Un estudio de la Universidad de Granada demuestra que la resilencia reduce el estrés postraumático que sufren la mitad de víctimas de maltrato

El estudio va más allá del estrés postraumático común y estudia nuevas áreas

20 años de la Ley de Violencia de Género: Más de setecientas mil andaluzas, víctimas de maltrato

Imagen de la manifestación del 25N el pasado año. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Un equipo de investigación pionero en el país dedicado a analizar el impacto de la violencia de género en todas sus manifestaciones ha demostrado que la resilencia de las víctimas reduce los síntomas del estrés postraumático y el postraumático complejo que sufren la mitad de las maltratadas.

El equipo de investigación del proyecto BELIEVE de la Universidad de Granada, que fue el primero en demostrar con resonancias las alteraciones cerebrales que provoca la violencia de género en las mujeres maltratadas, ha analizado el diagnóstico del Trastorno de Estrés Postraumático Complejo en las víctimas.

Se tata de un diagnóstico que va más allá del estrés postraumático común, acuñado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2018 y vinculado a víctimas de con un complejo impacto psicológico negativo por los episodios de violencia.

Esta nueva categoría de estrés postraumático incluye los síntomas característicos del tradicional y suma otros síntomas muy presentes en mujeres supervivientes como los problemas de regulación emocional, el autoconcepto negativo, y las dificultades para establecer relaciones interpersonales.

Una de las investigadoras de BELIEVE y autora de este estudio, Carmen Fernández Fillol, ha explicado a EFE que el objetivo del análisis es conocer en este estrés específico para analizar si la resiliencia tiene un rol mediador.

Así, el equipo ha evaluado a 202 mujeres supervivientes de violencia de género, de las que un 37,2 % sufre estrés complejo, mientras otro 20,6 % cumplen criterios diagnósticos del trastorno clásico.

Por primera vez, el proyecto ha estudiado variables asociadas al desarrollo de síntomas más graves y ha vinculado la gravedad del maltrato con una mayor cantidad de síntomas.

También ocurre a la inversa, con síntomas menores o menos graves en las supervivientes que presentan mayores niveles de resiliencia.

Fernández Fillol ha apuntado que estos hallazgos muestran que la gravedad de la violencia de género, sea física, sexual o violencia psicológica, conjunta o aislada, puede provocar síntomas de estrés postraumático complejo en mujeres supervivientes.

El equipo analiza además futuras investigaciones para ahondar en el papel de los tratamientos centrados en la resiliencia para la mejora de la sintomatología postraumática en mujeres supervivientes de violencia de género.

BELIEVE es un referente internacional por estudiar por primera vez las consecuencias neuropsicológicas, cerebrales y postraumáticas complejas en mujeres víctimas y supervivientes de violencia de género y ha comenzado además una novedosa línea para analizar las secuelas en menores expuestos a violencia de género.

En estudios anteriores ya demostró que una de cada cuatro supervivientes sufre un deterioro cognitivo leve y un 5 % grave, daños que se repiten también cuando el maltrato es psicológico, sin golpes, por el efecto de los altos niveles de cortisol. 

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