Un castillo de arena que resiste las olas: la Asociación de Periodistas de Granada saca pecho del oficio en un futuro incierto

Los galardones de este año reconocen tanto a los veteranos de la profesión como a las nuevas formas de comunicar

José Ramón Villalba, Ramón L. Pérez, Susana Sarrión, Aurora Báez y el equipo de ‘ConCiencia’, Premios de Periodismo de la APG

Foto de familia con los premiados tras la celebración de la gala
Foto de familia con los premiados tras la celebración de la gala / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Granada/No hay dos sin tres. La Asociación de Periodistas de Granada (APG) celebró anoche la tercera edición de sus premios que, como en el año anterior, reconocieron lo mejor de la profesión, que como dijo Andrés Cárdenas, presidente de la asociación, en su discurso "no es el mejor oficio del mundo, pero peor es trabajar en un andamio". La gala dejó, además, un palmarés que incluyó las nuevas formas de comunicar, pero que también tuvo hueco para aquellos artesanos de la vieja forma de hacer una noticia.

En su discurso, Cárdenas recordó cómo, durante su corresponsalía en Motril, tenía que escribir a toda prisa sus crónicas para que entrasen en rotativa a tiempo, algo para lo que además había que cruzar los dedos ante las infinitas posibilidades de que algo saliese mal. De esa época a buen seguro podía dar cuenta José Ramón Villalba, que este año se ha alzado con el Premio Luis Seco de Lucena a la trayectoria profesional.

El jurado, en la nota de prensa de los galardonados, destacaron del almeriense, que ya ha colgado la libreta, ha sido parte fundamental para mostrar el lado menos luminoso de Granada, la ciudad y la provincia al dar a conocer, a través de sus crónicas de sucesos, cuenta de lo que ocurre en los juzgados y comisarías.

Un registro diferente es el de Aurora Báez y Susana Sarrión, ganadoras ex aequo, del Premio Constantino Ruiz Carnero, que reconoce la libertad de expresión. Hijas de otra forma de hacer periodismo, estas mujeres cumplen esa máxima que expresó el presidente de la APG, que defendió cómo el avance de las tecnologías y los nuevos medios no deben, y según Cárdenas no podrán, arrebatar el papel fundamental de los redactores a la hora de destapar la verdad.

Báez y Sarrión han sido galardonadas por su reportaje Nueve exalumnas de la escuela de teatro La Seducción de Granada revelan abusos sexuales de su director que relata la situación de varias alumnas de un centro interpretativo de la capital que habían sufrido abusos sexuales por parte de su máximo responsable.

Precisamente, de divulgación tecnológica y científica iba el tercer premio de la noche, El Defensor de Granada, que este año ha sidopara el programa de televisión ConCiencia, de Canal Sur Granada por su labor, de varios años, dando a conocer, para el gran público, el trabajo de los investigadores andaluces, dando especial relevancia a los centros universitarios.

También en su discurso, Andrés Cárdenas hizo mención, rebuscando en su memoria, del olor, o mejor dicho la peste, que el revelado de fotografías dejaba en el hotel donde se hospedaba. Igual que su tocayo, quien seguro fue testigo oloroso de esos momentos fue Ramón L. Pérez, que inaugura este año el premio Manuel Torres Molina, creado para reconocer el trabajo de los periodistas gráficos y que ha recaído en las manos de un fotoperiodista que ha combinado la praxis y con la enseñanza, como se pudo oír en el vídeo introductorio a su galardón.

En defensa de las redacciones

Sin nombrarlo directamente, Cárdenas destacó otro de los problemas a los que se enfrenta la profesión: los recortes en las redacciones. En su discurso, incidió en la "gran cantidad de trabajadores" que hacían falta para sacar cada día el periódico, y que ahora, con el paso de los años y la revolución tecnológica, están menguando.

La llegada de la tecnología facilitó el trabajo y las personas necesarias para llevarlo a cabo, convirtiendo "las redacciones de los periódicos en asépticas salas más parecidas a sucursales bancarias en las que no te permitían fumar y en las que los redactores pedían silencio porque no se podían concentrar", en palabras del presidente de la APG.

También por esos años cambió la concepción del negocio. Mirando a un pasado muy lejano, y con cierto humor, el presidente recordó cómo hubo un tiempo en el que para vender un periódico "había que acompañarlo con un regalo", lo que provocaba que "la gente no compraba el periódico por la cabecera, sino por el obsequio que llevaba. Lo que ofrecían los periódicos no era un buen articulista, sino un buen regalo".

Al mismo tiempo, llegaron redes sociales que revolucionaron todo este entramado: el periodismo se enfrentó a una nueva era de revolución tecnológica que cuestionaba la autoridad de los medios tradicionales como principales proveedores de noticias, frente a unas plataformas, las redes, que comenzaron a tener una creciente relevancia como plataformas de información.

El periodismo, a ojos de la limpiadora del hotel de Andrés Cárdenas, es como construir un castillo de arena y confiar en que las olas no lo derrumben. De momento, las olas van cumpliendo su trabajo, pero parece, y a juzgar por estos premios, que el castillo aún sigue en pie.

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