Un estudio hecho en Granada apunta a que la mayor parte de los azúcares añadidos se toman en productos pobres en nutrientes

Investigadores del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos José Mataix Verdú de la Universidad de Granada han realizado un estudio en el que se determina que los escolares consumen más de doble de azúcares añadidos que la dosis máxima recomendada por la Organización Mundial de la Salud. Además, el informe apunta a que buena parte de los padres no tienen información clara sobre lo que consumen sus hijos e incluso piensan que algunos productos con un aporte significativo de azúcares añadidos son saludables, tales como los bizcochos caseros. Por último, los responsables de la investigación apuntan a la necesidad de que se tomen medidas para rebajar los niveles de azúcares en los alimentos que consumen los menores.

Según la investigación, presentada en la Universidad de Granada y publicada en la revista Nutrients, los escolares españoles consumen 55,7 gramos de azúcares añadidos al día, cuando la OMS recomienda como máximo 25 gramos al día. Este dato supone, además, constatar el incremento en el consumo de este componente. En estudios previos la cantidad estimada de azúcares por día era de entre 41,4 a 48,6 gramos al día. Por otro lado, el estudio apunta a que no sólo hay que fijarse en la cantidad de azúcares del producto, sino que también hay que evaluar el resto de nutrientes que aportan, la “densidad nutricional”, según explicó el responsable de la investigación, Jesús Francisco Rodríguez Huertas. “Puede ocurrir que un alimento tenga azúcares, pero por los nutrientes que aporta puede ser interesante” en una dieta.

En este sentido, Rodríguez Huertas apuntó a que la leche no aporta azúcares añadidos y sí nutrientes importantes. En cuanto a alimentos a los que hay que acercar la lupa porque pueden tener azúcares añadidos pero “podrían mantenerse en una dieta” están los cereales de desayuno o los batidos con al menos un 90% de leche. En el lado de alimentos que aportan poco y además son bombas de azúcar están las galletas y el cacao en polvo. Según el estudio, el 35% de los azúcares añadidos consumidos por escolares proceden de alimentos con elevada densidad nutricional. El 65% procede de productos que no aportan nada, como golosinas, mermeladas, pastelería o néctares de frutas.

Sobre la recogida de datos, la investigación ha recogido datos de 1.775 padres de escolares españoles de entre 7 y 12 años. Se han analizado 19 productos y se ha solicitado información sobre su composición a una treintena de empresas del sector de la alimentación, de las que han contestado tres, según apuntó la investigadora Marta Palma. Por su parte, Dolores Mesa apuntó que el objeto del estudio era conocer “qué hacemos mal” ante el incremento de casos de obesidad infantil. Mesa apuntó a la necesidad de dar información sobre la cantidad de azúcares añadidos que contienen los alimentos. La especialista abogó por regular tanto el etiquetado como la formulación de estos productos para, al igual que se hizo con la sal, ofrecer alimentos con menos azúcares a la población infantil. En este sentido, se hizo un “llamamiento a la industria” apara que se reformulen productos y se enriquezcan incluso con otros nutrientes.

Rodríguez Huertas apostó por este “esfuerzo legislativo” y adelantó que los resultados del estudio se trasladarán a distintos niveles de la administración “para generar un espacio de trabajo”. “El sector empresarial tiene que hacer un esfuerzo grande y lo tiene que hacer de la mano de expertos”, valoró el investigador, que señaló la obesidad infantil como un problema de salud. El 23,3% de los niños tiene sobrepeso y el 17% son obesos.