Los nuevos descubrimientos arqueológicos sacan a la luz la importancia de Granada en la antigua Roma

Arqueología

La aparición del criptopórtico de la ciudad de Ilurco prácticamente confirma algo infrecuente en la estructura romana: dos municipium en apenas veinte kilómetros

Los hallazgos de los últimos ocho años sacan a la luz los vestigios de esta época, tan importante como la musulmana en la provincia

Restos del criptopórtico romano de Ilurco / UGR

Granada/Granada es tan mora como romana. Empieza a ser visible y palpable. El último descubrimiento de lo que se cree que son los restos de un criptopórtico en el yacimiento de Ilurco, cerca de Pinos Puente, no hacen más que confirmar el particular caso que demostraría la importancia que tenía el territorio que actualmente ocupa la demarcación, y más en concreto la Vega granadina, en la provincia romana de la Bética: dos ciudades, con su estatus de municipium romano, en apenas veinte kilómetros, un fenómeno calificado como, al menos, "curioso" por los expertos.

La Granada Romana ha empezado a aflorar en los últimos ocho años en la provincia, en la capital, y en su entorno. Es fácil imaginar cómo era la Granada musulmana. Sus vestigios se mantienen en pie, sobre todo en la ciudad, con la Alhambra presidiendo de su promontorio todo lo que queda en sus extramuros. Pero por debajo de eso, hay una Granada con otra cultura, de tanta importancia como la musulmana, que empieza a dibujarse. Aún es pronto para visualizarla, tanto de forma real como virtual, pero cuando los trabajos den su fruto, será posible ver o al menos reproducir cómo era esa Granada de togados, legionarios y sacerdotisas.

Ángel Rodríguez es profesor de la Universidad de Granada y uno de los arqueólogos más reputados en la antigua Roma, que además trabajó en el descubrimiento de la Villa Romana de Los Mondragones en la capital. El docente explica a Granada Hoy que en la Vega se produce un "fenómeno curioso", que es que hay dos ciudades muy próximas, Ilurco (Pinos Puente) e Ilíberis (Granada), en apenas una veintena de kilómetros. "No es frecuente", sentencia el experto.

Villa Romana de Salar / G. H.

Ciudades romanas en Granada

En la antigua Roma "tenemos asentamientos de carácter urbano indígenas, o íberos, los oppidum", relata Rodríguez. Este tipo de ciudades se encontraban situadas de forma elevadas sobre atalayas o cerros para facilitar su defensa. También en el origen de los enclaves romanos de Granada se encuentran "colonias base de los fenicios en a Costa y otras se introducen al interior". No es hasta el siglo III antes de Cristo cuando Roma no hace acto de presencia en esta zona de Andalucía y de Granada tras las Guerras Púnicas.

Mapa de la provincia con vestigios romanos / Departamento de infografía

A partir de aquí, estos asentamientos fueron utilizados como base para edificar las ciudades romanas. Granada provincia tuvo un asentamiento clave, la colonia romana de Acci, en Guadix, donde hace unos años afloraron los restos del teatro de la ciudad en lo que son ahora las cercanías de la Catedral accitana. "Acci es el más importante. Es un asentamiento de legionarios y tienen estatus de ciudadanos romanos", resume de forma sucinta Rodríguez.

A partir de ahí se desarrollan los llamados municipium, más pequeños en tamaño, y que tienen derecho latino concedido en diferentes épocas en función muchas veces del grado de romanización del mismo. Necesitaban asimismo una reestructuración o reordenamiento jurídico-político para poder considerarse legalmente romanas. En el caso de Ilíberis se le concedió este estatus en la época de César y Augusto, aproximadamente en el siglo I antes de Cristo. "El resto de oppidum romanizados lo reciben un poco más tarde, en la época de Vespasiano, en la segunda mitad del siglo I después de Cristo", explica Rodríguez. Este sería el caso de Ilurco. Luego, en el resto de la provincia, están Basti (Baza, en concreto en el Cerro Cepero), Tutugi (Galera) y Acatucci (Iznalloz). Luego Calécula o Tricolia, un emplazamiento por definir en su ubicación exacta la zona de Loja. En la Costa, la actual Almuñécar era el asentamiento fenicio de Sexi, luego ocupado por los romanos donde es visible el acueducto y los salazones, y Salambina, en Salobreña.

