Sin comedor, pero con solidaridad

Una de las maestras organiza los productos que se guardan en el Luisa de Marillac.
A. Asensio Granada

02 de noviembre 2015 - 01:00

Se cerraron las puertas del comedor, pero se abrieron las de la solidaridad. El colegio concertado Luisa de Marillac, en pleno corazón del Almanjáyar, cuenta con un pequeño almacén de alimentos que los profesores del centro gestionan para paliar los efectos del cierre del comedor escolar por la deuda que el colegio contrajo con la empresa que servía las comidas. La deuda nació después de la que la Junta suprimiera en el curso 2012/2013 las ayudas con las que sufragaba este servicio en el centro y en otros cinco más de la provincia.

Dos maestros se encargan de las comidas. El director del colegio, Basilio Granados, explica que se hizo un listado con las familias de los alumnos. Y de entre las más necesitados, se eligió a las que en peores condiciones se encuentran, aquellas que no pueden garantizar una comida en condiciones para sus hijos. "Conforme llega se reparte", explica Granados, que agradece a las ONG, asociaciones y la cofradía de Nuestra Señora de los Dolores de la Parroquia de San Pedro y San Pablo su colaboración para mantener este pequeño almacén. "Sabemos que hay más familias necesitadas, pero hemos hecho un listado y valorado". Aquellas que cuentan con nulos recursos son las que reciben la comida, leche, galletas, legumbres... alimentos de primera necesidad que tal y como llegan, se reparten. "Cuando se han enterado se han puesto en contacto con nosotros. Han adelantado donaciones que suelen hacerse cuando llega la Navidad", explica el director del Luisa de Marillac.

En cuanto al dinero dado por la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa), unos 12.000 euros, éste se destinará a la otra prioridad que tienen los centros concertados que se han quedado sin comedor, a pagar la deuda con Catering Ibagar. La empresa mantuvo dos cursos completos el servicio pese a no cobrar. Lo abultado de la deuda hizo inasumible la apertura del comedor el pasado mes de septiembre y, además, ha "influido" en las cuentas de la empresa, según explicó el propietario, Gregorio García. La deuda de los tres colegios asciende a los 247.000 euros.

"Ese dinero está ahí, para pagar parte de la deuda", explica Granados, que recalca que son pocas las entidades que "se ha puesto en contacto con nosotros" para intentar solucionar las graves carencias por las que atraviesan los chicos que van a su colegio. Todos son de etnia gitana, y entre ellos, los más necesitados son los rumanos. Granados conoce familias que apenas pueden mantener a sus hijos a base de leche y galletas. Otra cofradía que ya se ha comprometido a llevar comida es la de la Hermandad de la Virgen de las Angustias.

Sobre la solución a la deuda que este colegio tiene con Catering Ibagar, Granados expone que la única salida que ve es "hipotecar el colegio. De dónde voy a sacar el dinero".

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