"La decisión de Inmaculada hizo el favor de proporcionar la ley de muerte digna"

El rector provincial de la orden de San Juan de Dios reconoce la importancia del caso granadino

"No es justo vivir así". Esas fueron las palabras de Inmaculada Echevarría cuando expresó al mundo su deseo de morir, que finalmente se produjo en la noche del 14 de marzo de 2007 en el Hospital de San Juan de Dios de Granada. Un caso que aún no se olvida y que fue, tras el de Ramón Sampedro, el que abrió el debate sobre la eutanasia y la muerte digna en España. Y una decisión, la de rechazar su tratamiento, que supuso el inicio a la elaboración de la futura ley de la muerte digna, que entra ya en su debate parlamentario y que convertirá a Andalucía en la primera comunidad en disponer de una norma para estos casos.

El rector de la Basílica de San Juan de Dios, orden que atiende el hospital granadino de San Rafael, en el que permaneció durante nueve años, recordó ayer, como ponente de las jornadas sobre autonomía de la voluntad que organiza la Fundación Aequitas en Granada, su historia. Y, orgulloso, declaró que "el proyecto de ley actual en algún momento, como ya ha dicho la propia consejera, fue suscitado por este caso. El gran favor de la decisión de Inmaculada ha sido proporcionarnos esa posible ley, donde todos los profesionales tengamos respaldo y se dé cobertura al enfermo", matizó.

Hernández recuerda que los últimos meses de su vida, ya mediatizada por su petición pública de morir, los vivieron "con tranquilidad, la que da tener las cosas claras". Porque la orden, que la había tratado y cuidado durante años, comprendió su petición y la apoyó. De hecho, su comité ético dictaminó favorablemente sobre su retirada del respirador, que se consideraba limitación del esfuerzo terapéutico y rechazo de tratamiento, "cuando no había cobertura legal, por lo que tuvo que ser consensuado. Aquí lo importante es la autonomía y la dignidad del paciente", expuso Hernández, para el que la ley estará fuera de la religión, por lo que "no habrá inconveniente en acatarla".

Aunque no fue una decisión fácil -incluso contaba con el rechazo de la iglesia católica-, la orden de San Juan de Dios la acompañó hasta el último momento y autorizaron el traslado al hospital del mismo nombre, gestionado por el Servicio Andaluz de Salud, donde finalmente se realizó la desconexión. El SAS respetó su decisión, el Consejo Consultivo de Andalucía la avaló y hoy se espera ya el debate parlamentario de una ley pionera, que se espera sirva de aliciente para una futura norma nacional.

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