1971: El año en el que es descubierta la Dama de Baza, que impunemente se llevan a Madrid
Granada año a año
En enero los termómetros llegaron a los ocho grados bajo cero y la gente hacía excursiones para ver las fuentes heladas
En agosto los propietarios de Tranvías Eléctricos de Granada deciden la supresión de este sistema de transporte
1970: El año en el que mueren a tiros tres albañiles frente al sindicato vertical
Cuenta José Luis Entrala en su libro sobre Granada que en febrero de 1971 viajó a Madrid una nutrida comisión de munícipes y otros cargos (ya se pueden imaginar quienes) a visitar a Franco para entregarle las conclusiones del IV Consejo Económico Sindical Provincial. Dichas conclusiones pasaban por pedir unas mayores inversiones en Granada para construir un tramo de autovía entre Almería y Motril y el que se reactivara la declaración de zona de interés turístico de la Costa, Sierra Nevada, La Alpujarra, el Marquesado, Guadix, Granada, Ronda y Antequera. Y todo ello encaminado a que se pudieran crear los puestos de trabajo necesarios para que la gente no siguiera emigrando. Franco recibió el nutrido grupo de políticos y esto es lo que les dijo: "Me preocupa mucho Granada y os agradezco vuestra dedicación a solucionar sus problemas. Yo quisiera estar en Granada para resolverlos personalmente, pero permanezco aquí vigilante, para que eso sea posible". Eso es diplomacia, sí señor. Solo les faltó decirles aquella famosa frase que se le atribuye cuando un día vio tensos a sus ministros: "Haced como yo, no os metáis en política".
Y es que Granada no levantaba cabeza. Seguía perdiendo habitantes por un tubo. Según los datos del profesor Bosque Maurell, en ese año se dio la mayor tasa de emigración: en diez años 153.216 habitantes se van afuera a trabajar. Y aunque en ese año se ha ascendido tres puestos en la clasificación de la renta per cápita, esta sigue siendo de 26.424 pesetas frente a las 44.481 de media nacional. Un desastre.
Ese fue un año frío para Granada. En los conciliábulos tabernarios se hablaba de la intensísima ola de frío que en las primeras semanas del año. Se llegó hasta los 8,6 grados bajos cero en Puerta Real y la gente hacía excursiones a ver las fuentes heladas, a pesar de que apenas se podía transitar por calles y carreteras. Por entonces los refranes trabajaban y si había un año de nieves había un año de bienes. Por el menos en el fútbol lo hubo porque el día 17 de enero el todopoderoso Real Madrid perdió por dos a cero con el Granada CF, cosa que no sucedía desde hacía muchos años. Si seguimos hablando de fútbol es para decir que en noviembre de ese año la selección española eligió el campo de Los Cármenes para jugar un partido internacional contra Chipre. Le dio suerte a la selección jugar en Granada ya que ganó por siete a cero. El primero, de Pirri de cabeza.
Dimite Mayor Zaragoza
Ese año se abre el restaurante Las Tinajas y el Hospital Real de Granada es cedido a la Universidad de Granada, institución en la que, el 7 de noviembre, dimite como rector Federico Mayor Zaragoza. En ese año en el periódico Ideal hay relevo. El joven periodista granadino Melchor Saiz-Pardo Rubio, que había estado de corresponsal de la agencia Efe en Roma, se hace cargo de la dirección del periódico de la Editorial Católica, en cuya cabecera especificaba que era el diario regional de Andalucía Oriental. Melchor Saiz-Pardo sustituía a Santiago Lozano García. Todo en un año en el que el Festival Internacional de Música y Danza cumple 20 y se consolida como una de las citas musicales más importantes de España. Al 'marco incomparable' en donde se desarrollan las actuaciones se le suman los llamados Cursos Manuel de Falla. La vigésima edición de esta cita cultural en la Alhambra se celebró entre los días 21 de junio y 11 de julio. Ese año el Ayuntamiento invitó a José María Pemán para que asistiera a algunos de los conciertos.