A partir de todos estos municipios se desarrollaron "multitud de realidades arqueológicas muy dispersas y variadas", define Ángel Rodríguez, desde villas suburbanas a villas rústicas (son los casos de las del Zaidín en la calle Primavera, Los Mondragones, donde se avanza para su musealización, y en la provincia la de Salar, una de las mejor conservadas de España y que guarda aún muchos secretos por descubrir). También se han descubierto asentamientos vinculados a la explotación del territorio y de las vías romanas. "Una ocupación del territorio muy intensa y es lo que con más claridad esta empezando a desvelar la arqueología", añade el experto.

Salazones en Almuñécar / G. H.

Un foro en el Albaicín

¿Dónde estaba la ciudad romana de Ilíberis, en la capital? Ha sido la gran pregunta durante siglos. Existió, estaba en el Albaicín, aunque la ambición desmedida de un sacerdote medieval, el padre Flores, estuvo a punto de poner en tela de juicio esta afirmación. Un cura que buscó pruebas de la celebración del primer concilio cristiano en España y uno de los más importantes de la historia, y que encontró y desveló el corazón de la ciudad romana, en pleno barrio del Albaicín, donde ahora está el Carmen de la Concepción. Bajo sus jardines se celebró aquel cónclave y se organizaba la ciudad de Ilíberis. Pero el religioso, en su afán de encontrar pruebas de aquel concilio, empezó a falsificar pruebas. "Las enterraba por la noche para destaparlas por la mañana", relata Rodríguez. Una condena obligó a destruir las pruebas y a aplanar el terreno de lo que aún no se sabía que era el foro.

Restos romanos en la capital / Departamento de infografía

Sin embargo, "en los últimos 5-7 años, en las excavaciones que se están haciendo en el Albaicín, están apareciendo elementos de arquitectura pública de época romana, y eso significa que están vinculados al foro", explica Ángel Rodríguez. Se refiere a la aparición de los restos de un criptopórtico en la calle María de la Miel, que es la construcción que circunda el foro de la ciudad, el lugar sobre el que se desarrollaba toda la vida social, económica, jurídica, administrativa y religiosa. Con ella, los edificios vinculados a la misma. "Es un tema resuelto y viene a zanjar la cuestión de las falsificaciones de Flores", concluye.

"Recientemente en la muralla actual se está comprobando que están cimentados sobre restos de murallas de época romana", explica asimismo el arqueólogo que añade que "nos faltaría un tercer elemento que son los edificios de carácter lúdico, que son el teatro, los anfiteatros, circos...". "En Granada no tenemos pruebas. En muchas ciudades pequeñas como Ilíberis e Ilurco, estos edificios eran de madera. Se construyen y se quitan. Es probable que aquí estas construcciones se levantaran cuando se iban a conmemorar unos juegos", explica Ángel Rodríguez.

Teatro romano de Guadix / G. H.

Este terreno se abona a elucubraciones. Hay quien sitúa el teatro o anfiteatro en una zona entre calle Elvira y la Catedral aprovechando el desnivel del terreno para los graderío, pero será complicado encontrar algún vestigio. Primero, porque ya es una zona muy urbanizada, segundo por la teórica estructura provisional de estos edificios, y porque es una zona llena de limos. "Cuando hemos excavado ahí hay muchos metros. Lo veo complicado", dice Rodríguez. En cuanto al circo, hay un texto del historiador musulmán Ibn al-Jatib que habla de "piedras antiguas" en el área del Paseo del Violón. En la actualidad existe un parking público en el que, durante su excavación, aparecieron unos muros ahora expuestos en el lugar. La primera conjetura fue asociarlo al circo, sin embargo se demostró rápido que eran muros de contención del río Genil de época nazarí.

Una Granada que empieza a salir de debajo de la tierra y que demuestra su importancia en la antigua Roma con un fenómeno, la confirmación de los hallazgos romanos de Ilurco, que sitúan dos grandes ciudades en un punto geográfico muy cercano. Queda mucho por excavar. El pasado siempre reluce.

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