El derribo de la polémica churrería deja paso libre al Centro Lorca

La demolición de la churrería colindante al Centro Lorca empieza a ser una realidad. Operarios de Ferrovial, la empresa constructora, trabajan ya en el derribo, que se acomete "por partes" y "en función de las necesidades constructivas", tal y como explican fuentes de la Gerencia.

Desde que en mayo de 2005 se aprobó el proyecto de excavación del edificio, la posible compra o expropiación del establecimiento se convirtió en uno de los temas más polémicos de la ciudad. Hasta el 15 de mayo del pasado año, cuando el Consorcio compró el solar por la escalofriante cifra de 316.000 euros, tasación acordada entre todas las instituciones.

Con su adquisición, el proyecto inicial del futuro centro se amplió, ya que la integración del inmueble -una parcela 14,5 metros que afectaba al cierre de la fachada- ofrece nuevas posibilidades a la gran caja de acero que albergará el legado del poeta en la céntrica Plaza de la Romanilla. No en vano, permitirá dotar de mayor dimensión a las dependencias contempladas, a la vez que dará más presencia al edificio sobre la plaza.

En el espacio que ocupa la churrería se ubicará la cocina de la cafetería, en la planta baja del edificio, que será uno de los espacios más transitados del centro. Esta planta albergará también una sala funcional y la tienda, mientras que en la primera se ha proyectado un auditorio -cuya estructura ya se visualiza- y galería y, por otro lado, la biblioteca jugando con dos alturas. Casi toda la planta sótano será de doble altura y albergará una sala de exposiciones, un espacio escénico y camerinos.

En el sótano inferior se ubicarán los espacios técnicos. Según valoró Tomás Martín, la anexión "permitirá desahogar los servicios ofertados, en la planta baja, mientras que en las plantas que no son de calle se ampliarán los espacios".