En 1971 el Ayuntamiento decide intervenir ante el peligro de que se construyeran muchas viviendas alrededor de proteger urbanísticamente el Alcázar Genil, la única casa árabe de verano que queda en la Vega. También ese año Ideal publica un cuadernillo especial sobre el barrio de las cuevas por excelencia granadino con un titular demoledor: "El Sacromonte se hunde". Y un sumario esperanzador: "¡Granadinos, hay que salvarlo!". Los periodistas que escriben sobre el barrio destacan que desde las inundaciones del 63 habían pasado ocho años y no se había hecho nada por el barrio. Todos quieren salvar al Sacromonte, pero apenas se destina dinero para hacerlo.
Otro desastre anímico sucedió el 1 de agosto de 1971 cuando los propietarios de Tranvía Eléctricos de Granada S. A. toman la decisión de hacer desaparecer este sistema de transporte. Los tranvías habían venido funcionando ininterrumpidamente desde 1904 por las calles de Granada y por los pueblos de alrededor. En noviembre de ese año realizó su último trayecto el tranvía de Las Gabias.
La Dama de Baza sale a la luz
En junio de 1971 se descubrió la Dama de Baza, considerado el hallazgo arqueológico más importante del siglo. Tras veinticuatro siglos de estar enterrada, en julio fue sacada a la luz por el equipo del profesor sevillano Francisco Presedo. Él, financiado por una fundación catalana, había elegido un cerro bastetano para realizar sus excavaciones arqueológicas. El día 21 uno de los trabajadores de su cuadrilla, Baldomero Álvarez, introdujo el palustre en un lugar determinado del cerro y tras los oportunos movimientos quedó al descubierto la cara de la escultura de una mujer. Después saldría el resto: una noble ricamente ataviada y parecida a la dama de Elche, la cual constituía hasta ese momento una de las piezas más determinantes en la investigación arqueológica de la cultura íbera. Es más, la Dama de Baza se pensó que podría superar en importancia a la de Elche porque había sido encontrada en su contexto original, estaba completa y en ésta aún había restos de su policromía. Además, lo supo Presedo después, se había descubierto con su ajar funerario al completo ya que contenía las cenizas de la persona muerta a la que se cree que representaba y delante de ella un pequeño amontonamiento de armas quemadas y otros objetos propios de un guerrero. La escultura estaba trabajada en piedra caliza policromada y se encontraba dentro de una cámara funeraria de 2,60 metros y 1,80 de profundidad. La dama estaba sentada en un trono con alas en los respaldos y las patas trasera era garras de león. Se trataba sin duda de un hallazgo único.
En un primer momento se intentó ocultar el descubrimiento. El que ponía la pasta en las excavaciones, el señor Durán Farrel, pretendió llevarse la estatua antes de que la noticia la supiera el pueblo en el que se había encontrado. Pero no pudo ser porque tres días después la imagen de la Dama de Baza aparecía en primera página del periódico granadino Ideal. Alguien había filtrado la noticia. Los arqueólogos se vieron entonces forzados a comunicar la buena nueva, de manera oficial, a la Dirección General de Bellas Artes. Pocos días después, la escultura era embalada para ser llevada a Madrid. Todo esto ocurría sin que los propios bastetanos tuvieran verdadera conciencia de lo que allí se había encontrado. Para acallar las posibles voces discordantes, se dijo que la escultura iba a ser trasladada a Madrid para ser restaurada, pero las verdaderas intenciones eran las de llevársela para siempre. Hoy, cincuenta y dos años después y a toro pasado, son muchos los que piensan que aquel día se debía de haber manifestado el pueblo para impedir que su dama abandonara Baza.
Para contentar a las partes, el Gobierno encargó tres réplicas de la Dama de Baza al escultor madrileño Miguel Ángel Peinado. Tuvieron un coste de 800.000 pesetas. Una de ellas se quedó en Baza, otra se puso en el aeropuerto de Granada y la tercera, para contentar a los catalanes, está en la Fundación Durán-Vall Llosera, creada en memoria de Pedro Durán Farrell, el que adquirió los terrenos bastetanos para las excavaciones.
Otra dama de la zona, Alicia Lacuesta Contreras, natural de Benamaurel, se convierte ese año en la primera mujer granadina en ocupar una alcaldía. Aún no había elecciones democráticas, pero en una especie de comicios tutelados por el Movimiento, se designa a esta mujer para que sea la primera edil en el municipio que la vio nacer. Todo un avance en esa incorporación de la mujer al mundo de la política.
