas solicitan este tipo de labores. O lo que es lo mismo, una de cada cuatro mujeres cuenta con un puesto remunerado, mientras que sólo lo hacen tres de cada 20 hombres, es decir, el 16% del total de la población reclusa masculina de la prisión granadina.

Así se demuestra según los datos aportados por el Gobierno, en respuesta a una pregunta registrada en el Congreso por el diputado del Partido Nacionalista Vasco (PNV) Mikel Legarda. Tal y como explicó el diputado en su petición “según el testimonio de varios internos de la cárcel de Albolote, en Granada, con la llegada de Jaime Hernández a la dirección de este centro penitenciario se han producido distintas prácticas machistas o discriminatorias hacia el colectivo de presas”.

Esta denuncia partía de un episodio que tuvo lugar a principios de año en el que dos internas se negaron a realizar trabajos de limpieza de baños en el patio de su departamento, por lo que fueron sancionadas con su paso a régimen de aislamiento. Ante ello, según alegaron, a través del diputado del PNV, “las mujeres son obligadas a realizar trabajos de limpieza de baños de su patio de forma rotativa. Extremo que no sucede en el modulo de hombres”.

Sin embargo, esta acusación ha sido desmentida desde el Gobierno a través de su respuesta, en la que afirmó que “en los módulos de hombres, también la limpieza de los baños son realizados por los internos”, así como que se trata de una “norma que se encuentra fundamentada en lo dispuesto en la ley (...). No existe ninguna diferencia entre módulos de hombres y mujeres, en todos los departamentos se realizan actividades similares; las diferencias únicamente pueden deberse al mayor o menor interés o preferencias que muestren los internos/as destinados en cada módulo pero nunca se hace diferenciación por sexos”.

Además, en la pregunta también se exponía que existían “diferencias en los módulos de hombres y mujeres en lo que respecta a las posibilidades que tienen unos y otras para realizar actividades ocupacionales”, lo cual también ha sido negado desde el Gobierno.

En este sentido, el Ejecutivo en su respuesta aportó los datos relativos a los destinos remunerados para las internas, apartado en el que se comprueba que son ellas las más predispuestas a optar a estos puestos: de las 144 reclusas, trabajan 36. Sin embargo, en cuanto a la proporción de internos que trabajan es del 16% al ser sólo 193 de los 1.226 reclusos que hay en la prisión.

De este modo, alegan que “las mujeres tienen las mismas posibilidades que los hombres a la hora de asistir a las actividades mixtas del área sociocultural. Incluso se puede afirmar que si se tiene en cuenta el número de internos que acude a cada una de las diversas actividades que se desarrollan en este departamento, proporcionalmente, el número de mujeres es mayor que el de hombres”.

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