En las entrañas de la estrella

El Instituto de Astrofísica de Andalucía, con sede en Granada, participa en la misión Solar Orbiter Su aportación es vital para obtener datos del sol

José Carlos del Toro y el resto del Grupo de Física Solar, en la sede del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC), en el Zaidín.
Arantxa Asensio Granada

18 de febrero 2013 - 01:00

"Vamos a aproximarnos al Sol como nunca lo habíamos hecho antes". Jose Carlos del Toro, investigador al frente de la aportación granadina a la misión Solar Orbiter, no puede ocultar la satisfacción sobre el desarrollo de la misión. No es para menos. Su proyecto sigue adelante a pesar de la crisis y los recortes -que se han cebado especialmente en la investigación- y, si todo sigue igual, el proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA) y en el que colabora la NASA será lanzada rumbo al astro rey en 2017. Tras un viaje "casi de ciencia ficción" de tres años, la Solar Orbiter estará en una posición "inédita" y excepcional para estudiar el origen y las características del viento solar, partículas que emite la estrella de forma continua y en todas las direcciones. "Se trata de una misión única", asevera Del Toro.

La sonda -que llevará instrumental fabricado en la sede del Instituto de Astrofísica de Andalucía, del CSIC, con sede en Granada- se ayudará de los empujes gravitatorios de Venus y la Tierra para alcanzar su objetivo. "Se va a aproximar al Sol a la distancia de Mercurio, a 0,29 unidades astronómicas", subraya el investigador, esto es, a unos 40 millones de kilómetros de la estrella.

No sólo estará extraordinariamente cerca del Sol, la Solar Orbiter tendrá además una perspectiva absolutamente novedosa porque va a situarse fuera del plano de la elíptica por la que transita la Tierra, lo que permitirá tener "otro punto de vista diferente al que se tiene desde la Tierra". Todo para "poder ver los polos del Sol y medir los campos magnéticos como nadie lo ha hecho", alega Del Toro.

Ese será su trabajo una vez que la Solar Orbiter haya alcanzado el objetivo de aproximarse al Sol, pero el verdadero objetivo es hacer mediciones in situ y un sondeo remoto que permitirán conocer la naturaleza y origen de las partículas solares. Para realizar este trabajo, dentro de la sonda viajará una gran cantidad de instrumentos, entre los que está la aportación granadina, SO / PHI (Solar Orbiter / Polarimetric and Helioseismic Imager), "el instrumento de sondeo remoto más grande e importante de la misión", asegura Del Toro, que se empleará en "medir el campo magnético y la velocidad del plasma solar". Se trata de "cartografiar" esas magnitudes físicas para conocer el origen del viento solar.

La aportación de Granada también ayudará a descifrar los datos que se recojan sobre el Sol. La Solar Orbiter llevará dentro un dispositivo que se dedicará a traducir las medidas que se realizan desde la sonda a parámetros que sean manejables por la comunidad científica. Será, explica Del Toro, a través del primer inversor electrónico de la ecuación de transporte radiactivo, "algo que no se ha hecho jamás y que esta misión requiere". El reto es tremendo, ya que se ha tenido que 'comprimir' todo el trabajo de múltiples ordenadores en un único chip, que será el que viaje rumbo al sol.

Para poner en órbita este proyecto trabaja un consorcio internacional liderado por Alemania y España y en el que también participa Francia. El IAA es responsable de la unidad electrónica. Además de él, participan otros cinco institutos españoles.

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