Ese año en el mundo de la música se impone el crespón negro porque nos dejan el gran tañedor de pulso y púa José Recuerda y el pianista Francisco García Carrillo. Los dos eminentes músicos habían convertido a Granada en un referente de su arte. Pero no todo van a ser pérdidas, ese año nacen la poeta Mónica Francés, el actual presidente de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa, Gerardo Cuerva; el músico Santiago Martín Arnedo y el historiador José Soto Chica. ¡Ah! También nace el municipio Alpujarra de la Sierra con la unión administrativa de Mecina Bombarón y Yegen.
Porque nos sobran huevos
En 1971 una vez más la explanada y la estación de La Calahorra sirven para el rodaje de la película Sol rojo, en la intervienen Alain Delon, Úrsula Andress, Charles Bronson, Capucine y el japonés Toshiro Mifune, que intervienen en una escena en la que se ve semidesnudo en las nieves de Sierra Nevada. El rodaje se produjo durante la Semana Santa y todavía hay ojos que recuerdan a la explosiva Úrsula Andress paseando por la Alcaicería con unos mini pantalones de color carne. Por entonces Úrsula Andress era la novia de Jean Paul Belmondo y el sueño erótico de miles de españoles. Así que en absoluto pasó desapercibida. Ese año también Granada resultó ser un buen sitio para rodar escenas de películas como El justiciero ciego (que protagonizó el Beatles Ringo Star), Capitán Apache y Les llamaban dos sinvergüenzas. Todas olvidables.
En este año los granadinos comienzan a ver en las tiendas un flan llamado Dhul. La historia de este producto tiene su origen en la ilusión y la constancia de una mujer llamada María Angustias Amador, que nació en Otura en 1934. Con los huevos que le sobraban en su granja comenzó a hacer flanes. Le salían tan ricos que se animó que lo probaran las alumnas del Colegio de Santo Domingo, donde estudiaban las hijas. Le dieron el notable alto. Entonces se animó y fue por todas las ferreterías de Granada a comprar moldes. Se gastó 700 pesetas de las de entonces en adquirir moldes. El marido le dijo que había perdido la cabeza. Pero no, ella sabía lo que se hacía. Habló con su amiga, la dueña del hotel Los Ángeles, para dárselo a los comensales de su restaurante. Todos los pedían, señal de que aquello que hacía María Angustias podía tener otras salidas. Era la primera vez que se vendía, al menos en España, un flan listo para comer. El descubrimiento daría la vuelta al mundo y haría olvidar los polvos de Flan Royal y del Flan Chino El Mandarín, que no había de dejar de mover para que no formara engrudos.
En 1967 el matrimonio amplió el gallinero con 1.200 gallinas y a comienzos de la década de los setenta decidieron crear la empresa Dhul (acrónimo De Huevo y Leche). Empezó a introducirlo en otras comunidades autónomas como Galicia, donde apreciaron igualmente el sabor de los flanes de la granadina. Pronto pasaron de producir de 10.000 unidades diarias a 100.000. Poco a poco se metieron en el mercado español y llegó a ser uno de los postres más demandados en muchas casas de España. En 1972 se constituyó una sociedad anónima y en 1973 se levantó el complejo industrial de la carretera de Badajoz. Llegó a tener casi 600 empleados y una fábrica en la ciudad norteamericana de Sacramento. Tras la muerte de María Angustias, en 1985, la empresa comenzó su decadencia. La compró el grupo Ruiz Mateos porque el contrato incluía dos puntos del acuerdo que pedía la familia: respetar la plantilla y que se quedara en Granada. La empresa había tenido otros novios, pero eligieron al peor. Al poco tiempo el grupo Rumasa comenzó a descapitalizar sus empresas y esta entró en concurso de acreedores. En 2013 la compró el grupo francés Andros por dos millones de euros que tuvo que pagar a la administración concursal. Y lo que son las cosas. Esta empresa ha reconocido ahora que las gallinas viven mejor en libertad, como las tenía al principio María Angustias en su corral. Una vez un periodista le preguntó a María Angustias por qué quisieron hacer flanes: "Porque nos sobraban huevos", dijo la entrevistada. Con un par.
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