El clamor contra Wert deja aparcada su reforma

Educación aplaza la entrega del proyecto de la Lomce al Consejo de Ministros Los sindicatos cifran en un 72% el seguimiento de la huelga y Educación lo rebaja al 20%

El Gobierno ha decidido aplazar la aprobación del proyecto de la reforma educativa, que el Consejo de Ministros tenía previsto, en principio, aprobar hoy, debido a que faltan por cerrar detalles de la memoria económica, según informaron anoche a Efe fuentes gubernamentales. Quizá tiene algo que ver que miles de personas salieran ayer a la calle durante la jornada de huelga general educativa contra la reforma que ultima el ministro José Ignacio Wert, con un seguimiento del 72% en la escuela pública, según los convocantes, y menor del 20% según datos autonómicos de Educación.

Los miembros de la Plataforma Estatal por la Escuela Pública, convocantes de la huelga, ya se habían mostrado confiados en que el Consejo de Ministros no aprobara hoy el proyecto para la futura Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce). Horas antes del anuncio del aplazamiento, fuentes del Ministerio de Educación aseguraron a Efe que se estaba negociando contrarreloj el texto de la reforma educativa y que llegaría "posiblemente" hoy al Consejo de Ministros para su aprobación, paso previo a su debate parlamentario. Así lo señalaron a los medios, en los pasillos del Congreso, fuentes del Departamento dirigido por José Ignacio Wert, que explicaron que el Ministerio desea una ley "consensuada, hablada y dialogada".

Antes de comenzar la manifestación en Madrid, el secretario general del sindicato FETE-UGT, Carlos López Cortiñas, opinó que no tramitar la ley hoy era "lo mejor que podría hacer" el Ejecutivo. Esto demostraría, a su juicio, que el Gobierno ha sentido "la tensión" de la comunidad educativa, por lo que confió en que ésta sea convocada por Wert, a un diálogo "que no sea de sordos".

Los manifestantes gritaron "¡dimisión, dimisión!", con una pitada de cinco minutos, al llegar al Ministerio de Educación, donde concluyó la marcha de Madrid, encabezada por una pancarta contra la futura Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), los "recortes" y las "contrarreformas educativas".

En el manifiesto leído al final de esta manifestación, se insiste que el Gobierno de Rajoy "intentar dinamitar" el derecho a la educación.

Entre 10.000 personas, según la Guardia Urbana, y 100.000, según los convocantes, la mayoría vestidas de amarillo, llenaron varias calles de Barcelona entre las plazas de la Universidad y la de Sant Jaume con lemas como "no sobran maestros, sobran ministros" y "no a la privatización de la educación".

Además, 7.000 personas protestaron en las calles de Murcia y 3.000 en Palma de Mallorca entre profesorado, alumnos y familias, además de en ciudades como Zaragoza o La Coruña.

Los sindicatos FE-CCOO, FETE-UGT, STES y CGT, los padres de Ceapa y el Sindicato de Estudiantes advirtieron de que la protesta seguirá si el Gobierno no ceja en el empeño de una ley "segregadora, elitista, centralista y privatizadora".

La huelga, no obstante, fue desigual en función de los sectores y territorios, según los sindicatos, pues el seguimiento superó el 70% en la educación pública no universitaria y fue 25% en la concertada. Fue mayor que la media en La Rioja, Asturias, Cantabria, Baleares, Madrid, Murcia, Comunidad Valenciana y Aragón, e inferior en Canarias, Euskadi, Castilla-La Mancha y Castilla y León, según los sindicatos.

El secretario general de Universidades, Federico Morán, declaró a Efe que la huelga tiene carácter "político" y que los motivos aducidos por alguno de los sindicatos convocantes se basan en "bastantes inexactitudes", pues "no se va a privatizar la Universidad pública".

El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, mostró su respaldo a la huelga al entender que profesores, alumnos y padres tienen sobrados argumentos por lo que la reforma supone en "recortes, trabas, segregación y retroceso".

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