Una compra discreta, ilegal y peligrosa

Internet VS salud

Urólogos y boticarios alertan del riesgo que entraña para la salud la adquisición en la Red de píldoras para la disfunción eréctil · Recuerdan que es un delito porque las medicinas sólo se pueden vender en farmacias

Un guardia civil muestra una caja de Viagra falsificada, incautada en una operación contra la venta en internet.
Un guardia civil muestra una caja de Viagra falsificada, incautada en una operación contra la venta en internet.

Un hombre se jactaba en un foro de que había comprado por internet 60 pastillas de un fármaco contra la disfunción eréctil por el mismo precio que en la farmacia conseguía ocho. "Solo por el ahorro de dinero y de vergüenza ha valido la pena", decía. En la Red hay ofertas de supuestos medicamentos vigorizantes de 1,25 a 1,67 euros la píldora. En las boticas, cada pastilla de auténticas medicinas para la disfunción eréctil cuesta entre 12 y 14 euros, según las marcas. El ahorro del dinero y de la vergüenza de contar a un médico un problema tan íntimo son las causas por las que muchos hombres acuden a este canal de comercialización de fármacos, que en España es ilegal.

"Internet es barato, anónimo, discreto y peligroso porque no se sabe lo que se compra. Quien tenga el problema no debe acudir a internet, sino al médico", advierte el urólogo Antonio Martín Morales. La compra de cualquier fármaco por internet está prohibida en España. Es ilegal. El único circuito autorizado son las farmacias, donde se garantiza que el medicamento es verdadero. El fármaco tiene una trazabilidad, se conoce su distribuidor y su fabricante. "En internet el que compra no sabe si es el medicamento verdadero, talco o veneno", advierte un experto en Farmacología.

En la operación de hace una semana en la que la Guardia Civil intervino cerca de 4.000 cápsulas que se vendían como vigorizantes naturales, se comprobó que las pastillas tenían como ingrediente principal un potenciador sexual para animales. También hay falsificaciones hechas a base de paracetamol que llegan a venderse a 30 euros la caja de cuatro píldoras, cuando para el productor el coste es de apenas unos céntimos.

Se estima que el 30% de las pastillas para la erección que se venden son adquiridas a través de internet. Los profesionales sanitarios insisten en desaconsejar este canal de compra. Primero porque aún en el remotísimo caso de que una cápsula que cuesta 10 veces menos fuera auténtica, todo fármaco tiene contraindicaciones y posibles interacciones con otros medicamentos que tome el paciente que exigen supervisión facultativa. Segundo, porque lo más factible es que sean falsificaciones. En el mejor de los casos, inocuas. En el peor, mortal.

Martín Morales apuntaba por ejemplo que en la última incautación de la Guardia Civil se vendían como hierbas vigorizantes cápsulas que eran "Viagra camuflado". El urólogo advertía: "Quien compra eso pensando que no le va a hacer daño porque son hierbas naturales está metiendo la pata". Pero el negocio está en auge. Algunas mafias del narcotráfico han sumado esta línea de productos ilegales a su cartera de servicios. Hace unos cuatro años, la Policía detectó un mercado negro de Viagra en prostíbulos de la Costa. Aquellos fármacos eran auténticos y su venta en locales de alterne coincidía en el tiempo con robos en farmacias en los que no solo limpiaban la caja, sino también las estanterías de fármacos de disfunción eréctil.

Según fuentes de la distribución farmacéutica, el año pasado se vendieron en las boticas de la provincia, es decir, en el circuito legal, unas 80.000 cajas -que contienen desde una pastilla a ocho- de medicamentos contra la disfunción eréctil. En torno a unas 35.000 de Cialis, unas 30.000 de Viagra y alrededor de 15.000 de Levitra, que son las tres marcas autorizadas en España. El tabú y la vergüenza pesan porque los boticarios afirman que el comprador con frecuencia opta por farmacias de paso "donde no lo conocen".

Pero Martín Morales insta a vencer los tabúes y acudir al médico porque la disfunción eréctil puede estar avisando de otras enfermedades. "Hay que estudiar qué provoca el problema, descubrir la causa de la disfunción eréctil y asegurarse de que los fármacos no tengan contraindicaciones o interacciones para el paciente", insiste el urólogo. Este experto acota que la pastilla no siempre es la solución porque a veces hay de fondo problemas de pareja que pueden ser la causa o la consecuencia de la disfunción eréctil. "Son pacientes con los que hay que hablar mucho. Si con la pareja tiene buen rollo y solo falta la rigidez del pene, es el candidato perfecto [para los fármacos, los auténticos, contra la disfunción eréctil]". Pero Martín Morales insiste en que la pastilla puede provocar una erección, pero no solucionar problemas de pareja.

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