Así se desechó la línea de alta tensión sur de Granada por el valle de Lecrín

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La aparición en la planificación estatal de la red norte entre Caparacena, Baza y La Ribina hizo que el eje Sur "perdiera sentido"

Torres de media tensión cerca de la capital / Antonio L. Juárez

Granada/Otra de las inversiones más importantes está relacionada con el cambio en el proyecto del eje eléctrico sur, polémico en su día por la protesta de los vecinos del valle de Lecrín, que ha pasado de ser una línea completamente nueva entre Benahadux, Saleres y El Fargue, pasando por Órgiva, a solo una línea entre Saleres e Íllora. Tan solo queda ‘vivo’ de aquel proyecto tumbado por las alegaciones vecinales la subestación de Saleres, aunque se encuentra más cerca del núcleo de población de Cónchar.

Aun así, según explicaron ayer desde REE, más que una 'victoria' del movimiento vecinal, desechar la idea inicial fue 'mérito' de la inclusión dentro de la planificación estatal de transporte eléctrico del eje Caparacena-Baza-La Ribina. Esto hizo que el proyecto por el valle de Lecrín "perdiera sentido", según explica el delegado en Andalucía de REE, Jorge Juan Jiménez Luna. "Teníamos que resolver el problema del sur de Granada y en la planificación de octubre de 2015 se incluyó el proyecto que daba solución a ese déficit", añade el representante de la compañía a preguntas de este periódico. El directivo explicó que en 2018 hubo una modificación en la planificación de la red en la que se incluyó la Caparacena-Baza-La Ribina que venía a cumplir, en cierta medida, el cierre del circuito por el norte en vez de por la Alpujarra y El Valle.

Con las polémicas vivas aún en 2019, REE estableció conversaciones con las administraciones competentes, tanto la Junta como el Gobierno, para encontrar una solución a un problema, el de la distribución y transporte eléctrico por el sur de la provincia, que aún persiste. Fue cuando se repensó el mismo y se concluyó que, construyendo la subestación de Saleres y uniéndola a la red ya existente "bastaría para darle capacidad a la zona", convirtiendo lo que era una solución a gran escala para un problema específico "en una solución particular" para la subestación de Órgiva. Así que, "efectivamente", si no llega a aprobarse la línea Caparacena-Baza-La Ribina, el proyecto de alta tensión en el valle de Lecrín y la Alpujarra hubiera seguido adelante para Red Eléctrica de España.

La opción que ha tomado la compañía multinacional para fortalecer esta línea es repotenciar la ya existente, ampliar la subestación de Benahadux, construir una línea de 200 kV entre Saleres e Íllora, otras líneas de salida desde este punto a Las Gabias y Órgiva, y sobre todo, la subestación eléctrica de Saleres. Para REE es clave "resolver el problema de Órgiva", cuya subestación está sin capacidad y es "crítico descongestionarla", según el delegado en Andalucía de la compañía. La inversión en este sentido alcanza los 38,5 millones sin contar con la repotenciación, que no es dotar de más potencia a la línea ya existente, sino evitar la pérdida de energía durante el transporte.

Esto se realiza de forma muy espectacular tensando los cables elevando las torres (o postes eléctricos) para que el cableado no cimbree y pierda tensión y altura con respecto al suelo, cobrando la suficiente altura en todo su recorrido y que estén garantizadas en todo momento las distancias de seguridad reglamentarias. Esta actuación no solo afectará al eje sur si no que actuará en todas las líneas de alta y media tensión entre Granada y Almería: el eje Huéneja-Tabernas, el Granada-Jaén, o el Granada-Málaga. Se actuará en todo el trazado por 56 millones de euros.

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