El código ético de la Universidad de Granada echa a andar: Lo que dice del autoplagio, el nepotismo o de "superar la apatía"

La Universidad de Granada (UGR) ha publicado un borrador de código ético, una nueva herramienta de la que se dota la institución para "recoger el conjunto de principios que deben guiar la conducta en el ámbito académico de quienes forman parte de la comunidad universitaria, y orientar su proceder ético". El documento, que ahora está en periodo de consulta pública, "carece de carácter sancionador" y se dirige tanto al profesorado como al personal de administración y servicios y al estudiantado, unas 60.000 personas. También apunta a que debe guiar la relación de la Universidad con entidades, otras administraciones o empresas con las que la institución tenga relación. Se enfatiza la "integridad y honestidad tanto en la gestión del dinero público" por parte de la institución y del "aprovechamiento por parte de los estudiantes que ocupan una plaza en el sistema de educación superior con fuerte demanda".

Aunque no prevé sanciones, sí se indica en el texto borrador del código (al que se podrán aportar mejoras o sugerencias hasta el día 17 de febrero) que "los actos reprobables podrán ser objeto de corrección disciplinaria". Para ello la UGR cuenta con otros órganos. Una vez descartado el matiz correctivo del documento, se insiste en que el objetivo del mismo es "mejorar la integridad académica y el clima ético". Para ello, el documento especifica ocho "valores y compromisos" éticos en los que se desglosan los elementos más destacados de la vida universitaria que deben acogerse al marco del código, y también señala las conductas que no caben dentro de la Universidad por salirse de ese camino de rectitud.

El primer valor que subraya es el de la libertad académica. Eso sí, se especifica claramente que la libertad de cátedra "no autoriza la existencia de organizaciones sectarias" ni "la formación de grupos que excusándose en el estudio o la investigación, procedan según ideas, métodos o conductas contrarios a los derechos fundamentales de las personas, la misión científica y social de la Universidad y su buen nombre". El código ético lleva aparejada a su creación de una Comisión de Ética e Integridad, que será quien vele por el cumplimiento de estos preceptos. Esta Comisión, que se presentó en enero de 2020, se regulará a su vez con un reglamento que debe aprobarse por consejo de gobierno y se fija que este órgano "consultivo y deliberativo" debe presentar un informe anual.

Otro de los valores reseñados es el de la "dignidad y respeto", que abarca también al "proceso de enseñanza aprendizaje", que, según el código "depende del respeto mutuo". Dentro de este valor se insta a la "no violencia" por parte de la comunidad universitaria "en sus actuaciones y declaraciones públicas, evitando atentar u ofender la memoria de las víctimas".

En cuanto a la integridad académica, se apunta a la "tolerancia cero" con respecto al fraude. "La honestidad es crucial", sostiene el documento previo, que insta a combatir la copia de trabajos sin hacer referencia a la autoría y recomienda que "también se deben evitar prácticas dirigidas a la mejora artificial del curriculum vitae, como la doble publicación y el autoplagio".

En cuanto al nepotismo, arguye que "en ningún caso se hará uso de la posición dentro de la Universidad para beneficiar a nadie" por parentesco o amistad "tanto en la contratación de personal como en cualquier

actividad académica o relación comercial. En estos casos, si existe una relación familiar o de amistad, deberá hacerse siempre pública".

Se indica que se deben rechazar regalos, favores o servicios. "Cuando estos obsequios superen estos

límites (que no se indican más allá de los "usos habituales") o el obsequio sea representativo de una relación institucional, se deberán incorporar al patrimonio universitario estableciéndose un registro público".

En relación con la excelencia, se señala que "la responsabilidad compartida confiere a todos el poder de efectuar cambios, de superar la apatía y de ayudar a todas las personas que componen una comunidad académica a comprender su valor y su importancia en la colectividad a la que pertenecen". Asimismo, se recoge que "los profesores deben velar por su excelencia científica y su competencia pedagógica", mientras que la responsabilidad del estudiantado es la de aprender.

En la cuestión económica el código refiere que "toda la comunidad universitaria contribuirá a promover, dentro de su capacidad y competencias, la captación de fondos, tanto públicos como privados", con el fin de mejorar la productividad científica y académica de la UGR.

También hay un apartado dedicado a las redes sociales, con aviso a navegantes, y a la exposición de los miembros de la comunidad universitaria en los medios: "En toda intervención mediática relacionada con la actividad universitaria, quienes forman parte de la comunidad universitaria respetarán los principios, valores y conductas del presente Código. En el uso de las redes y en toda presencia pública se distinguirá de manera clara su posición particular de la institucional".