El comercio de Granada reabre "al mínimo" y pendiente de moratorias que alivien la crisis
Economía
La Federacion Provincial asegura que prácticamente no ha habido vuelta a la actividad a nivel local, ya que los empresarios tienen que tratar de garantizar la seguridad y la higiene de trabajadores y clientes
La libre regulación del sector, con la posibilidad para centros comerciales de abrir más domingos y festivos al año, es una de las principales quejas de la patronal que reúne a pequeños y medianos establecimientos
Granada/"Mínima, mínima". Así define el secretario general de la Federación Provincial de Comercio de Granada, Miguel Moreno, la vuelta a la actividad de este 4 de mayo en este sector. Una primera fase de desescalada que, como ya ha ocurrido en otros ámbitos que pararon para volver a ponerse en marcha con medidas de seguridad, va a un ritmo lento y con muchas cuestiones por dilucidar. Están preparándose, pero conscientes de que no irán tan rápido como quisieran.
"Prácticamente, no ha abierto casi ninguno", detalla el secretario general sobre los comercios granadinos que más que abrir han estado estudiando o, mejor dicho, "analizando" la manera en la que podrán ir retomando la rutina, puesto que es un sector que abarca muy variadas sensibilidades y formas de operar. Igualmente, desde la patronal exigen regulaciones como moratorias para que no haya rebajas este ejercicio o que se retrase y se estudie a conciencia la nueva normativa que permite abrir más domingos y festivos al comercio en general al año con las desigualdades que eso conlleva para el comercio local y de cercanía, a juicio del representante de la Federación Provincial.
Según Moreno, han sido muy pocos los comercios de la provincia preparados para abrir este lunes puesto que ni han podido acopiar todas las medidas de seguridad ni digerir un decreto de reapertura que se culminó este mismo domingo por la tarde. "Lo importante ya no es solamente abrir sino que lo prioritario es poder garantizar la seguridad de comerciantes y de clientes", indica el secretario general de la Federación de Comercio, quien evidentemente señala que son muchas las ganas de los empresarios por empezar a trabajar y dar salida al stock para revitalizar sus cajas aunque el mayor quebradero de cabeza es cómo hacerlo de la forma que minimice al máximo el riesgo.
Otra cuestión es la de que esta reapertura sea bajo demanda y mediante el método de la cita previa, otro condicionante por el que asegura todavía costará llegar a la "apertura total" debido a que en primer lugar "no es rentable" y no tienen las mismas necesidades los diferentes establecimientos. Así, pone como ejemplo que no parece viable que el consumidor pida cita para comprarse unos pantalones al igual que si lo haría para algún tipo de reparación. Se sobrentiende así que para ramas como las zapatería, el textil o las joyerías va a ser mucho más difícil la desescalada frente a otros tipos de negocios más flexibles en la atención.
De la misma forma, en el caso de las tiendas con los artículos a mano y totalmente al alcance de los consumidores es mucho más complicada la cuestión de la desinfección, puesto que algo que se toque "ya estaría usado". Es decir, el secretario general de la Federación Provincial de Comercio asume que son "muchas opiniones y muchas variables" las que entran en juego para un sector que vivirá el reto cada día y de muy diversas formas. En este sentido, entra también el factor económico de que utensilios de seguridad como los guantes "están muy cotizados".
Pero, más allá del embrollo propio de la salida de la crisis sanitaria y de paralización de la actividad por el coronavirus, los comerciantes granadinos que reúnen a un buen número de pymes y autónomos intentando preservar su rama de actividad ven el problema más a medio y largo plazo con la libre regulación de un sector que, entienden, no protege al pequeño y mediano empresario frente a las grandes cadenas comerciales.
Aluden directamente al nuevo decreto ley de la Junta de Andalucía, aprobado en marzo en el Consejo de Gobierno, por el que los comercios pueden amplían su número de festivos y domingos al año a dieciséis para establecimientos con una superficie útil de exposición y venta superior a 300 metros cuadrados. Es decir, los centros comerciales.
Para el secretario general de la Federación Provincial de Comercio esta medida va en contra del comercio rural y el que no está en la capital, ya que en principio es beneficiosa solo para zonas de gran afluencia turística. Ante ello, desde el sector solicitan una moratoria hasta que "el turismo y el comercio vuelvan a sus cauces". Asimismo, desde la patronal de comerciantes granadinos ya solicitaron que se prohíban este año las rebajas como medida para afrontar este ejercicio en el que tras acabar la época de descuentos salto el terror en forma de Covid-19.
Así, consideran que si lo que se demanda ahora es que se active el consumo una vez que se retome la actividad la libre regulación va a ser una piedra en el camino para tantas y tantas tiendas de barrios fuera de las principales áreas de influencia y, más aún, en las que están lejanas de la capital en el Área Metropolitana y en las comarcas que componen la provincia. "Esta medida va a crear una destrucción del comercio", apunta Moreno, para el que habría que repensar ese decreto y crear ilusión entre comerciantes que tienen mucho dinero atrasado, muchos pagos que afrontar y mucho que analizar para empezar esta nueva etapa en la que atraer clientes pese a los riesgos.
"Hay mucha labor por hacer por parte de los comerciantes pero también de los consumidores", asegura en alusión al consumo responsable que habrá que demandar siempre y todavía más de ahora en adelante.
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