La facilidad de acceso a la droga aumenta el consumo de cocaína
Un informe de la UE destaca la alta disponibilidad de esta droga en todo el continente debido a la entrada en grandes cantidades a través de puertos principales como el de Algeciras
Uno de los indicadores del incremento es la presencia de la cocaína en las aguas residuales de las ciudades
Aumentan los casos de trastornos mentales en relación al consumo de drogas en Granada
Granada/El consumo de cocaína se ha disparado en Granada en los últimos años, debido sobre todo a la facilidad de acceso a la droga. Así lo acreditan informes de organizaciones que trabajan con drogodependientes, como Proyecto Hombre. Según la memoria, la cocaína es la sustancia de abuso que más se repite en las demandas de tratamiento de adultos recibidas en Granada, alcanzando un 39,6%. Detrás está el alcohol (32,2) y el cannabis (8,5%). Cuatro de cada diez personas que demandaron tratamiento en Proyecto Hombre Granada fue por el consumo de cocaína. En 2022 el dato fue incluso mayor alcanzando el 43,1%.
La clave de ese incremento de la adicción a la cocaína (que también se repite en Andalucía y en todo el continente), la da la propia Unión Europea, que presentó recientemente el informe europeo sobre drogas de 2024. En este documento se explica que la cocaína es, después del cannabis, la segunda droga ilegal más consumida en el Viejo Mundo, aunque los niveles de prevalencia y los patrones de consumo difieran considerablemente según el país. “La disponibilidad de esta droga ha ido aumentando durante varios años”, apunta el informe, que también muestra el incremente de la preocupación por el auge significativo de los costes sanitarios y sociales asociados con la cocaína.
"El consumo de cocaína puede dar lugar a patrones de consumo dependientes y compulsivos y se asocia a una serie de consecuencias adversas para la salud, que pueden incluir agitación, psicosis, taquicardia, hipertensión, arritmia, dolor torácico por síndrome coronario agudo y accidente cerebrovascular", detalla la UE. Esta droga se asocia a un mayor riesgo de enfermedades coronarias y, junto con los estimulantes sintéticos, pueden inducir o precipitar estados psicóticos.
Es común el consumo combinado de cocaína y alcohol. "La presencia de ambas sustancias en el organismo crea cocaetileno en el hígado, que se asocia a mayores riesgos para la salud". Además, los especialistas trazan un vínculo claro entre el consumo de cocaína y la salud mental, así como denuncian la falta de recursos para atender a esta población. "El tratamiento de la comorbilidad psiquátrica entr las personas con adicciones sigue siendo un reto, ya que a menudo faltan tratamientos integrados y respuestas de servicios de salud mental. Un análisis reciente de la mortalidad entre las personas con un consumo regular o problemático de cocaína concluyó que el riesgo de muerte por suicidio, lesiones accidentales, homicidio y mortalidad relacionada con el SIDA era mayor en comparación con las personas que no consumían cocaína".
En Europa, la cocaína suele estar disponible en dos formas. La más común es el polvo de cocaína, en forma de sal, y la menos habitual es el crack, una pasta base fumable. Recuerda la UE que la droga se produce a partir de la planta de coca, que se cultiva en América del Sur, y que llega a Europa en grandes cantidades a través de los puertos marítimos más importantes, lo que provoca que esté muy extendida y al alcance de cualquier persona. Esa distribución a gran escala "parece ser un factor importante en la alta disponibilidad actual de esta sustancia".
En los países con grandes puertos, la UE ha observado "niveles crecientes de delitos relacionados con las drogas", entre los que cita la corrupción del personal de las cadenas de suministro, la intimidación y la violencia. La competencia dentro del mercado de la cocaína, "tanto a nivel mayorista como minorista", es un factor importante de la violencia relacionada con las pandillas y los homicidios. "Al mismo tiempo, el consumo de cocaína, y en particular el de crack, parece estar volviéndose más común, especialmente entre algunas comunidades marginadas. En conjunto, esto significa que la creciente disponibilidad y consumo de cocaína en Europa está generando mayores costes, tanto en términos de su impacto en la salud pública como debido a la criminalidad y la violencia asociadas con el mercado de la cocaína".
