Detienen a cuatro personas en Granada por intentar regularizar a una marroquí y convertirla en esclava sexual

La Policía Nacional ha detenido en Granada a cuatro personas como presuntos responsables intentar regularizar a una marroquí de 21 años trayéndola a España mediante un matrimonio simulado, con un joven de 23 años, y ofreciéndola como esclava sexual a la persona que se hacía cargo de los gastos. Los detenidos han sido investigados por presuntos delitos de trata de seres humanos, falsedad, favorecimiento a la inmigración ilegal y pertenencia a grupo criminal.

El enlace se pretendía celebrar mediante poderes de la joven hacia una mujer española de 43 años, suegra del supuesto novio y quien regenta el local de ocio en el que trabajaba este. Según informa la Policía Nacional en una nota de prensa, la necesidad del joven de mantener el trabajo, con el que se costea sus estudios en la UGR, y poder seguir viviendo con la hija de la mencionada mujer, con quien mantiene realmente una relación sentimental, serían los motivos para aceptar participar en esta trama.

Pero la cosa no acaba ahí, pues el dueño del local que regenta la suegra del supuesto novio, es propiedad del padre de esta, un hombre de 79 años, que mantiene una una relación afectiva desde hace años con la hermana, de 36 años, de la supuesta novia, la cual habría sido la presunta artífice e instigadora del matrimonio simulado, según la Policía, quien indica que él habría sido quien le propuso que trajera a su hermana menor a España, regularizando de cualquier forma su situación, haciéndose cargo de todo el coste económico que supusiera y como pago por ello, su hermana viviría con él y sería su esclava sexual.

Del análisis de los documentos aportados y de las circunstancias reales de los implicados, los agentes hallaron indicios de la falsedad de la relación que se pretendía oficializar y obtuvieron indicios que apuntaban a una serie de intereses particulares en la participación de cada una de las personas investigadas.

La investigación acreditó que el pretendido novio había viajado en dos ocasiones a Marruecos, una para conocer personalmente a la supuesta novia y hacerse fotografías juntos con las que acreditar la existencia de relación en el expediente matrimonial y otra en la que la joven hizo un poder ante notario en el que autorizaba a la madre de la novia real del futuro marido a casarse en su nombre en el Registro Civil de Granada. En ambos viajes estuvo acompañado de su jefe y propietario del local de ocio.