Las claves del espionaje al Granada CF: trabajos a deshoras y un control de la seguridad

Investigación en el club rojiblanco

Las sospechas de la entidad se basan en ambos motivos para poner el foco en el informático y el jefe de seguridad

En la Ciudad Deportiva se han encontrado cámaras en el despacho del gerente deportivo.
En la Ciudad Deportiva se han encontrado cámaras en el despacho del gerente deportivo. / Carlos Gil

Granada/Cuando el último trabajador del Granada Club de Fútbol abandonaba las oficinas de Los Cármenes, fuera quien fuese, el protocolo era sencillo: activar la alarma, cerrar con llave y dejar que las cámaras hiciesen su trabajo. No había nadie que por la noche se encargase de velar in situ por la vigilancia. La máxima responsabilidad recaía sobre el jefe de seguridad, uno de los dos empleados despedidos a raíz del descubrimiento del espionaje, como ya adelantó Granada Hoy.

En verano del 2016, con el regreso al club de Ángel González Segura como director de infraestructuras y operaciones, se contrató a este ya extrabajador que se convirtió en uno de los empleados de máxima confianza de la actual directiva. Entre su labor estaba vigilar los controles de acceso a las instalaciones. Es decir, que conocía quién entraba y salía en cada momento de las dependencias del club.

Por la misma vía, es decir, a través del que fuera responsable de infraestructuras –cesado a principios del verano de este año–, también fue contratado el informático, quien del mismo modo era una persona de confianza de los dirigentes. A diferencia del anterior –y del resto de trabajadores de la entidad– él no estaba obligado a fichar ni a la entrada ni a la salida, ya que tenía un contrato de autónomo (no era plantilla del club).

Según ha podido saber Granada Hoy, ambos tenían sus despachos en las oficinas ubicadas en el estadio de Los Cármenes. Sin embargo, el informático se desplazaba multitud de veces a la Ciudad Deportiva para trabajar con los sistemas electrónicos que se encuentran en esta instalación.

En numerosas ocasiones, este trabajador se quedaba en las dependencias del club más allá de lo que debía ser su jornada. Algo de lo que el club sí que era conocedor. Sin embargo, al tratarse de trabajos informáticos, que en numerosas ocasiones requieren de tiempo extra para realizarse, nunca levantó sospecha.

Tras descubrirse la red de cámaras y micrófonos ocultos en despachos de altos cargos del club, como el del director general, Antonio Fernández Monterrubio; el gerente deportivo, Fran Sánchez; o el del actual director de operaciones, Antonio Javier Rodríguez; y entrar la Policía Nacional a las dependencias del club, también se comprobó que los ordenadores –en concreto de estos altos cargos– podían haber sido clonados.

A diferencia de otros trabajadores de la entidad, el informático no fichaba cuando entraba o salía

Por todo ello, una de las primeras medidas adoptadas por la entidad, además de efectuar los despidos, fue mandar una circular interna en la que se pedía que se notificase cualquier cosa extraña relacionada con equipos o teléfonos del club, así como el cambio de contraseñas de las redes wifi.

Según pudo saber este diario, en la investigación interna que se lleva a cabo por parte del club para dilucidar si hubiese más implicados dentro de la entidad, se mantiene que supuestamente él sería uno de los principales responsables del espionaje y que habría obtenido la ayuda del jefe de seguridad para no levantar sospechas. Si bien, mantienen que por encima hay otra u otras figuras que serían los cabecillas de este espionaje cuyo objetivo era conseguir información privilegiada para presionar o chantajear a los dirigentes.

Asimismo, y en aras de incrementar la seguridad en la entidad, desde hace unos días, un vigilante de seguridad custodia Los Cármenes una vez termina la jornada laboral. Salvo el del vicepresidente, Kangning Wang, y el del gerente deportivo, que se encuentran en la Ciudad Deportiva, el resto de despachos de los altos cargos se ubican en el estadio.

De forma paralela, la Policía Nacional es quien lleva la investigación externa para averiguar quienes son los responsables de este espionaje –y confirmar o no las sospechas del Granada CF–, cuyo atestado fue remitido hace unos días al juzgado para la apertura de una investigación penal.

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