De confianza

20 aniversario Granada Hoy

Equipo de Granada Hoy. / Jesús Jiménez / Photographerssports

A través de estas mismas páginas tienen la oportunidad de repasar los acontecimientos, las grandes noticias, las portadas y los cambios notables que se han producido en las últimas dos décadas, el tiempo que ya ha cumplido Granada Hoy como medio de comunicación arraigado en el tejido social y en la historia de esta provincia. De todo este completo repaso, con felicitaciones y tributos incluidos, les confieso que yo me quedaría con un reportaje por su valor simbólico: Nacidos el mismo día. Sus protagonistas son Paula Cantos, Alejandro Lizancos y Fernando Calderón, tres jóvenes de 20 años que llegaron al mundo en las mismas horas en que este periódico se expuso por primera vez en un quiosco de prensa y un lector anónimo pagó su euro con veinte para descubrir los nuevos aires periodísticos que el medio trajo a Granada.

Más allá de los importantes acontecimientos vividos desde aquel día, ellos, Paula, Alejandro y Fernando, representan mejor que nada lo que significa una vida de 20 años. Un nacimiento muy deseado –Granada Hoy llegó con la importante misión de desempolvar el panorama periodístico local–; una infancia llena de vicisitudes en años muy duros, por la llegada de la gran crisis que desafortunadamente derribó tantas otras ilusiones y proyectos, pero que hizo más fuertes y escarmentados a todos los que atravesaron aquel páramo económico y social; una adolescencia que trajo nuevas ilusiones y cambios tecnológicos profundos; un paréntesis apocalíptico por la pandemia que nos confinó y nos obligó a buscar los asideros más cercanos y fiables en un mar de confusión colectiva; y un futuro prometedor sustentado sobre la base firme de todo lo experimentado, pero con las ilusiones intactas. Por eso, durante la celebración de este aniversario, insisto en decir que han pasado 20 años, pero que lo mejor está por venir. Visto así, somos veinteañeros prometedores.

Hemos atravesado este Rubicón de las dos décadas en un momento en el que los diarios y el periodismo en general abordan una de sus transformaciones históricas más cruciales. El papel pervive con dificultad y es difícil saber cuál será su futuro, como ocurrió con los libros cuando muchas voces pronosticaban la defunción del negocio editorial. Mientras tanto, ahí estamos. Grupo Joly mantiene su sello, pero se embarcó ya hace tiempo en la apuesta digital, porque es lo que demanda el ciudadano actual. Este recorrido de Granada Hoy, que ha supuesto un esfuerzo por reconvertir la redacción en un centro de producción continua de información actualizada, nos ha permitido llegar al vigésimo aniversario en un momento extraordinario desde el punto de vista periodístico.

La apuesta digital ha hecho que nuestros lectores crezcan exponencialmente durante los últimos años. Y al mismo tiempo los datos demuestran que tenemos un alto índice de fidelidad, de un público que reiteradamente nos lee y nos visita. Mantener ese complejo equilibro entre la búsqueda de la cantidad y la calidad es nuestro reto.

La interactividad y la capacidad de saber en tiempo real lo que más interesa a la gente nos ha abierto un mundo de posibilidades. Además del reto y la presión de conocer los datos de audiencia en cada momento, los periodistas debemos verlo como una gran oportunidad para establecer una conexión más cercana y directa con nuestro público. Ahora sabemos mejor que nunca antes qué asuntos interesan, en qué medida y a quienes. Podemos dirigirnos de forma más clara a lectores con distintos perfiles o inquietudes. El reto está en controlar la fiebre por la audiencia para no perder la solvencia y la fiabilidad. Un ejercicio de equilibrismo diario que no se puede descuidar.

Frente a los riesgos que esta efervescencia conlleva (desinformación, fake o falta de rigor), creo que hay margen para el optimismo sobre el futuro de diarios como el nuestro.

Debemos acertar con el envoltorio para hacerlo atractivo y acorde a las demandas, tenemos que actualizarnos cada día en los formatos. Pero el contenido, que es el verdadero periodismo, es insustituible. Más que antes incluso. Cuanto más perdidos estamos en una selva de desinformación, más valor tendrá esa señal o referencia que nos indica el camino, el que nos merece confianza. Y esa, a mi juicio, es la palabra clave, la única que nos garantiza un futuro a los medios de comunicación: confianza. Mantenerla es el verdadero reto diario.

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