La Fiscalía de Andalucía investiga las pintadas vandálicas en la Alhambra

La Fiscalía de Andalucía ha iniciado el proceso para investigar la denuncia presentada por el Patronato de la Alhambra y el Generalife ante la Policía Nacional por las pintadas aparecidas el pasado viernes en el entorno protegido del monumento.

Los agentes de la Policía Nacional adscritos a la Fiscalía procederán ahora al visionado de las imágenes captadas por las cámaras de seguridad, mientras que ya se han personado en el recinto monumental, indicaron fuentes de la Fiscalía.

La denuncia, siempre según las mismas fuentes, fue presentada por el Patronato ante la Policía Nacional. Se daba así conocimiento al cuerpo policial de los hechos vandálicos sufridos por el patrimonio de la Alhambra. Desde 2009 agentes de esta unidad catalogan las pintadas que aparecen en la ciudad. Ahora la información de los pintarrajos del viernes.

"Es un delito, y lo vamos a perseguir incansablemente y vamos a solicitar la mayor rigurosidad en el castigo. Ya se ha hecho la denuncia y estaremos pendiente del resto del proceso", señalaron desde este organismo dependiente de Cultura de la Junta en un comunicado remitido ese mismo viernes.

Para el director del Patronato de la Alhambra y Generalife, Rodrigo Ruiz-Jiménez, hacer estas pintadas "no sólo es una barbaridad insolidaria y peligrosa, sino que es fútil; se limpia enseguida y nadie lo va a ver", recogió Efe.

Además, desde el Patronato, que espera la colaboración de la ciudadanía, se va a liderar "un proyecto de sensibilización y educación para que las nuevas generaciones sean protagonistas activas en la prevención de estos atentados contra el patrimonio de todos".

Fuentes de la Policía Local dieron a conocer los hechos a través de las redes sociales en un mensaje en el que se pedía la colaboración ciudadana. Aparecieron una veintena de pintadas vandálicas en diferentes puntos de la Alhambra y Albaicín, unos grafitis que fueron retirados por el Patronato en una intervención urgente.

Los grafitis repetían el patrón de un esqueleto decorado como si fuese un pirata y la dirección de una web que no existe, además de una firma de dos números 7.

Gratifis similares han aparecido en otros puntos de la ciudad, como el local que está en el paseo del Violón.