La emocionante carta de Raquel a su madre, Ana Orantes: "Mientras viva no dejaré que tu memoria muera"
25N
"Este año podrías cumplir 86 años y me agarraría fuerte de tu brazo como de pequeña"
La granadina que murió quemada por su marido en 1997 en Cúllar Vega vuelve a ser un símbolo de la lucha contra la violencia de género en este 25N
Raquel Orantes, la hija de Ana, la mujer que en 1997 murió quemada por su marido en su propia casa de Cúllar Vega, ha leído hoy en público una emocionante carta dirigida a su madre, en la que deja traslucir su añoranza, sus sentimientos y su rabia por su ausencia. Raquel hace esto este 25N para mantener viva la memoria de su madre, que se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la violencia de género en toda España.
Esta es la carta leída por la hija de Ana Orantes, nacida en 1937 en una familia de la calle Elvira. Vital, moderna para su tiempo, pero apagada por su pareja, el hombre que al final de muchos años de maltrato la mató como venganza por querer escapar del yugo:
Escribía en una de sus libretas que era una alumna de la escuela de mayores. Que cuando entró no sabía ni leer ni escribir y que después hasta escribía cartas, aunque no lo hiciera muy bien y añado … Aunque tampoco tuviera a quien escribirlas puesto que no la dejaba relacionarse con nadie, ni familia, ni amigos, ni nadie …
Quiso aprender porque quería estampar su firma en el DNI y que no se vieran obligados a añadir un no sabe o le emborronaran el dedo con aquella tinta que además de mancharle la piel le manchaba el alma y su orgullo. Quería dejar su huella con un Ana Orantes que la significara en la vida, un aquí estoy y un existo aunque me anulen.
Y claro que vivió , todo lo que la dejó y lo que ella se pudo permitir en ese último año… Y nació un 6 de febrero del 37. De una familia muy humilde pero inmensamente rica en amor y en valores.
Este año podrías cumplir 86 años. No sé qué nos hubiera deparado el destino de haber sido distinto… Si hoy por hoy te podría comer a besos como lo hacía, como lo hacíamos todos tus hij@s. Si me agarraría fuerte de tu brazo como de pequeña, tan fuerte que te hacía sudar, para no soltarme, para no perderte y que no me perdieras.
No sé si seguirías a nuestro lado, pero me gusta pensar que sí… Que seguirías cubriendo tus canas con ese color rubio ceniza que tanto te gustaba o quizá, tú que eras adelantada a tu tiempo y una moderna de la vida te atrevieras con un rosa o un lila.
Te oiría canturrear tus cancioncillas, esas que te salían de la garganta cuando pintabas ese cuadro que aún conservo. En esa foto tendrías la edad que yo ahora tengo y qué mujeres tan distintas somos pero cuánto te parezco… O eso me gusta pensar.
Cuando se cumplieron 25 años de tu ausencia acudí a homenajearte junto a Rafa a un programa y al terminar de maquillarme y rubia como iba, como a ti te gustaba, no pude por menos que mirarme a un espejo y exclamar un “joder, me parezco a mi madre”… Y qué orgullosa me sentí y qué orgullosa me siento.
Te puedo contar que pasan los años pero que cada vez te siento más presente y que la añoranza en ocasiones me acongoja y necesito respirar muy fuerte.
Me resulta imposible no pensarte cada día y no nombrarte. Y te prometo que mientras viva no dejaré que tu memoria muera. Eres y serás lo más grande de mi vida, pasen los años que pasen y aunque la herida duela tanto que en ocasiones no pueda respirar…
Hoy vuelves a hacer historia en tu Granada, cerca de tu calle Elvira. Hoy todos y todas leemos este manifiesto con la firme convicción de que con voluntad política y voluntad social lograremos erradicar esta violencia sistémica que es la violencia machista. Por todas las Anas Orantes del Mundo . Ni una más 💜
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