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La desaparición de la moda de personalizar los vehículos ha provocado una caída de más del 50% de la facturación para los profesionales del sector

1. Uno de los empleados de Japon R Tuning 2. Un coche 'tuneado' 3. Unas luces para tunear el vehículo.  4. Unas llantas personalizadas.
1. Uno de los empleados de Japon R Tuning 2. Un coche 'tuneado' 3. Unas luces para tunear el vehículo. 4. Unas llantas personalizadas.

Equipos de audio, ajustes de interior, optimización del motor, llantas o alerones... El tuning es la moda de la personificación de automóviles. La base fundamental de esta práctica consiste en adaptar y personalizar los vehículos para dejar atrás la imagen que traen de serie cuando salen de sus casas de fabricación.

Sin embargo, la crisis económica ha causado que la transformación de coches llegue a unos mínimos históricos, tanto que algunos dan por enterrada esta moda que arrasó en el país hace unos años. La desaparición de este fenómeno ha provocado una caída de más del 50% en la facturación de los profesionales del sector. "El tuning ha muerto", era el titular que adelantaba Antonio Jiménez, responsable de la tienda JBR Tuning Sport. La recesión económica es una de las consecuencias, pero no la única.

Entre los síntomas que afectaron al tuning se encuentra el Real Decreto 866/2010, una ley que regula la tramitación de las restauraciones de los vehículos. A pesar de que anteriormente ya existía un proceso por el cual un coche que tuviera tuneados algunos elementos no podía pasar la ITV, este decreto ha establecido unas normas escritas sobre este sector.

La legalización de las piezas ha pasado por varios procesos. Hasta hace unos años una pieza que era homologada servía para cualquier coche, sin embargo, en la actualidad las piezas son individualizadas y es necesaria la aprobación de la pieza por cada vehículo diferente en la que se instale. Esta nueva reforma ha causado que "mucha gente que se dedicaba a este sector haya tenido que cerrar sus tiendas", según afirma Jiménez.

Sin embargo, no todo lo que ha traído el Real Decreto son efectos negativos. Paco González, responsable de la tienda Japón R Tuning, asegura que con el nuevo sistema de legalización algunas piezas cuestan menos. "Hace unos años cuando querías tunear algo era necesario llegar a unos acuerdos con las escuelas de ingeniería, costando por ejemplo la homologación de unas llantas 180 euros. Sin embargo, hoy las llantas valen unos 100 euros debido a que esta homologación ya está tramitada".

Otra consecuencia que ha influido en el descenso de la personalización de vehículos es el hecho de que los coches salgan de fábrica con más elementos incorporados y equipados. Equipos de sonido, alarmas o manos libres eran las principales demandas de hace unos años, unos accesorios que en la actualidad vienen incluidos en todos los vehículos de gama media.

Jiménez cuenta que las tiendas tienen que adaptarse para sobrevivir. "Por ello, un proceso que está en auge en la actualidad es el tema electrónico del sonido. En JBR Tuning Sport estamos haciendo

radios a medida del vehículo, con nuevos equipos y tecnologías".

Los años de oro del tuning fueron desde el 2005 al 2007, una época en el que las luces, las llantas y las carrocerías personalizadas llenaban muchas calles de la provincia.

González puntualizó que "no hay que olvidar que esto es un hobby. Las personas que se dedican al tuning es porque les gusta, al igual que hay otra gente a la que le interesa los caballos".

Y al igual que la equitación, el tuning es una afición que de alto coste. Precios que oscilan entre los 2.000 euros por un cambio de llantas, los 5.000 euros por una reforma en el kit de carrocería o un gasto que supera los 15.000 euros por transformar un coche al completo.

"Hay que recordar que los clientes no vienen a la tienda para dejar el coche y llevárselo totalmente cambiado. Los aficionados al tuning normalmente van modificando el coche poco a poco", puntualiza Jiménez.

Tatuajes tribales, neones, llantas, alerones o puertas tipo gaviota que abren en vertical son algunas de las modificaciones que se pueden hacer dentro del mundo de los vehículos personalizados.

Dependiendo de la modificación, el vehículo tendrá algunas dificultades. Un ejemplo: debido a que muchos de estos vehículos están modificados prácticamente a ras de suelo, los badenes pueden ser un grave problema.

Jiménez recuerda que "muchas veces estos coches son difíciles de conducir debido a su gran complejidad y a las amplias reformas que se le han dado al vehículo".

La época que atraviesa el tuning hace que esta actividad se encuentre casi en niveles de extinción, sin embargo, tiendas, talleres o mecánicos siguen manos a la obra para poder intentar revivirlo y que los neones, tribales o llantas ocupen de nuevo las calles y carreteras.

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