Cómo elegir la copa o el vaso más adecuado para cada cóctel

Aromas y sabores

¿Un whisky en vaso largo? ¿Un Martini en copa de vino? Para disfrutar de un buen trago, este debe servirse en el recipiente apropiado, que potencie sus aromas, sabores y temperatura

Copas y vasos
Copas y vasos
Margarita Lozano

07 de noviembre 2022 - 06:04

Granada/TRISTE como whisky en vaso alto, vergonzoso como Martini en copa de vino, plano como un gin tonic en un schop de cerveza: normalmente no lo notamos, pero la mitad de la gracia de un cóctel está en el recipiente donde se sirve. No por lo fotogénico que pueda ser —aunque le suma bastantes puntos a los poseros— sino porque en su largo, su ancho y su forma se juega la manera en que recibiremos su aroma, primero, su sabor, después, y luego su capacidad de mantener la temperatura ideal. Solo el hecho de que tenga la forma y tamaño necesario ayudará con las medidas de la receta, con la cantidad de hielo –si es que su cóctel lo necesita–, con la experiencia al beberlo y con sus características olfativas. Por ejemplo, no serviría una cerveza en la jarra de un litro que utiliza para el agua: perderá espuma, se va a desvanecer, se va a calentar y la experiencia no será la mejor.

Hay cinco formatos básicos en los cuales se pueden servir los tragos más tradicionales y populares. No contar con estas opciones tampoco es que haga imposible la preparación de tragos caseros, pero sí traerá algunas dificultades, como no conseguir la dilución adecuada, que el cóctel se caliente antes de tiempo, que incluso no consiga el frío necesario o que la receta no se adapte al vaso.

Para saber qué vaso conviene usar según el trago que se quiere preparar, pensemos en una lógica inversamente proporcional entre la cantidad de alcohol y el tamaño del recipiente. Esto es: cuanto más alcohólico sea el cóctel más corto debe ser el vaso. Por el contrario, si el licor va mezclado con otros líquidos –como bebidas, zumos o aguas–, entonces conviene pensar en formato más grande.

¿Cuál sería, entonces, ese quinteto mágico de cristalería? Sin incluir al vino ni la cerveza –que dan para artículos completos cada una–, este es el dream team de vasos y copas que brillarán (si los mantiene bien limpios) en su bar doméstico.

Vaso largo o highball

Incluso en el apartamento de estudiante más miserable es probable encontrarse con uno de estos vasos, los famosos largos o highball, de los más comunes en cualquier tipo de pub. Ideales para tomar agua, zumo o bebida, son largos y angostos, cómodos en la mano y capaces de recibir varios hielos apilados.

¿Qué tragos conviene preparar en un vaso highball? Cualquiera de los llamados 'combinados'. Por ejemplo, un vodka tónica, como este destilado no es tan aromático, podemos colocarlo en un vaso tipo highball. Lo mismo para el mojito, que como lleva azúcar y menta u otras hierbas machacadas, necesita un vaso profundo para colocar bien todos los ingredientes. Al tener soda, los cócteles de ese estilo son mejores en vasos largos, para que se incorpore mejor la burbuja. Hay que pensar en el highball para cócteles equilibrados. Aunque la proporción siempre será a gusto del bebedor, para que los tragos resalten en estos vasos se debe usar abundante hielo, 30% de alcohol y llenar el resto con la bebida, zumo o agua deseado.

Vaso corto, rock u old fashioned

Ideal para cócteles potentes que en su preparación solo llevan bebidas alcohólicas. En Estados Unidos, de hecho, se lo conoce como old fashioned, justamente porque el trago con ese nombre –una centenaria preparación que usualmente lleva whisky, azúcar y amargo de angostura– se sirve en vaso así. Es el ideal para destilados puros, directos, con abundante hielo, para que tenga dilución continua, ideal para tomarlo directo pero a sorbitos. También se llama vaso rock porque en él –y solo en él– se prepara un verdadero whisky con hielo, o whisky on the rocks.

Copa balón

La copa balón original es baja, corta (unos 200 ml.) y fue diseñada para beber licores añejos como el brandy y el cognac: su boca estrecha consigue atrapar los aromas de la bebida, mientras que el fondo redondeado, con un tallo corto, permite que el vaso mantenga la temperatura al contacto con la mano.

Cócteles
Cócteles

Pero aquí hablaremos de la otra copa balón, esa que es más grande (800 ml) y alta, muy de moda últimamente para preparar en especial el gin tonic. Es evidente que este cóctel gana en majestuosidad y lujuria cuando se prepara en una redonda y húmeda copa balón, fría y sexy a la vez, mucho más eficiente además para retener los complejos aromas del gin y el frágil gas del agua tónica. Es una combinación virtuosa, puesto que su forma esférica contiene estos perfumes, pero a su vez la boca ancha, cuando uno la acerca a la cara, los abre hacia la nariz. Esas razones son las que también la hacen útil para los aperitivos con espumante, como el aperol spritz o el ramazzotti. Ambos requieren de mucho hielo y que tanto el gas del vino como del agua mineral –además del aroma de la naranja y la menta–, se mantengan lo más posible en su interior.

Copa Martini

Esta es la copa más conocida de todas –tiene hasta un emoji– pero quizá la que menos hay en las casas. Seguramente porque es la más inútil: por mucho estilo y elegancia que tenga, solo sirve para preparar dos o tres tragos, que además no son nada fáciles de hacer. Pero bueno: un martini solo puede servirse en una copa ídem. Lo mismo sucede con el Manhattan, el cosmopolitan, el daiquirí y algún otro clásico que, tarde o temprano, de nuevo se pondrá de moda. La forma en V de esta copa, además de su pequeño tamaño, favorecen a los cócteles fríos –pero sin hielo– que llevan bíter o vermú. Ayuda a sentir los aromas y sabores al mismo tiempo. No es un recipiente que facilite la ingesta rápida, por lo que también invita a beber y saborear lentamente.

Como no es apta para recibir hielos, todos los tragos que se sirvan en esta copa deben mezclarse antes en una coctelera con cubitos, y luego ser filtrados antes de pasar a ella.

Copa flauta

Esta última copa es más versátil de lo que parece. Necesaria para cualquier brindis con espumosos, también puede ser muy útil para distintos cócteles. Es cierto que no se sienten tanto los aromas, pero el frío se mantiene bien y la espuma dura más tiempo. En estas copas, además, hay un montón de opciones –casi todas a base de espumoso– que se pueden preparar: un elegante bellini, un clásico kir royal o unas mimosas.

Ahora bien, no hace falta hacer grandes inversiones ni comprar piezas de cristal para disfrutar de los cócteles caseros. Obviamente, si se puede, siempre será mejor optar por materiales nobles, los que garantizarán durabilidad, inocuidad, transparencia, mantenimiento de las temperaturas y un sonido musical al momento de brindar.

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