Opinión
Carlos Navarro Antolín
El Rey brilla al defender lo obvio
Granada/Hay quien piensa, como el arquitecto Frank Lloyd Wright, que la juventud no es más que un estado ánimo. Sentirse joven, mayor o 'viejoven' está en el ADN de la persona en cuestión. Hoy es difícil establecer la barrera de donde acaba la juventud y empieza la vida adulta. Un parámetro clásico para establecer esta diferencia es la del momento de independizarse del hogar familiar. Por lo pronto, el Mapa de las Desigualdades Salariales elaborado por CCOO señala que en Granada, a día de hoy, la dificultad para emanciparse económicamente se extiende hasta los 45 años, edad a la que se alcanzan los 1.500 euros brutos mensuales de media. El estudio señala que con las condiciones laborales y salariales que se han establecido en la actualidad, ser joven en términos de edad significa tener muchas papeletas para formar parte del precariado. El informe presentado ayer Comisiones Obreras es clarividente en este aspecto. La brecha generacional es una de las diferencias sociales más preocupantes, aunque no es la única.
La generación que se incorporó al mercado laboral en plena crisis ha quedado relegada a un vagón de cola. La radiografía de CCOO apunta a esta inserción precaria y a las últimas reformas laborales como las culpables de conformar una estructura salarial muy jerarquizada por las edades. El estudio detalla cómo los jóvenes granadinos de entre 18 y 25 años que trabajan perciben un salario medio mensual de 408 euros, mientras que los que están en la horquilla de edad de entre 26 y 35 años se sitúan en los 933 euros. En resumen, la percepción salarial de los 120.000 jóvenes de la provincia de menos de 35 años es de 755 euros mensuales, lo que traducido a una anualidad son 9.300 euros.
"Estos salarios imposibilitan la emancipación y la vida autónoma de los jóvenes", señaló el secretario de Organización de CCOO Granada, Daniel Mesa, quien también puso el acento sobre "el desperdicio de capital y cualificación" en una provincia que cuenta con una de las universidades más punteras de España. "No sólo se trata de un problema social, sino que Granada está desperdiciando productividad, innovación y conocimiento para dinamizar su economía", apuntó Mesa en relación a los jóvenes cualificados y "castigados" por un entorno de precariedad.
La brecha generacional es una muesca más de una estructura laboral abocada a la desigualdad. Los últimos informes sobre la coyuntura socieconómica apuntan que a día de hoy tener un empleo no exime a las personas de vivir por umbrales por debajo de la dignidad. Pero no por dejar de ser una novedad, deja de ser menos importante apuntar el declive de derechos y las desigualdades salariales que se han ido fraguando en el contexto de la crisis económica y las últimas reformas laborales. Bastan dos datos para cotejar estas diferencias sociales que se están generando entre los que tienen mejores sueldos ajustados a convenios previos a la crisis y los que están sufriendo en sus carnes las consecuencias de la recesión. El primer apunte es que los 20.000 granadinos con mejores salarios sumarían un montante económico que supera con creces al que juntarían los 200.000 más pobres. Además, las 800 personas asalariadas que más ganan ingresan 74 veces más que las 113.000 que menos ganan en la provincia.
Ambas conclusiones se extraen también del Mapa de las Desigualdades Salariales elaborado por el sindicato CCOO Granada a través de los últimos datos en esta materia publicados por la Agencia Tributaria, que corresponden al año 2016. El informe pone de manifiesto el apuntalamiento de una sociedad en el que la brecha social cada se hace más grande: entre las personas que más ganan y los que menos, las que tienen trabajo indefinido y las que viven de las temporadas, las que cuentan con un empleo y las que están en paro o entre los diferentes sectores productivos. Sin olvidar una brecha de género que, al menos, en Granada se ha ido acortando durante el último lustro. No pasa lo mismo con la ya mencionada diferencia generacionales, acusando mucho los jóvenes-y las pensiones- los estragos de un mercado que se tambalea.
La radiografía del empleo en Granada está señalada por el dato según el cual el 45% de los trabajadores no alcanzan el Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Esto quiere decir que alrededor de 87.000 granadinos perciben entre 0,5 y 1,5 veces el SMI, o lo que es lo mismo, que con un sueldo de entre 382 euros al mes y 1.146 euros al mes tienen que vivir diariamente. Aunque todavía más grave es la tasa del 25% de paro en la que está instalada la provincia.
También te puede interesar
Lo último
Opinión
Carlos Navarro Antolín
El Rey brilla al defender lo obvio
Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Inventarios de diciembre (4). Desigualdad
Editorial
Rey, hombre de Estado y sentido común
No hay comentarios