Una empresa de Granada vertía sus aguas residuales al Darro de forma ilegal
La investigación de la Unidad de la Policía Adscrita indica que el establecimiento que vertía es "conocido" en la ciudad y que no está conectado a la red de saneamiento municipal
El 'cementerio' de toallitas de Granada mide casi dos kilómetros y está en el río Genil
Granada/Podría ser cualquier negocio conocido que esté junto al embovedado del río Darro. Ahí debajo, el sitio que muchos granadinos querrían alguna vez descubrir, hay muchos secretos. Y una conocida empresa granadina, como reconoce la Unidad de Policía Nacional Adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía (UPA), se lo tenían bien callado, pero más bien para cometer una ilegalidad que, al final afecta a toda la ciudadanía: vertía sus aguas residuales al río cuando está prohibido aprovechando que, ahí debajo, no se ven las cosas.
La UPA ha llevado a cabo una operación en relación con un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente, así como contra el patrimonio histórico, tras descubrir vertidos ilegales en el río Darro a su paso por Granada, ha explicado el Cuerpo en una nota de prensa.
Este espacio, declarado Bien de Interés Cultural e inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Zona Patrimonial, alberga una gran diversidad de flora y fauna, incluidas especies en peligro de extinción, lo cual subraya la gravedad de los hechos.
La investigación se inició en agosto de este año, cuando la Unidad de Policía Nacional Adscrita llevó a cabo una serie de actuaciones en las inmediaciones del río Darro, tras recibir información sobre vertidos ilegales. Para ello, contó con el colaboración de agentes de la Unidad de Subsuelo y Protección Ambiental de la Comisaría Provincial de la Policía Nacional de Granada, así como con la colaboración de personal técnico de Emasagra y de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
A través de diversas inspecciones técnicas, se logró identificar la fuente de los vertidos, que provenían de un "establecimiento conocido en la ciudad de Granada". Las aguas residuales llegaban al cauce del río a través de una oquedad a poco más de medio metro de altura abierta en la pared de piedra del embovedado. El panorama era dantensco. En el muro los químicos vertidos habían deteriorado el ladrillo y las toallitas y papeles se desparramaban por él.
Ya en el río, a la suciedad y el mal olor se unían una pátina deslizante y resbaladiza sobre las rocas y millares de toallitas acumuladas en un gran charco de color amarillento. Por haber hasta utensilios de plástico como una cuchara, contaminando así un elemento natural. Unos residuos que son arrastrados y salen a la luz a la altura del puente Blanco, y que luego van río abajo hasta la Vega, donde es inconfundible la acumulación de toallitas en vegetación de ribera, un problema que ni Ayuntamiento ni CHG han arreglado.
Como resultado de la intervención, indica la Policía Adscrita, el pasado mes de septiembre se procedió a la toma de declaración, en calidad de investigado no detenido, a F.J.M., propietario del establecimiento del cual se descubrió que procedía la contaminación y desde el cual se originaban los vertidos. La investigación esclareció que el local no estaba conectado a la red municipal de saneamiento, infringiendo así la normativa vigente y provocando un impacto negativo en el ecosistema del río Darro.
Gracias a la rápida actuación de la Unidad de Policía Nacional Adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía los vertidos han cesado, logrando así proteger el valioso patrimonio natural y cultural andaluz representado en el río Darro y su entorno.
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