En 2022, por sexto año consecutivo, los estados miembros de la UE comunicaron "una cantidad récord de cocaína incautada", que ascendió a 323 toneladas. Bélgica, España y los Países Bajos siguen siendo los países que comunican los mayores volúmenes de incautaciones, "lo que refleja su importancia como puntos de entrada de la cocaína en Europa". En 2023, España comunicó su mayor incautación de cocaína (9,5 toneladas) en un solo envío, oculta en plátanos procedentes de Ecuador, y descubierta en el puerto de Algeciras. En Sevilla, a finales de 2022, fueron detenidos dos policías nacionales y un guardia civil cuando escoltaban un transporte de casi 368 kilos de cocaína.
Las autoridades europeas constatan que el tráfico de drogas "es muy dinámico y se adapta rápidamente a los cambios geopolíticos, los conflictos regionales y los cambios en las rutas comerciales". En este contexto, se cree que los acontecimientos en Colombia, Brasil y Ecuador han contribuido al aumento observado en el tráfico de cocaína hacia la Unión Europea por parte de grupos del crimen organizado. Además del uso de contenedores comerciales, ahora se utilizan otros métodos, a menudo en combinación, para evadir la detección. En España ya hemos visto el uso de narcosubmarinos o laboratorios caseros con gran capacidad de producción.
A medida que se han intensificado las medidas de control en los principales puntos de entrada conocidos, parece que los traficantes de cocaína están apuntando cada vez más a los puertos más pequeños de otros países de la UE y de países limítrofes con la Unión Europea, que pueden ser más vulnerables a las actividades del narcotráfico. Algunos países del norte de Europa, entre ellos Suecia y Noruega, informaron de incautaciones récord de cocaína en los puertos marítimos en 2023. En conjunto, estos acontecimientos pueden ayudar a explicar el hecho de que, a pesar de las grandes incautaciones, la pureza de la cocaína notificada a nivel minorista sigue siendo alta en comparación con los estándares históricos y su precio es estable. El procesamiento ilícito de productos de cocaína tiene lugar en varios estados miembros de la UE, donde en el año 2022 se desmantelaron 39 laboratorios de cocaína. El procesamiento de cocaína en Europa suele implicar la extracción secundaria de cocaína que se ha incorporado a otros materiales (por ejemplo, oculta químicamente en plásticos), lo que crea dificultades para su detección en envíos comerciales. Así, se han detectado laboratorios como el de Pontevedra, desmantelado en 2023, que tenía una capacidad de producción diaria de 200 kilogramos de droga.
Para la UE, cada vez hay "más indicios de que la alta disponibilidad" de la cocaína está teniendo un "impacto negativo creciente en la salud pública en Europa". La cocaína es la segunda droga ilegal notificada con mayor frecuencia, tanto por quienes ingresan por primera vez en un tratamiento como en los datos disponibles sobre los ingresos por toxicidad aguda de drogas en los servicios de urgencias de los hospitales. Los datos disponibles también sugieren que esta sustancia estuvo implicada en aproximadamente una quinta parte de las muertes por sobredosis en 2022. "Dado que el consumo de cocaína puede agravar los problemas cardiovasculares subyacentes, es probable que no se reconozca suficientemente la contribución general de esta droga a la mortalidad en Europa", añade el informe.
Los restos de cocaína en las aguas residuales municipales también aumentaron en dos tercios de las ciudades con datos para 2023 y 2022. Esto sugiere que, a medida que la cocaína se ha vuelto cada vez más disponible, también lo ha hecho su distribución geográfica y social. "Es especialmente preocupante que el consumo de cocaína parezca estar volviéndose más común en los grupos más marginados de algunos países", destaca el documento, que traza un vínculo entre el consumo por vía intravenosa de esta droga con la aparición de brotes de VIH en varias ciudades europeas, ninguna de ellas española.
La UE señala que "el tratamiento de las personas con problemas asociados al consumo de cocaína es un reto, ya se trate de personas más integradas socialmente y que consumen cocaína en polvo de forma ocasional o episódica, o de grupos más marginados que se inyectan la droga o fuman crack". La mayoría de los daños crónicos relacionados con el consumo de estimulantes como la cocaína están asociados a un consumo intensivo, de dosis altas o a largo plazo. Los problemas agudos también pueden afectar a las personas que consumen de forma experimental, pero es probable que sean menos comunes cuando el consumo es poco frecuente y en dosis bajas. Actualmente no hay evidencias para "apoyar firmemente" ningún tratamiento farmacológico, aunque se estén desarrollando algunas terapias potencialmente útiles. "El tratamiento de los problemas de adicción a la cocaína entre los grupos más marginados puede ser especialmente difícil, ya que los pacientes también pueden tener problemas con una variedad de otras drogas, incluidos los opioides o el alcohol".
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