25 años de la declaración del Albaicín: unas bodas de plata con luces y sombras
Patrimonio: efeméride y retos
El barrio granadino celebra en 2019 el 25 aniversario de la declaración como Patrimonio de la Humanidad y llega a la efeméride entre quejas vecinales y solicitud de mejoras por parte de la Unesco
Granada/Este año se cumple el 25 aniversario de la declaración del Albaicín como Patrimonio de la Humanidad, una celebración que se anunció como una auténtica fiesta por parte del Ayuntamiento de Granada, que hizo público en el pasado Fitur su programa de actividades culturales. Además ha puesto en marcha un portal para mostrar la grandeza patrimonial, cultural e histórica.
Sin embargo, estas bodas de plata tienen luces y sombras porque a lo largo de estos 25 años son numerosas las ocasiones en las que vecinos y la propia Unesco han manifestado públicamente sus quejas por la situación del histórico barrio.
Ángel Bañuelos, presidente del Centro Unesco de Andalucía, recuerda los principales hitos de esta travesía de cuarto de siglo y señala los retos que todavía tiene que afrontar el barrio.
Fue en 1984 cuando el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco inscribió la Alhambra y el Generalife en la Lista del Patrimonio Mundial. En mayo de 1994 una comisión de expertos del ICOMOS visitó Granada e informó favorablemente sobre el estado de conservación del barrio del Albaicín haciendo constar que representaba una extensión apropiada de la inscripción existente de la Alhambra y el Generalife, con la que forma un todo coherente. Ese mismo año, el 15 de diciembre de 1994, la en la XVIII sesión del Comité del Patrimonio Mundial se amplió la declaración de la Alhambra y Generalife con la inclusión del barrio del Albaicín, inscribiendo el bien con la denominación de Alhambra, Generalife y Albaicín. Granada, tal y como recuerda Bañuelo.
La Unesco consideró que la Alhambra y el Albaicín eran ejemplos de espacios urbanos medievales y representaban dos realidades complementarias, junto con el Generalife, ejemplo de espacio agrícola y de descanso de los sultanes nazaríes.
El presidente del Centro señala que “tres fueron los criterios tenidos en cuenta por la Unesco para la declaración”. Por un lado, “representar una obra maestra del genio creativo humano”. Por otro, “aportar un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización existente o ya desaparecida”. Y en tercer lugar, “ofrecer un ejemplo eminente de un conjunto arquitectónico y paisaje, que ilustra una etapa significativa de la historia humana”.
El representante en Granada de la institución que concedió la declaración al barrio, al ser preguntado sobre la evolución que ha tenido en ese tiempo y como le ha beneficiado la declaración, considera que “la inclusión del Albaicín en la Lista de Patrimonio Mundial le ha aportado numerosos beneficios”.
Bañuelos, destaca, en primer lugar, “la protección jurídica de su patrimonio y la sensibilización de la sociedad en general sobre la necesidad de dicha protección”.
A ello hay que añadir “las importantes inversiones realizadas con fondos FEDER y programas de rehabilitación de viviendas”, entre otras mejoras.
“Es justo reconocer que en estos años el Albaicín ha sido objeto de importantes mejoras, pero aún dista de estar a la altura de los niveles exigibles a un sitio declarado Patrimonio Mundial”, puntualiza Bañuelos, para quien “a pesar de los avances producidos en la conservación del bien declarado, también se han incumplido las obligaciones derivadas de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial”: “En la práctica ha supuesto una importante degradación de sus valores materiales e inmateriales, aquellos por los que este histórico barrio de la ciudad de Granada se incorporó al expediente de declaración de la Alhambra y Generalife”.
“Basta pasear por sus calles para observar espacios degradados, infraviviendas, pintadas, cableados inadecuados, antenas, contenedores, etc., a lo que se une una larga lista de asignaturas pendientes: el paseo lineal de la Muralla Zirí, El Maristán, o los Baños árabes de Hernando de Zafra, por citar algunas”, destaca el presidente del Centro Unesco.
Ante esta situación, Bañuelos considera “urgente” una “revisión y actualización” del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (PEPRI), marco normativo imprescindible para la regulación y control de la actividad urbanística y edificatoria. Así como “remodelar en profundidad las funciones y competencias de la Agencia Albaicín de modo que ejerza una función transversal capaz de incorporar la participación vecinal y coordinar las propias áreas municipales”.
El delegado de Cultura de la Junta de Andalucía, Antonio Granados, coincide con Bañuelos en la necesidad de un cambio en el perfil de la Agencia Albaicín. “Por lo que se refiere a la gestión del bien declarado Patrimonio de la Humanidad, según el documento de conclusiones-propuestas que resultó de la celebración, al amparo del Centro UNESCO de Andalucía, del Seminario Técnico de Reflexión del Sitio declarado, sería necesario crear un órgano con capacidad ejecutiva retomando el modelo planteado inicialmente por la extinta Fundación Albaicín (convertida posteriormente Agencia Albaicín) con representatividad extensiva y transversal de todas las Administraciones involucradas en la gobernanza del barrio (municipio, autonomía, estado y ciudadanos), y todos los agentes y propietarios (Ayuntamiento, Junta de Andalucía, Estado, Patronato de la Alhambra y el Generalife, Arzobispado, Universidad, Asociaciones de vecinos, empresarios...)”.
Para el delegado, “bajo el paraguas de la Fundación, re-establecer una oficina técnica con atribuciones y conocimiento especifico del barrio, con capacidad de supervisar y hacer el seguimiento de proyectos y obras particulares así como de redactar y gestionar proyectos específicos de actuación, en base a los cuales se buscaría financiación concreta para su redacción y ejecución”.
Según Granados, “este órgano gestor del barrio deberá compaginar y atender las cuestiones cotidianas de un barrio habitado con aquellas cuestiones patrimoniales que son exclusivas de la singularidad del Albaicín”.
Por lo pronto poco más se sabe sobre la redacción del nuevo PEPRI o las novedades que prepara el Ayuntamiento para la Agencia Albaicín a pesar de los intentos de este periódico de contactar con la concejal de Movilidad y Protección Ciudadana, Turismo y Comercio, Raquel Ruz. El año del 25 aniversario de la declaración se inauguraba con unas declaraciones del alcalde de Granada, Francisco Cuenca, dedicadas al barrio. Durante la presentación en Fitur resaltaba que el objetivo de la efeméride es que “sirva para visibilizar, promocionar, proyectar y difundir aún más la riqueza patrimonial”.
En cuanto al menú de la efeméride, el regidor apuntó que se prevé música, conferencias, exposiciones, talleres y, por supuesto, itinerarios fotográficos, un cortometraje documental y un sinfín de actividades en la calle y en espacios emblema.
El presidente del Centro Unesco cree que es “urgente” una “revisión del PEPRI". El delegado de Cultura de la Junta, Antonio Granados, explica que el Albaicín se beneficia de un PEPRI aprobado en 1990. “Este instrumento de planificación exige un proceso constante de actualización. Desde 2016 se han mantenido encuentros periódicos entre técnicos de la Delegación y el Ayuntamiento de Granada para establecer unas estrategias y directrices a seguir en la redacción de un nuevo Plan Especial del Albaicín y Sacromonte, relativas a la determinación de áreas de intervención, dotación de aparcamientos, cuestiones de mejora de la accesibilidad, equipamientos, usos o catálogo de elementos protegidos”, dice Granados, quien espera que el Ayuntamiento presente un avance en breve.
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