Porque la educación no es un juguete

Claves para saber qué regalos estimulan y favorecen los procesos de aprendizaje de los niños

Qué regalar. Apilables, títeres, muñecos o mantas de juego, recomendables. Los tecnológicos, sí, pero con precaución.
Ana Fernández / Granada

04 de enero 2015 - 01:00

Con la llegada de la Navidad, una de las cuestiones más frecuentes entre los padres, tíos o abuelos suele ser la tradicional pregunta: ¿qué tipo de juguete es el más adecuado para nuestros pequeños? La psicóloga infantil Silvia Álava da respuesta a esta incógnita en su libro Queremos hijos felices. Lo que nunca nos enseñaron (de 0 a 6 años).

Los juguetes, además de ser un medio de distracción y de entretenimiento para los niños, deben estar bien utilizados para estimularlos en mayor medida y favorecer así los procesos de aprendizaje. Los primeros seis años del desarrollo infantil son fundamentales. Es en esta etapa cuando más atención se tiene que poner en los regalos que hacemos a los menores. La elección de los juguetes ha de ir acorde a la edad del niño. Según va creciendo, no sólo cambian sus gustos, sino que adquiere toda una serie de habilidades y destrezas.

Desde su experiencia, Silvia Álava aconseja juegos para estimular la percepción sensorial, la manipulación o la coordinación de movimientos de los más pequeños.

Los apilables trabajan la coordinación oculomanual, la pinza bidigital y la fuerza muscular; los encajables de formas geométricas o animales aportan coordinación visomanual y destrezas finas. Se trabaja la memoria de formas y los niños aprenden la dinámica del puzzle, juego importantísimo en la actividad lúdica infantil junto con las construcciones; las mantas de actividades favorecen la motricidad de los bebés y las marionetas sirven para estimular de forma divertida, involucrando los sentidos de la vista y el tacto. Cuando sean un poco mayores los propios niños podrán jugar con ellas, bien a reproducir una historia o creando sus propios cuentos.

A medida que los niños van creciendo, existen otro tipo de juegos más acordes. Los juegos de plastilina, los recortables, vestir y desvestir muñecos son buenos para desarrollar las habilidades de fuerza y agilidad en los dedos de las manos, además de ejercitar la paciencia del niño; los juegos de ensartar cuentas, al igual que los recortables, pegar y despegar pegatinas en los sitios indicados son muy adecuados para estas edades; los patinetes, patines, triciclos, bicicletas, camas elásticas favorecen la fuerza, potencia, resistencia y control muscular del niño. Estos juguetes permiten al menor conocer su cuerpo, aprender a dominar sus movimientos, y fomentan el desarrollo de la elasticidad, la tonicidad o el equilibrio; las cocinitas, los muñecos, los bebés, las marionetas y disfraces son juguetes que favorecen el juego funcional y simbólico. Se trata de que los niños puedan simular que hacen cosas, como cocinar, ir a la compra, cuidar de un bebé, o de que puedan llevar a cabo juegos de roles.

Los juguetes tradicionales son importantísimos para favorecer una correcta estimulación en el niño, pero ¿hasta qué punto es positivo regalar juegos tecnológicos a los niños? En opinión de Silvia Álava, "los niños están inmersos en un mundo tecnológico; por eso no podemos pretender que no tengan juegos de ese tipo, pero sí regular su uso y no permitir que sólo jueguen con ordenadores, tabletas y videoconsolas".

Los padres deben limitar el tiempo de uso del ordenador o la videoconsola. Es bueno evitar que los niños empleen todo su tiempo de diversión en juegos electrónicos; de hecho, según la especialista, los bebés no deberían jugar con tabletas u ordenadores.

Otro dilema importante es si se deben comprar juguetes en función del sexo del bebé. Según la psicóloga, los juguetes no tienen que estar determinados por el género. "Cada niño puede entretenerse con el juguete que elija, sin olvidar que jugar es sinónimo de diversión; así, si un niño quiere jugar con una muñeca o una niña con un camión, los padres no deben favorecer en ellos prejuicios sexistas".

No hay que olvidar que a través del juego los niños aprenden valores importantes para su correcto desarrollo tanto individual como grupal.

Silvia Álava es la directora del área infantil en el Centro de Psicología Álava Reyes y compagina la consulta como psicóloga con la elaboración e impartición de cursos, talleres y conferencias. Es experta en psicoterapia por la European Federation of Professional Psycholgists (EFPA) y profesora de diversos másteres. Además, es coautora de la enciclopedia La Psicología que nos ayuda a vivir, dirigida por María Jesús Álava Reyes, del libro Cuentos para comer sin cuentos, y la guía Cuidando el amor, editada por la Consejería de Familia y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid. También colabora habitualmente con diversos medios de comunicación. Además, Álava es la autora de Queremos hijos felices (JdeJ Editores), segunda publicación de la colección Tu vida en Positivo, que engloba una serie de libros donde diferentes expertos de distintos sectores ofrecen consejos para ser más felices.

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